La Cámara de Diputados de La Pampa llega con cambios en su dinámica para 2018 y de cara a los dos últimos de la actual composición.
Por Norberto G. Asquini
Ahora parecen perfilarse en su interior los dos polos que se enfrentaron en las elecciones de 2017, y que lo harán en 2019. Con más fuerza en el PJ con sus aliados con la conformación de un interbloque; con intenciones de hacer lo mismo por parte de Cambiemos y tener alguna coordinación con los radicales, a pesar de la resistencia de estos que temen perder espacios políticos.
Fin a la tregua
Si el año pasado la Cámara de Diputados cerró su funcionamiento con la aprobación en general del Presupuesto y el pacto fiscal por parte de las tres bancadas mayoritarias (PJ, Frepam y Cambiemos-Pro) y algunos aliados (fueron 28 votos sobre 30), esto no significó que haya "puentes tendidos" entre las distintas bancadas, sino solamente posturas que coincidieron en torno a un paquete de proyectos. Si hubo cooperación en este punto, esto no significó que se disolviera el conflicto permanente que hubo durante los meses previos entre el PJ y Cambiemos-Pro, uno como oficialismo provincial y el otro como nacional. Ahora la tregua de fin de año entrará en tensión durante 2018.
Cerrando el campo peronista
Este año lo que se puede observar es que la polarización que se dio entre el PJ y Cambiemos en La Pampa durante las elecciones pasadas se empieza de alguna manera a institucionalizar, y el ámbito parece ser la legislatura. Los dos campos, el peronista y el no peronista, empiezan a definirse, aunque todavía le falte mucho a la oposición provincial para convertirse en un bloque unido.
Por el lado del PJ, la coalición instrumentada para las legislativas de 2017 por el gobernador Carlos Verna para frenar la ola electoral macrista comenzó a tomar formato gubernamental en los últimos días del año. El heterogéneo Justicialismo, que en su bancada contiene a seis sectores, pareció subliminar las diferencias internas e ingresó en la misma sintonía que el Ejecutivo.
A la vez, se conformó un interbloque con los dos monobloques aliados, el de Pueblo Nuevo de Daniel Robledo y el Frente Renovador de Darío Hernández, a los que se les dio un lugar en la gestión provincial, al primero en la Secretaría de Culto y al segundo en una subsecretaría de Desarrollo Territorial. De esta manera, se cerró políticamente el círculo del peronismo de cara a 2019 incorporando expresiones disidentes y frente a una posible unidad de Cambiemos en la Legislatura.
En ese sentido, las posturas críticas y autónomas de Facundo Sola en el PJ habían echado dudas sobre su acompañamiento en algunas votaciones y esto fue uno de los disparadores en pensar la necesidad de consolidar el quórum propio con la conformación de un interbloque que le diera mayor cohesión al oficialismo. Del lado del campo opositor al gobierno de Macri, solamente Eduardo Tindiglia del FPV quedó afuera del interbloque, en un espacio cada vez más marcado por su marginalidad en el escenario político pampeano.
El interbloque opositor
La última novedad se dio del otro lado de la polarización, en la oposición al PJ. Hay dos Cambiemos pampeanos, habíamos dicho en una columna anterior, y esto queda patente en la Legislatura. Hay un bloque de Cambiemos-Propuesta Federal (el Pro) junto con el bloque unipersonal del Mofepa; y está el del Frepam, conformado por los siete legisladores radicales, más el diputado socialista.
En 2015 ambos bloques fueron en la misma boleta y apenas pisaron la Legislatura se separaron, con denuncias cruzadas sobre quién fue el responsable de esa decisión.
En 2017 las elecciones legislativas, y la alianza nacional detrás de la figura de Macri, los volvió a unir en una lista para diputados nacionales. El resultado cambió el escenario: el candidato del Pro ganó la interna de Cambiemos.
Ese espacio es el que se muestra como el más opositor a la gestión de Verna y defensor de Macri. Ahora Cambiemos-Pro pidió a los radicales la conformación de un interbloque para comenzar a coordinar esfuerzos para "bajar" de una vez la alianza nacional a La Pampa, como ocurre en el Congreso Nacional y en otros distritos provinciales.
La heterogeneidad y fragmentación del radicalismo es evidente al interior del bloque del Frepam. Es fuerte la posición general de diferenciarse de Cambiemos-Pro para no quedar como segundos en la coalición opositora (o por sus diferencias con los integrantes actuales de esa fuerza). Por ese motivo hay algunas resistencias a la conformación de un interbloque, cuando no a la reunificación. En su momento esta coordinación había sido anunciada por el presidente de la UCR, cuando pensaba que ganaba la interna al Pro, idea que pareció abandonar con el golpe recibido en las PASO y la buena performance electoral de Cambiemos.
Dilemas de unos y otros
Sin embargo, hay también incentivos para trabajar en conjunto, al menos legislativamente, y esto es lo que están pensando algunos radicales. A favor de un interbloque está el argumento de que no significa unificación, solo coordinación de agenda y una relación estratégica para enfrentar al PJ sin perder espacios. Pero también hay argumentos en contra, como el quedar atrapados apoyando todas las medidas del gobierno nacional o perder autonomía fagocitados por Cambiemos. Los diputados del Frepam deberán discutir si conforman ese interbloque o no en los próximos días.
En esa discusión estará el diputado socialista Luis Solana, quien deberá definir también qué posición toma ante una decisión de sus socios políticos. Ha sido crítico al gobierno nacional, en posturas que lo acercan al PJ; pero también es parte de ese campo no peronista provincial y compartió listas con Cambiemos en 2015. Hay que ver cuál de los dos polos es el que finalmente elige, o si permanece en un espacio neutral deglutido por la "grieta" pampeana.
Desde una posición más fuerte, Cambiemos-Pro entiende que se debe comenzar a construir la alternativa provincial desde ahora para 2019, y que el primer paso es en la Legislatura.
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