El gobierno del Partido Democrático –surgido tras el complicado resultado de los últimos comicios– todavía no pudo demostrar medidas que permitan un respiro para la sociedad y los gremios se lo hicieron saber en Roma.
Es la primera marcha masiva que se produce desde que el joven político del Partido Democrático (PD) quedó al frente del ejecutivo del país gracias a un acuerdo con el partido Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi. En menos de un mes, su aprobación bajó casi diez puntos y ahora se encuentra apenas por arriba del 30 por ciento.
"No podemos esperar más", decía la amplia bandera roja que encabezaba la manifestación en la capital italiana. En uno de sus extremos se podía observar el logo de la Federación de Operarios Metalúrgicos (FIOM), uno de los impulsores de la medida de fuerza que precisamente llevaba como consigna la frase escrita en la tela. Según los organizadores, la marcha convocó a unas 100 mil personas, cifra que fue rebajada a la quinta parte por fuentes policiales.
"Tenemos que empezar de nuevo con inversiones. Si no aparecen inversiones públicas y privadas, no habrá nuevos puestos de trabajo", destacó el secretario general de la FIOM, Maurizio Landini. Para el líder sindical, la manifestación expresaba la necesidad de un cambio en el rumbo del gobierno que sea favorable a la creación de empleo como prioridad frente a valores como la refinanciación de la deuda. La marcha, que contó con el apoyo de otros sindicatos y varias fuerzas de la izquierda, partió de la plaza de la República hacia la plaza de San Juan de Letrán, en Roma. A lo largo de su recorrido los manifestantes mostraron pancartas que decían "Dinero para vivir y comer" y corearon que las fábricas debían estar bajo control de los empleados.
Según una encuesta realizada el viernes por el Instituto SWG, la confianza en la coalición de Letta con el PDL del ex premier Silvio Berlusconi retrocede a pasos agigantados. En menos de un mes ya bajó del 43% al 34 por ciento. Eso se explica por la orientación que le ha dado a su gobierno el dirigente considerado de centroizquierda que poco ha hecho para diferenciarse de su antecesor, Mario Monti.
Para tratar de calmar los ánimos, el Consejo de Ministros aprobó el viernes una ley para suspender de forma temporal del pago de la cuota de junio del impuesto sobre la primera vivienda (ver aparte). Además Letta anunció un monto de unos 1000 millones de euros para refinanciar el fondo público destinado a los expedientes de regulación de empleo temporales, provenientes, entre otros, de fondos comunitarios y recortes de gasto en los distintos ministerios.
Ambas medidas, conocidas un día antes de la gran marcha de ayer, fueron consideradas apenas como un pequeño paliativo que no va al corazón del problema por el que la gente decidió salir a la calle.
Italia vive la recesión más larga desde 1970, y las tasas de desempleo se encuentran cerca de niveles récord, con un desempleo juvenil que araña el 38 por ciento. «
Efe, Ansa y Télam
Suspenden un impuesto a la vivienda
Un día antes de la primera protesta contra el flamante gobierno de Enrico Letta, el Consejo de Ministros italiano aprobó la suspensión temporal del pago de la cuota de junio del impuesto sobre la primera vivienda (IMU), una medida impuesta por su antecesor, Mario Monti, y muy criticada por las organizaciones sociales.
Según el decreto aprobado el viernes, queda suspendido el pago del IMU a la espera de que, antes del próximo 31 de agosto, se reforme este impuesto. De no ocurrir ello, la cuota ahora suspendida deberá pagarse a partir del 16 de septiembre.
Esta decisión, que aún debe ser ratificada por el Parlamento, fue anunciada con cautela por Letta ya que, según explicó, la intención del gobierno es la de no poner en riesgo los objetivos presupuestarios comprometidos con la Unión Europea (un 2,9% de déficit público este año). La abolición del IMU, vigente desde noviembre de 2011, fue una de las principales promesas de campaña del ex jefe de gobierno Silvio Berlusconi, ahora aliado de Letta.
Télam
El detalle
Espera
Los carteles destacaban la impaciencia de los manifestantes. "No podemos esperar más."
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