Mientras aún resuenan los ecos de la primera reunión de traspaso de mando entre el gobernador Daniel Scioli y la mandataria entrante del PRO, María Eugenia Vidal, al mismo ritmo en que se blanquean los miembros del gabinete nacional a cargo de Mauricio Macri se despeja el horizonte de la composición del equipo de gestión que acompañará a la gobernadora electa.
Con la “austeridad” como una de las principales banderas hasta tanto se consolide la estabilidad pos asunción, se sabe, muchas dependencias de la ingeniería administrativa bonaerense serán absorbidas por otras en una estrategia de optimización de recursos que buscará, sin embargo, no pagar un alto costo social para evitar conflictos sectoriales (el del frente docente es uno de los primeros que podría estallar).
Entre los principales nombres ya confirmados públicamente está el de Hernán Lacunza como responsable de Economía; y Federico Salvai –legislador porteño mandato vigente- como Secretario General; hombre de máxima confianza de la todavía vicejefa de Gobierno porteño.
Con borradores aún delineándose, se sabe también que el ministro de Seguridad provincial –una de las carteras más calientes de la estructura bonaerense- será Cristian Ritondo, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña y una de las “patas peronistas” del armado amarillo junto a otros dirigentes como Diego Santilli.
Francisco Cabrera, actual ministro de Desarrollo Económico del ex presidente de Boca es tentado contra reloj para hacerse cargo del ministerio de Producción mientras que Alejandro Finocchiaro, hoy subsecretario de Carrera Docente en Capital y hombre de Esteban Bullrich, estaría encargado de reemplazar a Nora De Lucía en Educación.
En tanto, Roberto Gigante –vinculado a Néstor Grindetti- sería el hombre clave a cargo del ministerio de Coordinación y Gestión: tendrá la tarea de monitorear los flujos presupuestarios interministeriales. Para el actual Instituto Cultural bonaerense, la designación con más chances es la de Alejandro “Conejo” Gómez; en tanto que López Medrano –senador electo por la tercera sección- ocuparía la anhelada cartera de Desarrollo Social, una de las que más “caja” y llegada a los municipios tiene.
Para Asuntos Agrarios se espera el desembarco de Leonardo Sarquís. En tanto Federico Suárez, un habitué al entorno familiar del propio Macri, tiene todas las fichas para hacerse cargo de la Comunicación y la relación con los medios.
ATRIBUCIONES AMPLIAS EN ÁREAS NODALES
Otro “peso pesado” será Edgardo Cenzón, actual encargado de Espacio Público en CABA, quien estará a cargo del ministerio de Infraestructura, una mega dependencia que absorbería a otras áreas afines de la actual la estructura gubernamental comandada por Scioli -tal sería el caso, resistencias gremiales mediante, de la OPDS, cartera ambiental-.
Vidal necesita que la Legislatura bonaerense -donde ya madura un acuerdo legislativo entre el macrismo y el Frente Renovador massista- le apruebe su futuro proyecto de reforma de la ley de Ministerios. Pero ya no hay dudas de que Cenzón se haría cargo de esa estratégica dependencia.
Otro de los nombres que ya se instaló como “fija” es el de Juan Curuchet -vicepresidente del Banco Ciudad- para el Banco Provincia. Reemplazará al frente de la máxima entidad financiera a Gustavo Marangoni. Según se dejó entender con algunos tibios anuncios extraoficiales, la impronta que Curuchet le dará al banco será de un perfil similar al actual: otorgamiento de microcréditos para sectores productivos y pymes y con una importante política proteccionista de los intereses del agro, sector que la administración Scioli se encargó de no descuidar.
Finalmente y ya con el sciolismo fuera de la cancha, lo más probable es que el denarvaísta Gustavo Ferrari sea el principal asesor de Gobernación.
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