Los dos candidatos presidenciales competirán con candidatos propios en los municipios. Grindetti cerró un acuerdo con Cristian Ritondo bajo la sombra de Mauricio Macri. Esta semana se conocerán las encuestas para definir la interna Jorge Macri-Fernán Quirós
Por Ricardo Carpena
El PRO sigue jugando a endurecer la interna como si Juntos por el Cambio ya tuviera asegurado un triunfo electoral. El mejor ejemplo es lo que sucede en la provincia de Buenos Aires, un distrito decisivo que la oposición ya ganó en las elecciones de 2021 y en el que hoy aparece complicado por las divisiones entre larretistas y bullrichistas. La primera señal de tensar al máximo la pelea fue de Patricia Bullrich al confirmar que presentará listas propias para las PASO en los 135 municipios bonaerenses, en una jugada dirigida a presionar a los intendentes a jugarse por su candidatura, pero Horacio Rodríguez Larreta ya definió su contraataque: si no hay nóminas de unidad para fortalecer a los 22 jefes comunales del PRO, competirá en todos los distritos con sus propios candidatos.
La definición larretista es una réplica directa al anuncio que Bullrich hizo el miércoles pasado en un plenario que se hizo en Lanús con Néstor Grindetti, su precandidato a gobernador. “Tomamos una decisión que no tiene vuelta atrás -dijo la postulante presidencial-. El proyecto que se lleve adelante, desde Tierra del Fuego a La Quiaca, en la Ciudad de Buenos Aires, en la provincia de Buenos Aires y en cada una de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires están alineadas a un proyecto de cambio absolutamente coherente, decidido a que ese cambio tenga determinación, fuerza, carácter y no se quede a medio camino. Por eso, quiero ratificar que es una decisión tomada tener una fórmula en la provincia de Buenos Aires y candidatos a intendente en cada uno de los 135 municipios”.
Hasta ahora, el jefe de Gobierno avalaba el reclamo de muchos municipios para que se aplique el esquema de la “v” en las elecciones: un solo candidato a intendente con varios candidatos a gobernador y a presidente. Esa fórmula, sobre todo, la impulsan los jefes comunales que no quieren jugarse por ningún presidenciable y buscan asegurar su continuidad. Ahora, la titular del PRO en uso de licencia multiplicará sus candidatos propios en aquellos distritos que no la apoyen con exclusividad y lo nuevo es que su adversario en la disputa presidencial hará lo mismo. La guerra es inevitable.
Diego Santilli es el candidato a gobernador que acompañará la lista de Larreta
“Si sigue forzando a los intendentes a encolumnarse detrás de ella, Bullrich nos va a obligar a jugar en los mismos términos. No hay equidad en la estrategia. La unidad no puede ser una postura de un solo sector”, aseguran cerca del jefe de Gobierno para explicar por qué pelearán distrito por distrito.
En el escenario que se perfila, así como al intendente de La Plata, Julio Garro, que busca ser reelegido y se mantiene cerca de Larreta, el bullrichismo le disputará el voto con la candidatura de Juan Pablo Allan, senador provincial del PRO, habrá batalla en cada municipio: por ejemplo, un larretista declarado como Ezequiel Galli, intendente de Olavarría, competirá con Dalton Jáuregui, alineado con Cristian Ritondo; Héctor Gay, de Bahía Blanca, uno de los intendentes que dio el salto hacia Bullrich, se enfrentará contra Andrés De Leo, de la Coalición Cívica, apoyado ahora por Larreta, y en el equipo del jefe de Gobierno miden postulantes para enfrentar a Diego Kravetz en Lanús, territorio de Grindetti.
Aunque eludió confirmar la nueva estrategia electoral, Santilli afirmó a Infobae: “Mientras nos desangramos entre nosotros, mostramos divisiones y hacemos de la interna nuestra estrategia de construcción política, el oficialismo consolida su piso electoral y Milei crece en la provincia. Estamos poniendo en riesgo la oportunidad histórica de volver a ganar la provincia”.
“Yo siempre aposté a la unidad en los distritos que gobernamos en la provincia. Tenemos intendentes que han demostrado capacidad de gestión y transformación. La mayoría fueron reelegidos en 2019 cuando perdimos la elección nacional y provincial. Si no consensuamos una estrategia en común para ganar los 22 distritos y tratar de ganar 6 o 7 municipios más de la Primera y la Tercera Sección Electoral, vamos a terminar compitiendo en todos los distritos”, asegura Santilli.
