Primero se conoció el caso de Angel Di María y la barra de la calle Perdriel. Pero después también se supo que Messi y Mascherano costearon vuelos charter para tener a los pibes más amigos de la infancia en las tribunas del Maracaná este domingo.
El revuelo que generó la clasificación de Argentina a la final del Mundial de Brasil despertó, a último momento, improvisados viajes a Río de Janeiro. Para los jugadores de la Selección, en cambio, el deseo que floreció es el de estar acompañados por familiares y amigos, y así, desde la concentración en Belo Horizonte, Angel Di María contrató un vuelo charter para llevar a sus amigos de la infancia, Javier Mascherano contrató once micros para tener barra propia en tierra de Pelé, y Lionel Messi se aseguró la presencia de sus compañeros de cuadra, algunos de los cuales ya tuvieron la oportunidad de visitarlo en España. Todos a Brasil y con entradas para mañana, en el Maracaná, alentar al amigo que triunfa por el mundo jugando al fútbol como lo hacía de chico.
"Angel (Di María) nos preguntó si íbamos a Brasil y le dijimos que íbamos a ser todo lo posible para estar", cuenta Nicolás, amigo de Di María en barrio la Cerámica. "Averiguamos por pasajes y no había nada, ni para ir en micro. Nos queríamos matar. Le contamos a Angel y nos dijo que esperemos un poco porque estaba viendo el tema. Y al rato nos llamó para decirnos que ya teníamos boletos en avión y entradas para todos", contó Nicolás, uno de los diez amigos de Di María, a quien el ex jugador de Central le regaló pasaje y boleto para la final de mañana ante Alemania. Di María contrató un vuelo charter, al estar todos los boletos por aerolínea comercial agotados, para tener bien cerca a aquellos amigos con los cuales compartió los primeros picados en la vereda de calle Perdriel.
También La necesidad de sentir de cerca a los afectos llevó a Mascherano a llevarse a toda la familia a Brasil junto a un numeroso grupo amigos de su San Lorenzo natal. En su caso, el volante de Barcelona de España armó la excursión con más anticipación, consiguiendo traslados para sus afectos por tierra: seis colectivos y cinco combis salieron el jueves por la noche de la ciudad con destino final Río de Janeiro para que la barra de Mascherano se haga escuchar en el Maracaná.
Por vía terrestre el periplo para atravesar los miles de kilómetros que separan a la ciudad con Río de Janeiro tenía como mayor obstáculo los cinco kilómetros de cola en Pasos de los Libres para cruzar a Brasil. Es que ayer era incensante el pasar de autos y micros en la frontera, con el celeste y blanco enbanderado la ruta.
Los amigos de Messi, aquellos que crecieron junto a él en calle Estado de Israel, en la zona sur, se fueron por avión a Brasil el jueves, luego de que la estrella de la Selección reservara vuelos y entradas para cinco de sus compinches del barrio. Algunos de ellos ya tuvieron la posibilidad de conocer Barcelona para darle compañía de su amigo más famoso, pero para este Mundial recién viajaron el jueves, quizá convencido Messi que la invitación debía reservarse para el séptimo partido de competencia, cuando esté en juego la Copa que Argentina alzó en manos de Daniel Passarella en 1978 y Diego Maradona en 1986.
"No lo podemos creer, nosotros cumplimos el sueño de ver un Mundial y Angel (Di María) cumplió el sueño de jugar la final. La emoción que tenemos es increíble. Pero no nos sorprende. Por Angel (Di María) es el mismo de siempre, el que jugaba con nosotros y el que hoy está en la Selección", resaltó Nicolás, quien hoy a la 23 volará a Brasil para ver a su amigo.
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