Se trata de Yaganes, una empresa de capitales americanos, que espera el otorgamiento de 4 permisos experimentales de centolla para reabrir la planta de Conarpesa en Caleta Paula y tomar a 60 empleados que tras su cierre quedaron sin empleo, según se indicó.
Si bien el inminente desembarco de Yaganes causa preocupación en sector de la flota amarilla ante un potencial avasallamiento de otros proyectos que se encuentran consolidados hace larga data en el sector, Andrea Torres Espinoza, la representante de la firma, indicó que “la prioridad de Yaganes es trabajar sin alterar el equilibrio de todos aquellos proyectos que ya se encuentran en el ‘ecosistema’ de la provincia”.
“Queremos un lugar en Santa Cruz, hemos estado trabajando ya 15 meses y horas incalculables en esto, se han invertido más de 2,5 millones de dólares, agradecemos la visión del Gobernador Peralta y del Ministro Gilmartin por darle una oportunidad al proyecto. Nuestra prioridad hoy es poder finiquitar los detalles que quedan a nivel administrativo para el otorgamiento de los permisos, abrir la planta, mandar los barcos al mar y que traigan buenas noticias y podamos todos trabajar nuevamente”, sostuvo Torres Espinoza.
Malestar en la flota amarilla
Por su parte, pescadores y propietarios de embarcaciones de la flota amarilla que opera en el puerto de Caleta Paula, se mostraron en descuerdo con el posible desembarco de Yaganes en ese puerto al sostener que “la centolla es un recurso que históricamente lo pescamos nosotros que estamos desde toda la vida en el puerto y no nos parece justo que, ahora venga una empresa de afuera con cuatro barcos mucho más grandes que los que tenemos para llevarse todo el pescado”, recalcaron.
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