El embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, se reunió con la ministra de Ambiente, María Inés Zigarán, a fin de establecer una agenda de trabajo común en materia ambiental y además incorporar la experiencia del país hermano en el reconocimiento de la interculturalidad dentro de la gestión pública.
Uno de los temas centrales abordados en el encuentro se refirió a la participación de las comunidades indígenas en la política ambiental, tanto de Bolivia como de Argentina. Como es sabido, el país andino tiene una rica experiencia en este sentido, puesto que se constituyó como un Estado Plurinacional, y ha demostrado una sólida incorporación de interculturalidad dentro de la política pública.
Concretamente, los funcionarios conversaron sobre la posibilidad de tejer vínculos con organismos de Bolivia dedicados a abordar la cuestión ambiental. Bolivia, según explicaron, viene avanzando considerablemente en relación con la protección del ambiente y garantizando mejoras en la calidad de vida de sus habitantes.
Zigarán destacó como verdaderamente importante el trabajo que realizan en el país limítrofe. Valoró de igual modo la necesidad de compartir experiencias y conocimientos, además de la posibilidad de que pueda existir una transferencia de tecnología desde Bolivia hacia Argentina para resolver problemáticas ambientales.
Por otro lado, describió que en el país andino hay avances muy concretos en temas como la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) que se pueden aprovechar. Lo que de alguna manera vendría a reforzar las acciones que se vienen impulsando localmente en el marco del Programa de Gobierno "Jujuy Verde".
En este sentido, una de las mayores preocupaciones compartidas por el Bloque Andino, que nuclea a ambos países, es el del calentamiento global. Por eso, otro de los capítulos considerados en la reunión es el de la posibilidad de incorporar estrategias para la mitigación y adaptación frente al cambio climático. Lo mismo que buscar alternativas de control del tránsito de residuos secos, o la fracción seca de residuos sólidos urbanos, ya que actualmente se realiza de manera informal e irregular.
Según explicaron los funcionarios, en la zona de La Quiaca y la Puna hay recuperadores informales de plástico que venden a empresas que están radicadas en Villazón y Tarija. El tránsito de ese residuo, la forma de comercialización, en la actualidad es irregular. Es por ello, que manifestaron que el mayor interés pasa por resolver la problemática, incorporar a los recicladores para que puedan desarrollar su tarea de forma legal y reconocida.
Por su parte, el embajador Álvarez García asumió el compromiso de estudiar la normativa y los acuerdos binacionales vigentes entre ambos países. Y considerar la posibilidad de establecer un Capitulo, un Protocolo Adicional, o un Acta Complementaria sobre el tema de los residuos sólidos urbanos, fracción seca; sobre todo, para que los recicladores de la Puna puedan vender y se puedan desarrollar además otro tipo de acciones, por ejemplo, lo referido a la gestión ambiental de las zonas fronterizas, un área sensible para ambos países.
Otro de los compromisos asumidos fue gestionar reuniones ante las autoridades bolivianas correspondientes. Tanto con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua de Bolivia, representado por Alexandra Moreira; como con el Ministerio de Relaciones Exteriores, al frente del cual está el canciller David Choquehuanca, experto en el tema del Buen Vivir: una postura que valora la relación de las personas y su interioridad, con la naturaleza y con los demás seres humanos.
Quedó abierta la posibilidad de realizar tratativas ante los responsables de la Universidad de San Andrés, para la realización de un Congreso sobre Medio Ambiente donde se pueda incorporar el aporte del norte argentino y de Bolivia, hoy protagonistas de una política ambiental trascendente.
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