“Hace mucho tiempo, en los barrios de Formosa, la gran preocupación es la inseguridad; los vecinos viven encerrados en sus propios hogares, detrás de grandes rejas, para lo cual muchos se han endeudado, dando prioridad a una cuestión que en su escala de importancia, está por encima de la propia alimentación”, consideró.
El concejal Fabián Olivera exigió al Gobierno provincial una dosis de cordura para frenar a la delincuencia que asola “toda la ciudad, en cualquier hora del día, utilizando todo tipo de armas y apoderándose de lo que la oportunidad le permite”.
“Hace mucho tiempo, en los barrios de Formosa, la gran preocupación es la inseguridad; los vecinos viven encerrados en sus propios hogares, detrás de grandes rejas, para lo cual muchos se han endeudado, dando prioridad a una cuestión que en su escala de importancia, está por encima de la propia alimentación”, consideró.
“Lo que ocurre en el LisbelRivira, el Lote 111 o las recientes urbanizaciones no da para más; los funcionarios no pueden seguir haciéndose los distraídos, hay miles de familias enteras, con sus pocos bienes materiales convertidos en botines, que viven completamente traumados esperando ser visitados por los delincuentes”, advirtió.
“La droga, el alcohol y la falta de consideración por la vida misma son sustentos de los delincuentes, menores o muy jóvenes en la mayoría de los casos”, precisó.
Para el edil de Cambiemos, “la inexistencia de estructuras policiales formales en los asentamientos más precarios y con las familias más vulnerables de la ciudad, es una prueba contundente de lo poco o nada que la seguridad le importa a este Gobierno provincial”.
“Cuando los propios efectivos solicitan a los comerciantes que cierren bien temprano sus locales, no sólo están confirmando la presencia de los hechos delictivos, sino que, y esto tal vez sea lo peor, blanquean un peligroso mensaje: la propia incapacidad oficial para combatir a este flagelo, aumentando la sensación y el temor en el vecindario”, consideró.“Los vecinos saben que deben arreglárselas solos, que la actuación policial, si se produce, será posterior al robo del motor, de la bicicleta o la moto, cuando la pérdida del bien es irreparable y el trauma familiar una realidad angustiante, porque tal vez debieron lidiar con uno o varios delincuentes que atacaron con cuchillos o armas de fuego”, definió.
“Pido una dosis de cordura, de sensibilidad al Gobierno provincial. Si esto pasa por una cuestión presupuestaria o de políticas, es necesario instalar el debate o encarar las acciones necesarias para proteger a los vecinos”, destacó.
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