Muiños es una dirigente peronista de extensa militancia en la Ciudad. Durante sus dos mandatos como legisladora porteña (en diciembre concluye el segundo) su labor fue reconocida por oficialistas y opositores, lo que se reflejó, además en que la propuesta a su nuevo cargo contó con el respaldo de más de 200 organizaciones y personalidades asociaciones civiles, sindicatos, organizaciones no gubernamentales y defensoras de los Derechos Humanos, entre los que se destacan la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; y la Fundación Servicio Paz y Justicia, que preside el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, entre otros.

El esquema para designar al Defensor o la Defensora que cubrirá la vacante generada tras la renuncia de Alejandro Amor contempla que las postulaciones deben ser promovidas por uno o más diputados para transformarse en candidaturas, lo que hoy quedó oficializado en la reunión parlamentaria.

Según el cronograma, entre el 4 y el 12 de octubre se recibirán las impugnaciones u observaciones respecto de la candidata, en tanto que el 25 se hará una audiencia pública para que informe allí sobre su idoneidad para el cargo.

Por último, se llamará a una sesión especial, el 5 de noviembre, en la cual la designación deberá contar con el voto de las dos terceras partes del total de los diputados, es decir, al menos 40 de los 60 escaños.

La Defensoría del Pueblo es un órgano unipersonal e independiente con autonomía funcional y autarquía financiera.

Tiene como misión “la defensa, protección y promoción de los derechos humanos y demás derechos y garantías e intereses individuales, colectivos y difusos tutelados en la Constitución Nacional, la Constitución de la Ciudad y las leyes, frente a los actos, hechos u omisiones de la administración, de prestadores de servicios públicos y de las fuerzas que ejerzan funciones de policía de seguridad local”.