El funcionario dijo que “la inclusión distingue a este proceso histórico del que se retiró hace muy poco de la provincia”.
“El concepto de inclusión distingue a este proceso histórico del que se retiró hace muy poco tiempo de la provincia. El circuito de conductas autodestructivas de nuestros jóvenes alcanzó su techo, de acuerdo con Unicef y no por lo que dice un partido político, en el año 2010. Nunca hubo tanto abandono en una provincia hacia los sectores vulnerables como en el año 2010”, dijo ayer el ministro de Desarrollo Social Daniel Barros.
Estas declaraciones fueron emitidas en el acto por el 88º aniversario de la Casa Cuna, durante el que se inauguraron la nueva sala de computación y la biblioteca popular que llevará el nombre del dirigente Sebastián Corpacci.
El acto fue encabezado por la gobernadora Lucía Corpacci y, además de Barros, participaron la senadora nacional Inés Blas, el senador capitalino Ramón Figueroa Castellanos, los diputados Cecilia Guerrero y Juan Pablo Bosch, el secretario de Ambiente Armando Zavaleta y la subsecretaria de Inclusión y Desarrollo de la cartera social, Paola Fedeli.
“Nada indica que los términos de desarrollo relativo humano de Catamarca vayan a cambiar si no se cambian los paradigmas. Por eso, es sustancial comprender que no es lo mismo hacer un metro de cordón cuneta o 100 metros de asfalto que modelar, trabajar con esa arcilla extraordinaria que es la condición humana. Por eso siempre hemos de desconfiar de aquellos que sólo utilizan el metro cuadrado y la obra pública y no al hombre. Una cosa no descarta la otra, pero está claro que la centralidad de las políticas públicas en pueblos como Catamarca es el ser humano. Y en este sentido hemos dado muestras de que avanzamos en esa dirección”, dijo Barros en su alocución.
Por otra parte, el funcionario mencionó el informe que deberá presentar próximamente ante la comisión de Niñez y Adolescencia de la cámara de Diputados provincial, que se concretará la próxima semana: “Estamos contentos y orgullosos de ir a dar explicaciones a quienes durante años no pidieron un informe para saber de qué se trataba. Esto no es un desafío, es aprender a respetarnos y a interactuar con la propia historia. Constituye un acto de cinismo político de quienes demandan a este gobierno la atención de nuestros menores. El saldo de esta gestión ha sido excepcional en esta materia”, indicó Barros.
En este sentido, consideró: “Hemos logrado mejorar exponencialmente el número de nuestros jóvenes con problemas que son cada vez más profundos y difíciles de solucionar, evitando el aislamiento y promoviendo su relación constante para hacerlos volver al cariño y al amor de sus familias. Esto es un trabajo del Estado. Muchas veces las familias nos dejan chicos porque no tienen qué comer, no pueden atender las demandas de salud, de educación de los niños, y ahí debe estar el Estado”, concluyó.
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