Ana Paula Motrel, Directora de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Trenque Lauquen, describió en diálogo con ANTI la experiencia en la localidad del oeste de la provincia y afirmó “es una suerte que Chascomús acceda a esta financiación, este tipo de proyecto significa jugar en primera”.
En la búsqueda de expresiones respecto del proyecto ambiental que tanto debate genera en la comunidad de Chascomús, Ana Paula Motrel, Directora de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Trenque Lauquen, ciudad emblema en tratamiento y gestión de residuos desde la década del 90, a partir de la célebre administración del intendente Jorge Barracchia, describió en diálogo con ANTI la experiencia en la localidad del oeste de la provincia y afirmó “es una suerte que Chascomús acceda a esta financiación, este tipo de proyecto significa jugar en primera”.
En 1994, hace 26 años, durante el gobierno del Dr. Jorge Barracchia, Trenque Lauquen inauguró la Planta de Procesamiento de Residuos (PROLIM) como alternativa para el tratamiento de la basura. En estos últimos años, con la gestión del intendente Miguel Fernández (Juntos por el Cambio) se transformó en Polo Ambiental Integral y mejoró sus funciones y características.
En el predio se desarrollan diferentes emprendimientos municipales relacionados a la separación y ordenamiento de residuos sólidos urbanos y su puesta en valor, como así también iniciativas relacionadas a la investigación y el desarrollo. Todos los residuos urbanos, por fracciones y tipo, tienen su circuito específico y tratamiento, con la correspondiente disposición final. No obstante, “todavía tenemos basural a cielo abierto y enterramos basura”, expresó Motrel y agregó que “tenemos el terreno donde estaría el relleno sanitario, la membrana y los caños, pero falta la inversión para el proyecto ejecutivo inicial y demanda millones”.
En ese sentido, valoró la posibilidad que tiene Chascomús y opinó que “no hay que tener miedo, las acciones de rechazo o repudio están bien, es la forma de exigir mayor información y es válido, pero no de tal manera que impidan el proyecto, sino que lo acompañe y lo transforme en el mejor plan posible”.
Respecto de la separación en origen, aspecto clave en cualquier proyecto de tratamiento de residuos, la funcionaria consideró que “no hay que temerle a las ordenanzas –Trenque Lauquen la tiene–, el ciudadano debe saber que tiene derechos y obligaciones, y entre las últimas está la de separar la basura, no puede quedar atado al voluntarismo. El cuidado del ambiente es responsabilidad de todos”.
Además de la normativa, la Municipalidad de “Trenque”, como la nombran sus vecinos, colocó puntos limpios e hizo intensas campañas de concientización: “Es la forma para que la separación esté en la cotidianeidad de la gente, cuando te distraes el compromiso cae y eso que tenemos una historia sólida en la materia”, narró la ambientalista.
En cuanto a la regionalización, que no será tal finalmente en Chascomús, Ana Paula Motrel consideró que “hay que mirar más allá de nuestra propia ventana y tener en cuenta que es poco probable financiamiento en ciudades chicas y que por eso la solución es colectiva”. A propósito, mencionó el caso del Ceamse: “Recibe los residuos de todo el Gran Buenos Aires, pero está en San Miguel, no creo que el vecino de esa localidad esté contento, pero se definió que era el mejor lugar para montar la estructura y beneficiar a todos de esa manera”.
Para desestimar la frase “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago” Trenque Lauquen trabaja en la regionalización del tratamiento de deshechos patológicos junto con Saliqueló, Ameguino, Pellegrini y América, “vemos el win win, ganamos todos. Siempre hay que ceder en materia ambiental, sino es difícil. Nos vamos a beneficiar como sede del proyecto y también el resto, es interesante. Somos de distinto color político pero entendemos que la salida es entre todos”.
En este caso, por ejemplo, hay que “explicar los beneficios en el mediano y largo plazo, informar cuánto se va a reducir, qué empleo va a generar, manifestar que la ciudad propia y la vecina va a estar más limpia y, por supuesto, garantizar su continuidad, hay que tirar de ese ovillo”, agregó.
Motrel mencionó la separación de residuos en el hogar, el parque automotor para la recolección, la eficiencia de la planta de reciclado y la decisión respecto de la disposición final como “piezas de un rompecabezas costosísimo” que, a su criterio, “exige gestión, planificación, recursos económicos y humanos; inversión que lleva tiempo, parece lenta, pero que en el tiempo te posiciona diferente”.
Por otro lado, dada su experiencia, se refirió a la inversión del BID: “La GIRSU es una herramienta técnica para la gestión de residuos en distintos lugares, no solo en Argentina. Las grandes estructuras las financia este banco y exige rendiciones. Personalmente me ha tocado y te cuentan hasta las costillas. Ojalá tuviéramos la oportunidad de Chascomús, las cosas que haría, tienen que ser visionarios y aprovechar, cerrar la puerta antes de empezar es terrible”.
La ubicación de la disposición final de los residuos también fue materia de análisis, respecto de la cual opinó que “a la distancia, el actual basural parece lo mejor, ya está impactado y es buenísimo tener la posibilidad de sanearlo. Hay que confiar, está todo escrito y legislado, no se puede hacer lo que uno quiere”.
“¿Qué Argentina queremos, la que se plantea desafíos o la que siente que todo está teñido de corrupción?, preguntó para finalizar. “Me gusta pensar que estamos en condiciones de hacerlo bien”, respondió y cerró desde “Trenque”: “Es importante que las instituciones ocupen el rol de contralor, que se creen consejos para llevar informes semestrales; es una suerte que Chascomús acceda a la financiación, este tipo de proyecto significa jugar en primera”
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