El precandidato a gobernador resaltó que “la unidad tiene que ser una postura en bloque de todo nuestro espacio, incluidas las intendencias que gobierna el radicalismo, que es un aliado central y estratégico. Por momentos pareciera que preferimos porotear quién tiene más apoyos y destacar sólo la foto de una circunstancia puntual. Yo elijo diseñar una hoja de ruta que plasme la película, porque no sólo quiero ganarle al kirchnerismo en la provincia, sino que pretendo gobernar el distrito con una coalición potente que afronte desde el 10 de diciembre las reformas que nos permitan cambiar de raíz la administración provincial y cambiarle también la calidad de vida a los bonaerenses”.
Para los estrategas bullrichistas, el viraje de Rodríguez Larreta es una jugada inevitable a partir del crecimiento de Bullrich en las encuestas realizadas en el territorio bonaerense y a la oleada de pases de intendentes a sus filas: el más resonante fue el de Manuel Passaglia, de San Nicolás, y luego siguieron los de Gay; Mariano Uset, de Coronel Rosales, y Javier Reynoso, de Rivadavia.
Grindetti sondeará esta semana a otros jefes comunales y espera sumarlos al proyecto Patricia Presidente. “Seguramente incorporaremos a varios intendentes de municipios más chicos, pero confirmará que es una tendencia irreversible”, señalan allegados a Bullrich.
El precandidato a gobernador ya se reunió con Javier Iguacel y espera hacer lo mismo en los próximos días con Joaquín de la Torre, los otros aspirantes al mismo puesto por el bullrichismo, como parte de su objetivo de asegurarles contención para que se mantengan en su sector. Pero los mayores esfuerzos de Grindetti estuvieron puestos en sumar a Ritondo, el postulante para la provincia de María Eugenia Vidal que quedó resentido luego de no haber sido el elegido por Bullrich.
El jefe del bloque de diputados del PRO fue tentado para pasarse a las filas de Rodríguez Larreta y Santilli, a quienes considera amigos personales, aunque Grindetti y Ritondo se pusieron de acuerdo y lo graficaron en un encuentro con otros dirigentes hace 48 horas. “Gran asado del 25 de Mayo con amigos, con @cristianritondo nos une una amistad de más de 20 años, compartimos la pasión por el Rojo y estamos en el mismo proyecto de provincia y país”, publicó el candidato a gobernador bullrichista en las redes.
En el entendimiento influyó mucho la fluida relación personal entre Grindetti y Ritondo, además de los compromisos de que habrá espacio para el centenar de referentes vidalistas-ritondistas en el armado de la provincia, incluso un puesto clave: el primer lugar de la lista de candidatos a diputado nacional por el distrito bonaerense. Desde allí, como se acordó, Ritondo podrá renovar su banca y llegar a la presidencia de la Cámara Baja, en caso de que Bullrich llegue a la Casa Rosada.
Tanto Grindetti como Santilli avanzan con la definición de sus compañeros de fórmula. Cerca del postulante bullrichista apuestan a que podrán convencer a Maximiliano Abad, titular de la UCR bonaerense, con una fuerte inserción territorial en el distrito, mientras que en el santillismo revelan que están midiendo en las encuestas a una docena de dirigentes, entre los cuales hay intendentes, dirigentes del PRO, liberales, una aliada que capta el voto evangelista como Cynthia Hotton y, por supuesto, radicales (como Gustavo Posse y Martín Tetaz, entre otros). “En una semana se define el nombre”, aseguran operadores de “El Colo”, que admiten que, pese a ese amplio espectro que sondean para determinar quién aporta más votos en la provincia, “lo importante es acordar con la UCR”.
