Nuevo espacio temático en Almagro.Está en Cabrera y Medrano. Incluye libros, plástica, fotos y recitales de jazz, que remiten a la vida y obra de autor de Rayuela. Y arman una biblioteca para clientes.
"Las citas de cuentos y novelas trazadas con delicado pincel. Los retratos en Buenos Aires y París, las fotos de sus mujeres y de sus mascotas (Teodoro y Flanelle). Las mesas porteñas con tapa de fórmica y las otras, parisinas, con disco de mármol. Una rayuela a color, la pintura de René Heisecke y dos murales del artista plástico Ricardo Villar. Y sus libros, claro".
Así se presenta Café Cortázar, "esquina cronopia, espacio literario y refugio musical", el bar temático sobre el autor de Rayuela que abrió hace unos días en Cabrera 3797, Almagro. Un espacio dedicado a su vida y obras.
Arrancó con la muestra inédita Siempre empezó a llover, una serie de fotos de Bernardo Cornejo Maltz, quien vivió durante un año en la casa de la familia Cortázar en Artigas al 3200, "más precisamente en su dormitorio", explican en el Café. La exposición se puede visitar en el primer piso desde las 8 hasta el cierre, hasta fines de marzo.
El espacio promete, además, encuentros de lectura, presentaciones de libros, charlas, exposiciones y recitales de jazz. La idea es explorar la vida y obra del escritor. Y durante el verano prevé inaugurar la biblioteca Cortázar, con ejemplares para leer dentro del Café.
Allí, arriba de una tipografía de máquina de escribir –la misma que trazó historias memorables en su Olivetti Lettera 22–, la mirada de Cortázar ilustrada por el arquitecto y artista plástico Horacio Spinetto espía con "alegre curiosidad".
El edificio de 1889, cuando la casa del primer piso convivía con un almacén de ramos generales en la planta baja. A mitad del siglo pasado se transformó en la carnicería Don Vichi. Más tarde llegó la pizzería Doña Clota y, por último, el bar Pablo's, hasta hace dos años.
Por supuesto, hay cosas ricas (y hasta el menú, con los nombres, evoca trabajos de Cortázar). Sirven, como especialidades, picadas, tortillas y platos calientes. Pan casero y cerveza artesanal. Aperitivos. Vinos.
"Café Cortázar reinventó la esquina de Cabrera y Medrano con un deseo: celebrar al Cronopio Mayor a través de placeres sensibles, que se conjugan para hacer de la ficción una experiencia real", afirman.
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