Mediante la economía circular, los componentes de pilas domésticas o celulares antiguos pueden tener una segunda vida.
Una de las consecuencias de los veloces avances tecnológicos vigentes en la actualidad radica en fugaces ciclos de vida de millones de dispositivos electrónicos y eléctricos, los cuales al ser descartados por el consumidor se convierten inmediatamente en residuos.
Conocidos por las siglas RAEE, los residuos de aparatos electrónicos y eléctricos son unas de las corrientes de desperdicios de mayor crecimiento en el mundo y también de alta complejidad en su gestión debido a la composición, que incluye tanto materiales reciclables como sustancias peligrosas.
“Desde un cepillo de dientes electrónico hasta una nevera o un automóvil pueden resultar siendo residuos de dispositivos eléctricos y electrónicos”, explicó Sandra Méndez Fajardo, docente e investigadora de la Pontificia Universidad Javeriana.
En Colombia existe un sólido marco legal, con el impulso del Ministerio de Ambiente, para estructurar la recolección y aprovechamiento de los RAEE y las pilas; sin embargo, el avance sigue siendo paulatino.
¿Cómo contaminan?
De acuerdo con un estudio de la Universidad Javeriana, en los RAEE pueden encontrarse hasta 69 elementos químicos, incluidos materiales potencialmente tóxicos como plomo, mercurio, cromo, entre otros.
“El cadmio, por ejemplo, al ser liberado de forma no controlada puede ocasionar problemas de salud o puede contaminar suelos, aguas e incluso el aire”, dijo Méndez.
Los residuos electrónicos y eléctricos están acompañados por plásticos ABS, calificado como “de alto impacto” por Manolo Parra, director de Sumatra, un centro de reciclaje.
Este tipo de plástico suele encontrarse en forma de carcasas de televisores o aires acondicionados. “Normalmente, cuando las personas informalmente desensamblan estos materiales lo que hacen es que el plástico lo disponen en los basureros y en el peor de los casos queda tirado en el medio ambiente y nadie lo va a recuperar”, apuntó Parra.
La advertencia sobre el trato con estos productos, como las baterías domésticas o de celulares, también la hace Indira Forero, líder de Posconsumo en Tronex.
¿Qué se puede aprovechar?
Juan Fernando Jaramillo, gerente de la empresa G-Solutions en Cartagena, explicó que los plásticos ABS, por ejemplo, pueden ser aprovechados para la elaboración de piezas de automóviles que no estén en contacto con el cuerpo humano.
Adicionalmente, también pueden recuperarse 29 materiales de los RAEE, entre ellos los materiales ferrosos (hierro) y no ferrosos (cobre, zinc). Asimismo, las tarjetas electrónicas contienen un importante contenido de materiales pesados (mercurio, níquel). “Bien aprovechados, los RAEE son una fuente de materia prima”, dijo Jaramillo.
Por otro lado, Indira Forero explicó que en el caso de las baterías se obtienen tres productos: papelillo, metal y masa negra.
“El papel se recicla; el metal se aprovecha en nuevas líneas de producción y la masa negra se utiliza como fertilizante en algunos cultivos”, apuntó Forero.
“Cuando la pila va a un relleno sanitario perdemos la oportunidad de recuperar los materiales para que vuelvan nuevamente a la economía”, señaló Alberto Landino, director ejecutivo del programa ‘Pilas con el ambiente’.
La recolección de residuos en Barranquilla
En la capital del Atlántico, bajo el paraguas de Barranquilla Verde, existen diferentes iniciativas para la recolección de residuos electrónicos y eléctricos.
“En el Distrito de Barranquilla existen puntos de recolección con contenedores ubicados en centros comerciales y almacenes de cadena en donde los ciudadanos pueden entregar sus RAEE. Siempre buscando que los residuos generados de la segregación y destrucción de estos aparatos tengan una segunda vida”, explicó la entidad a EL HERALDO.