Lo mismo piensan en el bullrichismo, hasta tal punto que la apuesta de la jefa del PRO en uso de licencia de competir en todos lados con listas propias también le abrió más fisuras con los radicales. A la luz de su decisión de estrechar lazos con el Grupo Malbec (integrado por Alfredo Cornejo, Carolina Losada, Rodolfo Suárez y Luis Naidenoff, entre otros), de donde surgirá su candidato a vicepresidente, estalló el conflicto en Córdoba luego de que Damián Arabia, armador nacional de Bullrich, viajara a la provincia para reunirse con los referentes radicales que apoyan el proyecto bullrichista (como Oscar Aguad, ex ministro de Cambiemos; el intendente de Jesús María, Luis Picat, y la senadora nacional Soledad Carrizo). Mario Negri, jefe del bloque de diputados de la UCR, fue uno de los que estalló contra esos movimientos, que también inquietan al jefe partidario, Gerardo Morales.
Mientras, Mauricio Macri no se muestra tanto, su influencia se siente. Fue el gestor en las sombras de la definición de Ritondo, a quien le aconsejó “no desperfilarse” y mantenerse alineado con Bullrich. Confirmó así que sigue trabajando para apuntalar a su ex ministra de Seguridad en su carrera hacia la Presidencia. El ex mandatario no disimula su bronca contra Rodríguez Larreta no sólo por haber convocado a las elecciones concurrentes en la Ciudad de Buenos Aires sino por haberle mentido en los días previos, cuando el entorno del jefe de Gobierno juraba que no lo iba a hacer. Algunas broncas no son tan duraderas: Macri se reconcilió la semana pasada en sus oficinas de Olivos con Luis Juez, el candidato a gobernador de Córdoba por JxC en las elecciones del 25 de junio, a quien había desairado cuando se reunió en noviembre pasado con su rival del PJ, Martín Llaryora.
Curiosamente, la interna porteña del PRO fue la que llevó la tensión a un punto extremo entre el eje Macri-Bullrich y Rodríguez Larreta, pero ahora ese frente de tormenta está muy cerca de disiparse y los pronósticos de huracanes y tornados se trasladaron a la provincia de Buenos Aires. En los próximos días se conocerán por fin los resultados de las tres encuestas que determinarán si Jorge Macri o Fernán Quirós se convertirán en el candidato único del partido a jefe de Gobierno para las PASO, tal como acordaron 8 líderes del PRO (Macri, Rodríguez Larreta, Bullrich, Vidal, Santilli, Ritondo, Federico Angelini y Fernando de Andreis) en sus dos reuniones cumbre realizadas en San Isidro y Palermo.
Nadie espera variaciones drásticas en los números: en los sondeos previos, el primo del ex presidente aventajaba al ministro de Salud porteño en intención de voto, pero no en imagen. Todo se encamina a que Jorge Macri se transforme en el candidato único del PRO que deberá avalar Rodríguez Larreta, pero hay mucha letra chica para terminar de definir. Por ejemplo: ¿el candidato se mantendrá neutral en la interna de los presidenciables? La batalla en la ciudad se inició justamente cuando Jorge Macri se sacó una foto con Bullrich y despertó la ira de Larreta. Además, el larretismo quiere garantías de que sus miembros no quedarán afuera del futuro esquema de poder porteño si Jorge Macri gana las elecciones, aunque el macrismo pone fichas en una discusión previa que será todo un desafío: la composición de las listas a diputado nacional y legislador de la Ciudad de Buenos Aires.
Las discusiones ya comenzaron informalmente entre el PRO y sus socios de la coalición porteña y se sabe que será imposible conformar a todos. Allí, debería hacerse lugar a una verdadera multitud: larretistas, macristas, jorgemacristas, bullrichistas, radicales, referentes de la Coalición Cívica, liberales (del sector de Ricardo López Murphy, del de Roberto García Moritán y quizás del de José Luis Espert), partidarios de Confianza Pública (de Graciela Ocaña) y del GEN de Margarita Stolbizer. Para colmo, podría repetirse un escenario como el de 2021, en el que la aplicación del sistema D’Hondt precipitó fricciones para ubicarse en los lugares expectables de la lista (como sucedió con López Murphy).
Ya comenzó la cuenta regresiva: el 14 de junio vence el plazo legal para inscribir las alianzas y el 24 deberán presentarse las listas de los precandidatos que competirán en las PASO del 13 agosto para definir cómo será la oferta para las elecciones de octubre. Por suerte, ya no hay tanto tiempo para seguir agitando las peleas en el PRO y en JxC que tanto alegran al Frente de Todos y a Javier Milei.
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