Un emisario de Chile, el ex jefe de la OEA, José Miguel Insulza, estuvo ayer en la Casa Rosada. Y también irá a Uruguay.
La atenta escucha del papa Francisco a la embestida de Evo Morales por la salida al mar que le reclama a Chile, y el llamado al “diálogo indispensable” que lanzó el Pontífice el jueves pasado, pusieron al rojo vivo las alarmas en Santiago, que ya estaban encendidas en los días previo a la visita.
Ayer, el mandatario boliviano subió la apuesta y prometió que su “gran campaña” se extendería a Brasil y la Argentina. “Tengo que viajar a Argentina, tengo un compromiso con la compañera Cristina (Fernández), dos días de gestiones, estamos en una gran campaña para que Bolivia vuelva al mar con soberanía”, aseguró en medio de sus preparativos para su viaje a Buenos Aires mañana, adonde inaugurará con la Presidente la estatua de Juana Azurduy que regaló a la Argentina su gobierno y que fue emplazada en la Plaza Colón, detrás de la Casa Rosada.
Pero no pasaron horas para que la diplomacia chilena se involucrara de lleno en la cuestión regional, sobre todo si se tiene que en cuenta que ayer en el avión que lo trasladaba a Roma, el Papa volvió a tener otro gesto: consideró que “no es injusto” el planteo boliviano aunque aclaró que una mediación con Chile sería “el último paso” en el que tienen que estar de acuerdo las partes.
Si hay un tema que une a los chilenos, al oficialismo y la oposición, y también a los medios de comunicación, son las cuestiones nacionales, como precisamente la tensión territorial con Perú, o la marítima con Bolivia. Para no perder tiempo, ayer estuvo en la Casa Rosada un emisario chileno, el canciller de la Concertación para la Democracia, y ex secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza. El chileno estuvo reunido con el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, quien hasta anoche no quiso que trascendiera una palabra del encuentro, pese a las preguntas de Clarín. Pero en Santiago sí contaron que vino a explicar la posición chilena en el juicio que precisamente abrió Bolivia por su reclamo de salida al mar ante la Corte Internacional de Justicia, de las Naciones Unidas, en La Haya.
Insulza también estará en Uruguay para explicar lo mismo. Altas fuentes chilenas confesaron que hay preocupación por lo que piense la mandataria argentina del conflicto, donde los bolivianos gozan cada vez más de mayor consenso entre sus vecinos. Vale recordar el rotundo apoyo al reclamo boliviano por la salida al mar que le dio a Morales el ex presidente José Mujica. Y los chilenos viven haciendo frente en cada reunión de la Unasur. Otras fuentes tildaron directamente al papa de “antichileno”, desde épocas en que era un líder religioso en la Argentina. Y hasta se animaron a destacar que la democracia chilena apoya a la Argentina por Malvinas, sin condiciones. El tema es muy sensible. El Gobierno, aquí, no se ha pronunciado
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