En el marco de la fiesta de la “presentación del Señor al Templo”, el obispo de la Diócesis de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, consagró a seis seminaristas a las órdenes sagradas e instituyó a otro como acólito en la Catedral de la Ciudad de las Cataratas.
Después de resaltar el sentido de esta fiesta religiosa sobre la presentación de Jesús en el Templo para cumplir el ritual de la ley en la época de Jesús, el Obispo recordó a los seminaristas que “hoy, la voz del Señor debe ser escuchada, interpretada y proclamada conforme a las enseñanzas de la Iglesia y para eso ustedes se están formando: para responder al llamado de seguir a Jesús Sacerdote con generosidad, paso a paso y día a día, movidos y ayudados por su gracia”. Monseñor Martorell resaltó a los seminaristas y a los fieles la importancia de la formación en el seminario y de este tiempo privilegiado para crecer en la intimidad con el Señor. El obispo aconsejó a sus seminaristas a profundizar en la fe, la esperanza, la caridad, el espíritu de oración sacerdotal, “crecer en las virtudes humanas y cristianas, sobre todo en la obediencia y el amor a Cristo, a la Iglesia fundada por él, a la tradición y el magisterio”. Agregó: “no dejen que entre en sus corazones el pecado, la muerte y la corrupción. Han sido llamados a ser testigos de la verdad, a tener pasión por el Evangelio, amor y respeto a la Eucaristía, a ser ejemplos para el pueblo de Dios, a ser hombres de bien, serenamente profundos y alegres”. Por último, Martorell pidió a los candidatos al sacerdocio a que consagren su corazón a la Virgen, “la llena del Espíritu Santo, ya que ella será el consuelo de cada día para el corazón sacerdotal” y que no olviden rezar el rosario de cada día “para que ella los lleve a Cristo y se haga realidad el yo en Cristo, Cristo en mí, yo en Él y en la Iglesia”.
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