El ex presidente comenzó a ser juzgado por no haber declarado en 2000 cuentas bancarias en el exterior, propiedades, dos aviones ultralivianos, inmuebles en La Rioja y acciones de Telecom y Telefónica. La defensa pidió que fuera sobreseído por prescripción.
Mientras se retiraba del tribunal, Menem hizo declaraciones políticas. Dijo que apoya al gobierno nacional y destacó como “muy importante” que se haya subido el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias “para no perjudicar a quienes trabajan incansablemente para llevar el sustento a sus casas”. También evaluó que “la Casa Rosada ha tomado nota del resultado de las elecciones primarias, vamos a ver lo que ocurre en octubre”.
Mientras Menem negó la existencia de una cuenta en el exterior, fuentes judiciales recordaron que en 2002 el ex presidente admitió que tenía una en Suiza con 660 mil dólares, provenientes, según adujo entonces, de la indemnización que cobró como preso político durante la dictadura.
Menem también consideró “totalmente infundados” los argumentos de las acusaciones de la fiscalía y la Oficina Anticorrupción, y aseguró que no está “buscando el respaldo del Gobierno ni nada que se le parezca” en los juicios y procesos en su contra, sino que “simplemente concurro a estas citaciones para hacer las defensas del caso”.
El ex presidente llegó a juicio procesado por omitir bienes en su declaración jurada del 10 de octubre de 2000, obviando informar sobre dos cuentas bancarias en el exterior, dos aviones ultralivianos, acciones de las empresas Telecom y Telefónica, dos automóviles, dos inmuebles en La Rioja. Una de estas cuentas en Suiza por 600 mil dólares y otra en el Principado de Liechtenstein por seis millones de dólares estarían a nombre de “Red Spark Foundation” y habrían sido abiertas por su ex secretario privado Ramón Hernández, según la acusación fiscal leída al inicio del debate.
Menem argumentó que no hubo accionar malicioso en la omisión de los bienes, que las cuentas bancarias fueron abiertas por “cortesía” de los bancos y él ignoraba su existencia; que los ultralivianos “no tienen valor económico y están totalmente destruidos con hierros retorcidos, sin ningún valor”. Sobre uno de los vehículos, una camioneta, la defensa aseguró que pertenece a Antonella Carla Menem, la hija del fallecido Carlos Menem Jr.
El cargo que afronta el senador es el de “omisión maliciosa de declaración jurada, falsedad ideológica e incumplimiento de deberes de funcionario público”, con penas de hasta seis años de prisión previstas. El ex presidente tiene ya una condena a siete años de prisión impuesta por la Cámara Federal de Casación Penal por el tráfico de armas a Croacia y Ecuador durante su mandato.
El cuarto intermedio dispuesto por el Tribunal Oral Federal 4 (TOF-4) se debió a que la funcionaria del Ministerio Público Fabiana León solicitó contar con más tiempo por haber detectado “irregularidades” en la instrucción del caso, y para responder planteos de la defensa y así “velar debidamente por los intereses del proceso y la sociedad”.
Menem, de 83 años, compareció acompañado por su hija Zulema, que solía acompañarlo en los viajes presidenciales como “primera dama”. Ayer se sentó justo detrás de su padre, de traje negro, camisa blanca y pantalones ajustados, cuidada de cerca por un ex custodio de la época en que Menem estaba en la Casa Rosada.
Los abogados defensores Pedro Baldi y Omar Daer pidieron el sobreseimiento al considerar que “la acción penal está extinguida por prescripción”, pues los supuestos delitos habrían sido cometidos casi trece años atrás, el 6 de octubre de 2000, cuando Menem presentó su declaración jurada.
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