Hace aproximadamente un mes resurgieron los movimientos okupas en distintos puntos de la ciudad luego de varios años de las masivas tomas que se registraron en 2012. A diferencia de las registradas hace tres años, donde se cruzaron acusaciones de motivos políticos en las usurpaciones desde los diversos sectores del arco político y los funcionarios y dirigentes visitaron los asentamientos, hasta el momento los okupas no recibieron la visita de ningún dirigente político ni de funcionarios oficiales.En los dos asentamientos del barrio Patono y los terrenos usurpados de los barrios Virgen de los Dolores y 17 de Agosto respectivamente aguardan por definiciones judiciales a poco más de tres semanas de las tomas ilegales que se desataron.A pesar del clima electoral provincial que se evidencia en este año, los okupas señalaron que hasta el momento ningún tipo de dirigente político o funcionario estatal se hicieron presentes en los terrenos para interiorizarse de la situación o acercar asistencia. “Hasta el momento nadie se acercó para saber cómo estamos o asistirnos y son más de cien las familias que están viviendo”, señaló Raúl, uno de los delegados del asentamiento del barrio Patono, en diálogo con El Litoral.“No vino absolutamente nadie ni siquiera a preguntar cómo estamos”, añadió uno de los okupas del asentamiento de la calle Las Heras al 5.000 en el barrio 17 de Agosto.Si bien, las usurpaciones masivas del 2012 en los barrio Pirayuí, Galván y Quilmes obtuvieron una repercusión mediática local, regional y nacional mucho mayor, por los predios usurpados pasaron referentes de partidos políticos o movimientos sociales desde  el líder piquetero del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (Mijd), Raúl Castells, hasta la diputada comunista Sonia López y la hermana del senador nacional Eugenio “Nito Artaza”, y posterior candidata a diputada, Amelia Artaza, entre otros dirigentes y referentes. Inclusive las denuncias de usurpaciones ocasionaron la mediación de la Policía de la Provincia para llegar a una solución, gestiones que posteriormente fueron encaradas por la Comisión Nacional de Tierra y Hábitat, pero que en todas las ocasiones cayeron en sacos rotos.Mientras tanto, los okupas solicitan asistencia alimenticia o sanitaria para los niños que se encuentran en los predios descampados.