En diálogo con El1 Digital, la lugareña Sandra Fleytas declaró que los policías “volvieron a quemar todo sin mediar palabra” y aseguró que los vecinos “van a permanecer hasta que aparezca el dueño que fue a hacer la denuncia”.

Las 30 familias que tomaron el terreno resistieron cuatro intentos de desalojo. Según los vecinos, los encuentros con la policía fueron sin la presentación de una orden de desalojo formal. “Repiten que ellos van a venir con más efectivos y nos van a sacar de ahí, pero no nos muestran ningún papel”, señaló Fleytas.

Según los ocupantes, el predio, circundado por 140 casas abandonadas desde hace más de doce años, constituye un foco de hechos delictivos perpetrados por delincuentes que se refugian en las viviendas cercanas. “Las casitas del Estado se transformaron en aguantadero porque todo el mundo va, roba y se mete ahí. Nadie nos escucha”, apuntó la vecina.

En tanto, los vecinos involucrados en la toma propusieron la división del predio en lotes para comprar en cuotas, pero la oferta fue rechazada por los propietarios del lugar. “Que aparezcan los dueños para ver si se llega a un acuerdo para tratar de limpiar, alambrar y hacer algo productivo con el terreno”, concluyó.