Como generalmente sucede, lo relevante vino al final. Primero, el presidente Franois Hollande habló de la importante delegación que trajo a la Argentina, integrada por destacados funcionarios y empresarios, pero también por artistas y deportistas argentinos valiosos para Francia, como el pintor Antonio Seguí, el futbolista David Trezeguet, el chef Mauro Colagreco y el director de teatro Alfredo Arias. Contó algo grato para los que escuchábamos, que "todos querían venir a la Argentina". Habló del momento particular en el que viajó a nuestro país, iniciados los festejos por el Bicentenario de la Independencia y a días de cumplirse el 40º aniversario del nefasto golpe de Estado de marzo de 1976.

Resaltó los valores comunes unidos en el corazón de José de San Martín, que eligió morir en Boulogne Sur Mer. Informó que ya había asistido a homenajear a nuestro Padre de la Patria y que hoy irá al Parque de la Memoria. Elogió, sin nombrarlo, la tarea de Juan Carlos Villalonga, jefe de la delegación del Gobierno argentino después del 10 de diciembre en la exitosa Cumbre Climática que sesionó en París ("realizó una importante colaboración en la redacción del documento final"). Dijo que apoyaría a la Argentina a resolver sus problemas con la comunidad financiera y para ingresar a la OCDE. Anunció los acuerdos que se firmarían en materia de cooperación cultural, científica, tecnológica, educativa, televisiva (Francia 24 empezará a emitir en español).

Pero los dos puntos que más le interesaban los mencionó al final. Por un lado, pidió la colaboración de la Argentina para recibir refugiados provenientes de la zonas en riesgo, un problema que le exige a Europa un talento logístico y político complejo, que el tiempo solo va a agravar. Cada país dispuesto a ayudar en este asunto, es considerado un amigo por la UE.

Por otro lado, resaltó la cooperación en materia de narcotráfico, terrorismo, crimen organizado, trata de personas, o sea, en la seguridad del territorio europeo y de los ciudadanos que allí viven, el asunto más sensible de la agenda doméstica de los países centrales.

Infobae accedió al texto del acuerdo firmado ayer sobre el tema. Se trata de una declaración de intención entre ambos gobiernos, siete puntos que brindan un marco de cooperación bilateral para el período 2016-2018 bajo las siguientes prioridades:

1. Intensificación de la cooperación policial en lucha contra el terrorismo internacional y delincuencia internacional organizada, lucha contra el tráfico ilícito de productos estupefacientes.

2. En la lucha contra el terrorismo internacional, el crimen organizado y el narcotráfico, habrá cooperación en tránsito de personas en aeropuertos, ríos y puertos y vigilancia en la zona fronteriza.

3. Habrá formación de intercambio especializada en el Instituto Nacional de Altos Estudios de la Seguridad y la Justicia, en Francia, y del Ministerio de Seguridad argentino.

4. Se examinarán las necesidades operativas de las unidades y analizarán las funcionalidades técnicas de equipamientos, materiales y vehículos.

5. Se realizarán cursillos, entrenamientos, visitas de estudio, conferencias, seminarios.

6. Se especifica que la cooperación siempre será realizada de acuerdo a las legislaciones y presupuestos respectivos.

7. Se comprometen a coordinar el refuerzo de esta carta de intención.

La agenda de seguridad está funcionando como una "verdadera llave para generar confianza rápida entre la Argentina y los países centrales", explicó una fuente de Cancillería. En especial los asuntos vinculados al narcotráfico fueron motivo de desconcierto por los países europeos, puesto que durante años nuestros funcionarios aseguraban que Argentina no tenía nada que ver con la cocaína y, con desdén, decían que "éramos un país de paso, no de producción", como si eso no fuera tampoco un problema.

Los franceses aseguran que la cocaína que está entrando en Europa está saliendo básicamente de puertos venezolanos y argentinos, en ese orden, haciendo escala en África del Norte, lo que provoca gran inquietud en todos los países miembros de la UE.

De hecho, la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, virtual canciller, viajará especialmente a la Argentina a comienzos de marzo, para avanzar a escala europea lo que ya la cancillería argentina viene acordando con Italia y Francia, y seguramente también con los Estados Unidos. El viaje de la Comisario fue decidido esta semana, cuando los responsables políticos de la Comisión Europea tomaron nota de que Argentina avanza rápidamente en el diseño de su nueva política exterior, y consideraron oportuno trabajar personalmente con la Argentina antes de la visita de Barack Obama.

"Tengo cierto vértigo, los cambios son brutales", confesó un funcionario. Y agregó: "Hay una nueva configuración, pasamos de ser un país irrelevante, con peso solamente en los países más extravagantes del planeta, a empezar a jugar un rol en América Latina".