Dentro de la página web de Barranquilla Verde la ciudadanía puede consultar los diferentes puntos de acopio y recolectores que hacen vida en la ciudad.
A las puertas de mover su sede física al corregimiento de Juan Mina, Deivis Molina se encarga de clasificar los RAEE en la Fundación Farraee, de la cual es socio fundador.
“Además de apoyar al medio ambiente, con esta iniciativa también apoyamos con la empleabilidad de madres cabeza de hogar y personas en condición de discapacidad. Ellos son los encargados de desarmar los equipos y separar lo que sí pueda usarse”, explicó Molina.
En Barranquilla, la recolección de pilas domésticas está presente con los programas de ‘Pilas con el ambiente’ y ‘Recopila’.
Según datos de Indira Forero, la iniciativa de ‘Recopila’ ha recogido 4.509 kilogramos de baterías en lo que va de 2021, un avance “considerable” frente a los 4.200 kilogramos de baterías en 2020. Sin embargo, dice la experta, “es una cifra baja” para una ciudad capital.
“En la Costa Caribe ha sido muy complejo obtener buenas cantidades”, señaló a su turno Alberto Landino.
“La Costa tiene infraestructura para el reciclaje de los RAEE, pero carecemos de una cultura de reciclaje”, apuntó Juan Fernando Jaramillo.
La cultura del reciclaje se fomenta en el hogar, apuntan expertos
Las voces consultadas coinciden en que el fomento a la cultura del reciclaje en todas sus variables comienza desde el hogar. “Si no comenzamos con acciones positivas, los que van a verse afectados serán las futuras generaciones (...) El planeta Tierra es nuestro hogar y hay que cuidarlo”, señaló Alberto Landino, director ejecutivo del programa ‘Pilas con el ambiente’.
Bajo esa misma óptica también se enfoca Deivis Molina, cofundador de la Fundación Farraee. “El principal mensaje a las personas es que cuidemos la vida desde casa, porque con que los residuos electrónicos vayan a un relleno común nos puede perjudicar (...) La idea es darle a las nuevas generaciones un ambiente limpio”, apuntó Molina.
Para Juan Fernando Jaramillo, gerente de G-Solutions, el primer punto para tener una cultura de reciclaje es “entender que todos los materiales son aprovechables”. Recomendó a los colombianos buscar sitios autorizados, específicamente en aquellas empresas que cuentan con las licencias certificados por un buen manejo de los residuos.
A su turno, Indira Forero, recomendó adquirir productos de calidad y de una marca que esté comprometida con los parámetros de calidad y de responsabilidad ambiental.
Por otro lado, Sandra Méndez Fajardo, docente e investigadora de la Pontificia Universidad Javeriana, “lo primero es no arrojar los RAEE en la bolsa negra de los desechos ordinarios o en las canecas de la casa”. La investigadora agregó que “también hay que preguntarnos a quién le estamos comprando”, y finaliza haciendo hincapié en el hecho de que fijarse en las etiquetas y sellos verdes de los productos podría garantizar una mejor degradación de los aparatos luego de que se desechan. Los celulares, computadoras y otros electrodomésticos son potenciales contaminantes ambientales cuando no tienen un buen manejo.
“Recicla por Barranquilla”
La Primera Dama Silvana Puello y la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI) desarrollan en la capital del Atlántico el plan “Recicla por Barranquilla”, con el que buscan fomentar la cultura del reciclaje en la ciudadanía.
Hasta la fecha, según el censo realizado en el 2020 por la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), en la ciudad se encuentran referenciados 3.420 recicladores de oficio que día a día contribuyen al cuidado del medio ambiente.
Con el programa se han instalado 159 zonas de reciclaje entre edificios y lugares emblemáticos de la ciudad como el Gran Malecón del Río. Sin embargo, aún continúa la instalación de las zonas en los más de 200 edificios que se inscribieron para reciclar por la ciudad.
Asimismo, en lo que va corrido del año se han capacitado 400 personas para conocer los principios del reciclaje.
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