La situación de ilegalidad permanente en la que se desarrolla la tarea diaria del OPDS es alarmante. Su anterior titular, Ricardo Pagola, fue separado del organismo luego de que una investigación periodística de REALPOLITIK demostrara que había creado un maquiavélico sistema de recaudación a través de la generación de viáticos truchos.
Este sistema era sustentado en base a la existencia de lo que se conoce como la “valija mágica”: un maletín color marrón que contiene sellos de 150 comisarías de la provincia de Buenos Aires. Pagola, que en su cuenta de Twitter dejó de identificarse como funcionario provincial y ahora se presenta como “un buen asador”, fue trasladado a un cargo menor en la campaña de Gladys Gonzálezen la provincia para finalmente ser despedido por completo. Magra suerte corre, por ahora, su sucesor Rodrigo Aybar, un joven de la zona más paqueta de Palermo que, consultado por la difícil situación que atraviesa el estado de Israel, respondió: “Israel es un estado. Palestina también”. Contundente.
En la causa de la “valija mágica” está seriamente comprometido Adrián Emir Rodríguez, ex jefe de Automotores del OPDS, quien desempeñaba tareas en las instalaciones de la dirección provincial de Automotores y Embarcaciones Oficiales (DAEO), ubicada en calle 3 Nro. 907 de la localidad de Tolosa. Rodríguez era parte fundamental del entramado ilegal de los sellos truchos.
Lejos de sentirse intimidado por la causa judicial que le aqueja y en el afán de diversificar el trabajo en la difícil situación económica que atraviesa la provincia, Adrián Rodríguez mantendría actividades delictivas adicionales. Una fuente interna del OPDS reveló que por contacto del titular de Automotores se desviarían fondos del organismo para financiar la carrera deportiva de su hijastro, un joven llamado Lucas Valdés (cuyo nombre “artístico” es Adrián Valdés, en un intento poco ingenioso de disimular su identidad,) que se desempeña en el pintoresco mundo del kick boxing amateur bonaerense. Según se comenta en los pasillos del organismo provincial, Rodríguez se veía a sí mismo como una suerte de Señor Miyagui ante un joven Daniel San.
Pero Valdés, ajeno a la figura inocente y prometedora de Daniel San, se pasea por las calles luciendo orgulloso un Fiat Uno en dudosas condiciones, cuyos costos correrían a cuenta del OPDS. La pintoresca escena se completa los fines de semana, cuando Valdés enciende el equipo de audio de “La Máquina”, como él llama al Fiat Uno, y vuelve locas a las chicas de la localidad de San Francisco Solano.
Como todo no se puede en la vida, a veces su rutina de deportes, mujeres y automóviles que serían pagados por el OPDS y que le valió el mote de “El Floyd Mayweather de Almirante Brown”, se ve interrumpida por el destino. Algo así ocurrió la noche del 28 de febrero cuando, luego de una noche de bebidas, chocó “La Máquina” del OPDS a la salida de un boliche. Dado que estaba alcoholizado y conducía un vehículo oficial para una actividad que poco y nada tiene que ver con las del organismo, tuvo que intervenir su sospechado padrastro, el mencionado Adrián Rodríguez.
Así, el otrora titular de Automotores del OPDS lo premió con unas vacaciones pagas a cargo de la provincia de Buenos Aires, y llevó a escondidas el vehículo al taller Hermann, de la calle 36 entre 22 y 23, que también ha estaría vinculado con sus negociados. Uno más de los pequeños kioscos de Adrián Emir Rodríguez, el Señor Miyagui del OPDS.
Comentá la nota