Al recorrer las viviendas conocidas como de la Caja que están en un completo abandono, se puede ver que uno de los muchos monumentos a la corrupción que existe en la ciudad.
El concejal Fabián Olivera volvió a ocuparse de lo que considera la “crisis histórica en materia habitacional de Formosa”, y pidió al gobernador Insfrán que entregue las casas, ubicadas al norte del barrio Emilio Tomás y las utilice para “dar respuestas a las familias de la ciudad inscriptas ante el IPV, e identificadas de entre las más apremiadas que aguardan ser beneficiarias del Estado provincial”.
“Con mi equipo de trabajo estuvimos recorriendo las viviendas conocidas como de la Caja, ubicadas al norte del barrio Emilio Tomás, sobre la avenida Juan Domingo Perón, que permanecen abandonadas y semidestruidas hace mucho tiempo”, describió el legislador radical.
“Fue obra del Gobierno militar de Formosa entre 1978 y 1979, con el contador Barberis administrando la Caja de Previsión Social, de ahí su identidad popular”, recordó. “Se licitó la construcción de 104 viviendas, que fue adjudicada a la empresa tucumana Mole Construcciones; se generó una gigantesca reacción por fallas en la edificación, y se abrió un sumario con la integración de una unidad especial de seguimiento de la obra”, agregó.
“La empresa se fue un finde sin dejar nada, salvo deudas con los trabajadores que llegaron el lunes siguiente y no encontraron a nadie”, redondeó Olivera.
“Cuando asume Floro Bogado, en 1983, pide conocer el estado en que se encuentra la obra; de ahí en más se esfumó todo. Cuando asume Armando Felipe Cabrera en la Caja, se venden alrededor de 80 unidades en el estado en que se hallaban. Hay unas 30 que permanecen judicializadas, pero en cualquier momento van a aparecer con “dueños”, resumió.
“Esta síntesis ayuda a entender porqué no se hizo nada ante semejante cuadro, pero debe imponerse el sentido de justicia, de coherencia, y de responsabilidad institucional ante la gigantesca crisis que afecta a miles de formoseños en materia habitacional”, consideró.
“Es uno de los muchos monumentos a la corrupción que existe en la ciudad; uno no puede evitar sentir rechazo cuando pasa por este lugar que hoy está a pocos metros de la gran urbe, y como si se tratara de una obra histórica, permanece envuelta entre pastizales y muchas de sus partes caídas o, directamente, desaparecidas”, describió.
“Considero que deben ser confiscadas y lo que puede aprovecharse de su construcción devuelta a los formoseños, sus justos propietarios”, reafirmó.
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