El caso Mendiola y los riesgos de manejar después de haber tomado. Desde el comienzo del año hasta junio, 1.526 conductores fueron multados por manejar habiendo tomado más alcohol que el permitido.
Lucas Gabriel Carnero (22) vio que los inspectores de tránsito le hacían señas para que frenara en el control de alcoholemia de Hipólito Yrigoyen y la avenida Colón. Como estaba borracho, intentó escapar para evitar la multa. Su decisión causó una tragedia: atropelló y mató al policía Fabián Mendiola (34).
El caso conmovió a los marplatenses, pero la falta de conciencia de manejar un auto después de haber tomado podría desatar muchas más tragedias: según datos oficiales a los que accedió LA CAPITAL, en promedio nueve conductores por día dan positivo el test de alcoholemia. Es decir, se suben a un vehículo con sus reflejos, la capacidad de razonamiento y la concentración disminuidos. Un combo que puede ser mortal.
Las autoridades también están preocupadas porque hay cada vez más intentos de los conductores de hacer alguna maniobra para escaparse y eludir el control. El año pasado cinco inspectores sufrieron heridas por la violencia de los infractores. Entre ellos estaba Mendiola.
Las cifras de la Dirección Municipal de Tránsito y el Observatorio local de Seguridad Vial demuestran que no pasar el test de alcoholemia ocupa el octavo lugar de las infracciones - en total son 27- que se cometen en la ciudad. Según la gravedad del caso, la multas pueden ir desde los 4 mil hasta los 14 mil pesos. Además, la licencia de conducir puede ser retirada hasta por 90 días. Durante el 2014 se hicieron 40.604 controles de alcoholemia de lo que 3474 terminaron con autos secuestrados y conductores multados. El promedio fue de 9,5 por día.
En lo que va de este año, los sancionados fueron 1526. Un promedio de 8,4 por día. Más allá de las cifras similares, en estos años hubo un factor común: el crecimiento de la violencia de los conductores con los inspectores y de los intentos de eludir los operativos. "El control de alcoholemia es el más complicado en cuanto a la agresividad que reciben los inspectores de tránsito. También hay un constante intento de evasión por parte de los automovilistas lo que hace que los agentes trabajen en la noche muchas veces en una constante tensión. Es verdaderamente un trabajo que tiene una fuerte carga emocional para las personas que lo realizan", explica Máximo Mazzuchi, director operativo de Movilidad Urbana. Y, enseguida, agrega: "Es cada vez más habitual que intenten esquivar los controles. En todos los operativos hay al menos dos o tres episodios de intento de evasión por parte de los automovilistas. Estas cosas son permanentes durante todos los operativos".
Las maniobras más habituales para intentar evitar el operativo son estacionar unos metros antes del control, girar en U, y dar marcha atrás sobre la misma calle. Lo que juran los inspectores es que nunca habían visto intentar esquivar un control de frente como hizo Carnero antes de matar al subteniente de caballería que estaba colaborando con el operativo. "Nos llamó muchísimo la atención todo lo que pasó en este caso", cuenta Mazzuchi.
La decisión de un conductor de eludir un operativo de tránsito suele repercutir en la multa que aplica el juez de Faltas. "Cada evasión incluye por parte de la Dirección de Tránsito la generación de un acta complementaria que tiene que ver básicamente con notificar al magistrado sobre lo que intentó hacer el infractor", explica Mazzuchi.
La Ley Provincial de Tránsito establece que las multas para las infracciones de tránsito se establecen en base a unidades fijas (UF). Cada unidad vale lo mismo que un litro de nafta súper del Automóvil Club Argentino. En el caso de la alcoholemia positiva, las sanciones van desde 300 hasta 1000 UF. Es decir, que las multas pueden costar entre 4000 y 14 mil pesos. El valor lo determinará el juez de Faltas y para eso tendrá en cuenta la graduación alcohólica del infractor, si es reincidente o no, si tiene otras faltas graves y si provocó un accidente. "Una reincidencia implica una sanción que no solamente va en lo pecuniario, además le permite al juez de Faltas retener la licencia de conducir de 30 a 90 días", detalla el director operativo de Movilidad Urbana.
Perfil de los multados
El 92,9% de los infraccionados en controles de alcoholemia son hombres, mientras que el 7,1% mujeres.
El cifra surge de una relevamiento realizado por la Municipalidad en enero de este año, uno de los meses en que hay más multados por ser temporada.
Según este informe, el mayor estado de embriaguez encontrado fue un hombre que tenía 2,44 miligramos de alcohol en sangre. En el caso de las mujeres, a una conductora el test le dio que conducía con 1,61.
La franja de edad que encabeza el ránking de infracciones es la que va de 25 a 34 años. Luego le siguen 35 a 49, 17 a 24 y 50 a 64. A partir de más de 65 años, es cuando menos sanciones se producen.
Según la Fundación Civil Luchemos por la Vida, que busca evitar más muertes por accidentes de tránsito, conducir con 0,5 de alcohol en sangre - el límite de los
permitido en Mar del Plata- "reduce la visión con dificultades de enfoque y ocasiona desatención a las señales de tránsito que no pueden ser percibidas adecuadamente". A partir de 0,8, "la motricidad se ve afectada, se retardan los movimientos y aparece una sensación de euforia y confianza". (ver recuadro)
Los operativos
Los controles de alcoholemia se realizan los viernes, sábados y domingos a la madrugada aunque se agregan operativos los feriados o días especiales como el del amigo. Por lo general comienza a las 2 y terminan a las 6. Sólo en verano, los operativos se hacen todos los días.
Los inspectores de tránsito suelen colocarse en avenidas o calles de las zonas cercanas a los bares o boliches donde van los jóvenes.
- Muchas veces hay quejas sobre que los controles se hacen en lugares sólo para recaudar. ¿Cómo se define un operativo?, le preguntó LA CAPITAL a Mazzuchi.
- Los lugares los vamos cambiando. Durante el invierno, se hacen en las zonas de circulación que varían mucho en comparación con el verano que son sobre la costa. En cambio ahora buscamos otros lugares como pueden ser las zonas de Yrigoyen y las avenidas Luro, Independencia y Colón o calles de circulación que vinculan distintos lugares de esparcimiento nocturno.
- ¿Se prefieren las avenidas por sobre las calles?
- En realidad trabajamos tanto en avenidas como en calles. El operativo en la avenida tiene una visibilización más importante para la gente. La realidad es que nosotros buscamos un lugar que nos permita disponer la logística que se necesita para un operativo de alcoholemia. Entonces los lugares a veces responden a cuestiones vinculadas al movimiento nocturno, pero también a cuestiones vinculadas a la logística. Se tiene que pensar en un lugar donde se puedan acumular cinco o seis autos que van a estar detenidos o a la espera del traslado con las grúas. También se debe disponer de lugar en la vía pública para estacionar vehículos de tránsito, realizar un enconado y una calle de escape en el sentido de cuando se llena toda la manga hay que hacer pasar a los autos. Entonces, el operativo requiere de una logística y de un armado que no todas las calles lo permiten realizar. Además, muchas veces nos encontramos con la problemática que los vecinos en ciertos lugares se quejan de los ruidos que generan los operativos en la madrugada.
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