El intendente elude las definiciones hasta el final. Los bemoles de tanto misterio. El líder de AM ni se arrimó a Schiaretti, muestra de que no se sumará a su experimento electoral. Raverta cree que Cristina no moverá a Kicillof de la provincia.
Por: Ramiro Melucci.
Será como en las buenas series: el enigma principal se develará al final. El intendente le dio el jueves, a menos de un mes para el cierre de listas, más contenido a la trama: volvió a evadir la respuesta sobre su candidatura a la reelección.
A tono con la fecha que se celebraba, dijo que ninguno de los héroes patrios pensaba en nombres propios cuando se produjo la Revolución de Mayo. Otra vez jugó a despistar. Combinó frases de salida (“Mi compromiso desde este lugar es hasta el 10 de diciembre”) con otras de continuidad. “Eso te motiva, te da energías para seguir laburando”, comentó al mencionar los agradecimientos que, entre el vendaval de problemas, dijo escuchar de algunos vecinos en una reunión en el barrio Las Avenidas.
“Ya será el momento, hay que tomar la decisión pensando en qué es lo mejor para la ciudad –apuntó–. No importa quién gobierne, qué fuerza gobierne. Al que le toque gobernar lo va a tener que hacer con todos los marplatenses, batanenses y vecinos de Sierra”. El discurso sirve para descolocar en momentos en que crece la ansiedad por las definiciones electorales. Ya ha sido dicho que es el único en condiciones de darse ese lujo, porque se lo permiten las encuestas y no tiene rivales internos. Pero el abuso del recurso también tiene sus bemoles. Impacienta a parte de la tropa, que hubiera preferido empezar a tener un rumbo más preciso en la cuenta regresiva hacia el cierre de listas, y deja traslucir la intención de emigrar si se presentara la chance. Subyace el mensaje de que le resulta indistinto continuar su carrera política en Mar del Plata o en otro sitio.
“Unión y libertad”, repitió una y otra vez en la celebración del 25 de Mayo. Alguno podría pensar que el primer concepto estaba destinado a la interna de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires, donde cree conveniente una fórmula de consenso. El segundo es uno de sus favoritos desde que se convenció de la necesidad de evitar que el candidato de Javier Milei le arrebate votos.
Montenegro se volverá a ver al final de esta semana con Horacio Rodríguez Larreta, al que le reforzará su teoría de que es clave que no haya internas en la categoría de gobernador. “Es una necesidad para ganar ya no la provincia, sino el país”, coinciden distintos actores marplatenses de Juntos por el Cambio. En la previa de ese encuentro, le dio lugar al cordobés Juan Schiaretti para que presente en sociedad su armado electoral. La excusa fue un convenio de colaboración turística. El mandatario provincial ya reveló su intención de generar “un frente de frentes” para competir en las PASO contra otros presidenciables moderados. Ubica entre ellos a Larreta. También se mencionó la posibilidad de una fórmula conjunta. Otros prefieren ver más a largo plazo: un gobierno de coalición.
El intendente, que conoce a la perfección todas esas versiones, no tuvo inconvenientes en mostrarse amistoso, a pura risa, más allá de que su posicionamiento público se haya ido desplazando y ya no tenga tantos puntos de contacto como antes con los detractores de “la maldita grieta”.
El abuso del recurso impacienta a parte de la tropa, deja traslucir la intención de emigrar si se presentara la chance y refleja el mensaje de que le resulta indistinto continuar su carrera política en Mar del Plata o en otro sitio.
Al lado de Schiaretti estuvo Florencio Randazzo, al que el gobernador presentó como uno de sus armadores en la provincia de Buenos Aires. Cualquiera hubiera podido especular con que Gustavo Pulti estaba destinado a ser la pata marplatense. Pero no lo es. El que se sacó una foto con el cordobés fue el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el socialista Alfredo Lazzeretti. En cambio, el líder de Acción Marplatense no le ve consistencia a ese experimento. Hace tiempo se lo dijo a Randazzo, con el que se asoció en las elecciones de 2021 y no logró buenos resultados en las urnas.
“No hay nada que indique que no vayamos solos”, dicen en Acción Marplatense. La frase no solo confirma que no prosperaron las conversaciones con el peronismo de centro liderado por Schiaretti. Sin un escenario de PASO claro, también indica que no asoma una alternativa concreta por dentro Frente de Todos.
El partido vecinal se puso una fecha de cierre propia: el 10 de junio. Ese día presentará los resultados del plan de escucha vecinal y revelará el candidato que competirá “contra Montenegro y Raverta”, aseguran en AM. Lo que no dicen son las razones por las cuales, si están convencidos de que los rivales serán los candidatos naturales de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, Acción Marplatense debería aventurarse con algo distinto.
Como todo kirchnerista de ley, la directora ejecutiva de la Anses no se perdió el acto de Cristina Kirchner en Plaza de Mayo. Tras el baño de fervor militante, tuvo algunas percepciones electorales. Vio que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, empezó a exhibirse como candidato presidencial y no a gobernador, como se especuló durante la semana pasada después de una foto junto a intendentes del conurbano y el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner. También constató que el ministro de Economía, Sergio Massa, se mantiene en la carrera. Y no divisó indicios concretos de que Cristina decida llevar a Axel Kicillof a la boleta presidencial, como también se habló en los últimos días.
“No hay nada que indique que no vayamos solos”, dicen en Acción Marplatense. La frase confirma que no prosperaron las conversaciones con el peronismo de centro liderado por Schiaretti y que no asoma una alternativa concreta por dentro Frente de Todos.
Con ese friso de fondo, el Concejo Deliberante aprobó las rendiciones de cuenta de Montenegro. Juntos por el Cambio se esmeró en explicar cómo administrar un municipio en un contexto en el que la inflación no da respiro. Contó que los fondos de otras jurisdicciones para obras no siempre llegan de una vez y que los procesos administrativos demoran meses, por lo que conviene colocarlos en alguna herramienta financiera para que no pierdan valor. Relató los inconvenientes para conseguir insumos a precios razonables. Mencionó las dificultades para concretar licitaciones o recibir ofertas que respeten los presupuestos oficiales.
Algunos ediles establecieron entre las complicaciones para gobernar el monto del aumento de tasas. “El municipio, en estos últimos tres años, ha fijado aumentos siempre detrás de la inflación. Con lo cual, ha sido un escollo más para que la gestión a veces se dificulte”, dijo Liliana Gonzalorena, de la Coalición Cívica. Como si el porcentaje no lo propusiera el Ejecutivo. Por frases como esa, no quedó claro si para un sector del oficialismo los incrementos deberían a partir de ahora seguir más de cerca el ritmo inflacionario.
La oposición reconoció, a su manera, que no es el contexto ideal para administrar. Así y todo, hizo notar la subejecución de partidas en áreas claves y contrastó los lemas que alzó el oficialismo (orden, eficiencia, cuidado de recursos) con una realidad menos categórica y más pedestre.
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