El Puerto de Necochea/Quequén -un actor clave para el desarrollo de la ciudad, pero del que poco se conoce a nivel ciudadano- a diferencia del puerto de Bahía Blanca que “viene experimentando desde hace unos meses un confuso proceso que parecería horadar el principal pilar del fuerte crecimiento que experimentó durante los últimos 20 años: su autonomía; es decir, la posibilidad de que el destino de dicha terminal lo administre un consorcio donde estén fuertemente representados los intereses de los usuarios locales.”
La primera acción que puso dudas sobre la voluntad del gobierno nacional de respetar o seguir fomentando la autonomía del puerto bahíense fue la designación sorpresiva, el año pasado, de Miguel Donadío como presidente de la entidad, sin mediar ninguna consulta con las autoridades locales a diferencia de nuestro puerto local, que el presidente y ahora el gerente general , son personas nacidas en Necochea.
Por supuesto, la designación de Donadío en Bahía -según él mismo se encarga de asegurarlo por encima del poder local e incluso del de la gobernadora- no tiene nada de malo en sí misma; excepto, por supuesto, si sus energías -o la falta de estas- estuvieran dirigidas hacia intereses diferentes a los del ente que preside; por ejemplo, que sus acciones se sometan a una política nacional portuaria que no contemple a Bahía Blanca en el lugar que debe ocupar por merecimientos indiscutibles.
Ahora se suma otro capítulo en el aparente proceso de construcción de poder individual por parte del presidente del Consorcio a costa de los intereses locales y provinciales. Se trata de la posibilidad de que se contrate a un gerente general -un puesto clave en la administración del Consorcio- proveniente de otros puertos, probablemente Cartagena, en Colombia, en cambio en Necochea/Quequén, se ha designado a un Necochense con experiencia y comprometido con su ciudad, además de contar con una vasta experiencia en la administración portuaria , como lo es Mario Goicoechea.
No hay que pecar de avieso para sospechar que alguien sin arraigo local y con relaciones afuera no termine mirando por encima de los hombros de la ciudad hacia algún otro interés cada vez que recomiende un curso de acción, eso aquí seguramente no pasará.
La designación del nuevo gerente de puerto Quequén parece sectorial, casi ajeno, para la mayoría de la opinión pública. Sin embargo, la defensa de la autonomía portuaria es una cuestión estratégica y de Estado para la ciudad y su zona, y no puede quedar sometida a los vaivenes de intereses políticos de nadie.
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