El candidato de UxP visitará la provincia mediterránea este lunes. El rol estratégico de los jefes comunales de las ciudades chicas. La agenda que sigue antes del debate presidencial.
Por: Gimena Fuertes.
Cuando todavía resuenan las palabras de Juan Schiaretti, el gobernador saliente de Córdoba, quien el viernes posteó en sus redes un ataque directo al candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, quien va a disputarle el voto al macrismo cordobés con un acto masivo este lunes al que asistirá la nueva dirigencia, jefas comunales, intendentes y sindicalistas de las dos CGT locales, mostrarán que las palabras del patriarca en retirada ya no tienen el mismo efecto.
Massa venía aprovechando su perfil autónomo del kirchnerismo para ir juntando con paciencia de orfebre dirigentes y dirigentas que salgan a buscar el voto del electorado más difícil del país, aquel que le dio la victoria a Mauricio Macri en el balotaje de 2015 por 70%. Pero Massa no estaba pescando. Primero se sumó Natalia de la Sota, legisladora provincial y luego fue la funcionaria municipal Liliana Montero, quien venía del riñón de la senadora y esposa de Schiaretti, Alejandra Vigo, quien se sacó una foto el jueves con Malena Galamrini. Ambas dirigentas son del partido provincial de Schiaretti, Hacemos por Córdoba. Y eso no cayó bien en la casa de gobierno cordobés.
Al día siguiente Schiaretti posteó en sus redes un mensaje contra “el gobierno kirchnerista del ministro Sergio Massa”.
Fuentes del peronismo cordobés explicaron a Tiempo que estos gestos evidenciaron que el tándem Schiaretti-Macri estaba perdiendo peso entre la dirigencia. Schiaretti fue empleado de Macri en Socma y dirigentes locales reconocen el histórico acuerdo político entre ambos. Por eso entienden que “el Gringo” tuvo que salir a hacer ese gesto en contra de Massa y no evidenciar que ese acuerdo no se estaba cumpliendo en su provincia.
“También es una interna entre el gobernador saliente y el entrante”, sintetizan. Martín Llaryora asumirá este 10 de diciembre junto con una camada de intendentes y jefes comunales recién electos, en su mayoría por primera vez, a quienes les toca gobernar gran parte de los 427 municipios y comunas, de las cuales sólo 20 tienen más de 50 mil habitantes. En el resto el jefe del ejecutivo local es un vecino más, por lo que su definición a favor de algún candidato tiene un peso más importante que el de las grandes ciudades. En este recambio generacional Sergio Massa puede salir a ganar dirigentes y dirigentas territoriales estratégicos. El argumento de mayor peso para lograr su adhesión es que ellos serán quienes tengan responsabilidad de gobernar por lo que les convendrá tener un aliado en el Estado nacional. “Es su primer gobierno y no pueden hacer una mala gestión y la propuesta de Milei los deja con incertidumbre y miedo”.
Este lunes la visita de Massa será política e institucional. En Río Cuarto va a firmar un convenio para implementar el esquema de subsidios de la SUBE, una de las políticas cuyo señalamiento público antes de las elecciones dio resultado en el AMBA. Luego, al este de la provincia, en la ciudad de James Craik, visitará una cooperativa láctea para dar un mensaje al sector productivo agroindustrial pyme, característico de esa zona. Y por último concluye la jornada con la militancia local, con la yapa de juntar a las dos CGT, la de los gremios provinciales y la de los nacionales, en un acto conjunto. Se espera copar el predio con unas 7000 mil personas y habrá pantallas para los que queden afuera. Será el único orador, una forma de unificar el mensaje para Córdoba.
Por lo pronto, este domingo visitará Corrientes y Entre Ríos, dos provincias gobernadas por la oposición, la primera por el radical Gustavo Valdés y la segunda en donde en un mes asumirá Rogelio Frigerio del PRO. Luego, estará en Córdoba hasta el martes y desde allí viajará a Santa Fe, otra provincia de la región centro que el gobernador Omar Perotti no pudo retener para el peronismo. Ya el miércoles visitará el conurbano y hará acto en Florencio Varela. El jueves volará a Misiones, pero el viernes vuelve al AMBA, esta vez a Lanús, donde el dirigente de La Cámpora Julián Álvarez le acaba de ganar a Néstor Grindetti del PRO. El sábado estará en el populoso partido de José C. Paz al noroeste del conurbano.
Ya el domingo estará concentrado en la última gran posta antes del balotaje: el debate presidencial, que tendrá formado de show televisivo a la brasileña y en donde el candidato de UxP se sabe mover como pez en el agua. El siguiente lunes continúa con la campaña en Morón, el martes viaja a Río Negro, donde asumirá su aliado Alberto Weretilneck y luego irá a Neuquén. Ya después quedará por llevar a cabo el acto de cierre de una de las campañas más frenéticas y desconcertantes de la historia de la democracia. El domingo 19 se realizará el balotaje en el que se medirán dos modelos opuestos de país, un duelo en el que, si bien Massa parece en disputar contra Javier Milei en realidad se enfrenta a Mauricio Macri, y las palabras del Gringo Schiaretti a favor de la Corte Suprema así lo evidenciaron.
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