A cinco años de la muerte del fiscal cuáles son las incógnitas que hay entre las fojas de investigación para dilucidar qué sucedió.
Por: Sol Rodríguez Garnica.
“Me juego mucho en esto. Todo, diría.”
El 14 de enero de 2015, Alberto Nisman mandó un mensaje de Whatsapp tipo cadena a varios de sus contactos. Ya hacía varias horas que había presentado una denuncia por encubrimiento contra Cristina Kirchner por haber llevado adelante el Memorándum con Irán. Consideró que se trataba de un plan para dejar afuera a los iraníes que están acusados de haber cometido el atentado contra la sede de la AMIA en julio de 1994. Cuatro días después, fue hallado muerto en el baño de su departamento de Puerto Madero.
Autopsia, Cuerpo Médico Forense, Viviana Fein, Fabiana Palmaghini, Antonio Stiuso, fuero ordinario, justicia federal, Julián Ercolini, Gendarmería, Eduardo Taiano. Peritajes. Entrecruzamientos. Cientos de fojas de investigación para dilucidar qué sucedió con Nisman.
¿Fueron manipulados el celular y la computadora de Nisman?
Una de las primeras medidas que se tomaron para reconstruir las últimas horas del fiscal fue un análisis de su celular y su computadora. El Motorola XT626 fue peritado y se había dicho que se había utilizado un sistema de “borrado seguro” en el aparato y que eso probaba que el celular había sido adulterado ya que Nisman no tenía los conocimientos para hacerlo.
Sin embargo, hace poco más de un año y durante un peritaje ordenado en la causa, varias de las conversaciones que mantuvo el fiscal durante esos días fueron recuperadas. De allí se desprendió que Nisman solía borrar sus chats de Whatsapp y que tenía a varios de sus contactos bajo otro nombre. Por ejemplo, Sandra Arroyo Salgado está agendada como “Gus”.
Con ella mantuvo una fuerte discusión el viernes previo a su muerte: la jueza le reprochaba la forma en que había dejado a su hija sola en un aeropuerto y, además, le echaba en cara sus salidas con mujeres de 20 años. “Estoy hecho mierda y vos encima seguís”, le contestó él.
Lo otro que se determinó es que apagó el celular a las 20:50 del sábado y volvió a prenderse cerca de las ocho de la mañana del domingo, lo que coincide con el horario en que se encendió la computadora. La sospecha era que la notebook podía haber sido manipulada “de manera remota” (Lagomarsino tenía acceso, por ejemplo) pero, finalmente, se determinó que fue utilizada desde el departamento. Desde allí, entró a ver una foto de una modelo con la que había salido, entró a varios portales de noticias y buscó la palabra “psicodelia”. El horario de esta actividad choca con otra de las incógnitas de la causa.
Cuerpo Médico Forense vs Gendarmería: ¿Qué pesa más?
La autopsia al cuerpo de Nisman se hizo el 19 de enero de 2015. Ese mismo año, y a pedido de Fein y de las querellas (que representaban a las hijas y a la madre del fiscal), se realizó una Junta Médica. ¿De qué se trata ese procedimiento? En el marco de una especie de “coloquio” los distintos profesionales analizan la autopsia, parte por parte; los resultados; y todo el material que sea relevante en relación al cuerpo y a la mecánica de la muerte. En el caso Nisman, también se analizó el video de Le Parc de la madrugada del 19 de enero. A excepción de los peritos de la querella, ninguno de los otros habló de homicidio, aunque incluso eso fue con contradicciones.
“Ninguna de las observaciones contenidas en los aspectos médico-legales del informe técnico elaborado por la querella, en forma individual o en conjunto, indican con certeza pericial médico legal que se haya tratado de un hecho homicida”, dijeron en su informe. ¿Qué significa esto? Que le marcaron a los perito que no había elementos médico-legales para sostener “el hecho homicida”.
Sin embargo, al pasar la causa al fuero federal, se realizó un “peritaje del peritaje”. Gendarmería no tuvo contacto directo con el cuerpo de Nisman: analizó lo que ya había hecho el Cuerpo Médico y llegó a otra conclusión: el fiscal fue asesinado por dos personas y en su cuerpo se halló ketamina, supuestamente utilizada para reducirlo. Gendarmería habló de “sumisión química”, un fenómeno por el cual una persona puede ser sometida contra su voluntad y sin oponer resistencia.
Cuestionada por la defensa de Lagomarsino y en clara oposición a lo que planteó el Cuerpo Médico, el otro punto que no encaja en esa construcción es la hora de la muerte. Los peritos oficiales la establecieron entre las 20 del sábado y las 11 del domingo. Según Gendarmería, Nisman murió a las 2:46 del domingo. La computadora del fiscal se usó a las ocho de la mañana, por lo que allí habría otros interrogantes. ¿Alguien se quedó en el departamento para usarla hasta esa hora? Ni en el lugar ni la notebook se encontraron rastros de otra persona.
Seguridad en Le Parc
Más de 400 vecinos del edificio de Puerto Madero declararon en la causa. Muchos se quejaron de que habían sido asaltados en su casa y que las cámaras no lo habían registrado. Otros, hablaron de que la seguridad no era la que esperaban. Del otro lado, Diego Lagomarsino (procesado por el juez Ercolini por ser partícipe necesario de la muerte) aseguró que entrar “era peor que ir a la Embajada de Estados Unidos”.
El complejo de edificios cuenta con unas 70 cámaras, de las que funcionaban esa noche unas 40. Había más de 20 que no lo hacían. En la causa, hay un estudio para establecer la posibilidad de que existieran “puntos ciegos” donde las cámaras no filmaban. No obstante esta situación, aún no se estableció si efectivamente alguien entró al departamento de Nisman sin ser visto y se fue de la misma manera. Hay un estudio pendiente sobre todas las personas que estuvieron ese fin de semana en el complejo.
El dilema Lagomarsino
El informático que trabajaba en la UFI-AMIA se presentó la mañana del 19 de enero para declarar que el arma que estaba en el baño del fiscal era suya. Es el único procesado de manera directa por el caso ya que los custodios lo están por incumplimiento de sus funciones y por el encubrimiento de la muerte al no haber cumplido su trabajo. La pregunta que recorre Comodoro Py es qué pasaría con Lagomarsino si la causa llega a un juicio oral.
Con sus movimientos monitoreados por una tobillera electrónica, Lagomarsino reclama el expediente llegue a debate. Considera que allí tiene chances de comprobar que no tuvo que ver con la muerte del fiscal y que todo se trató de un suicidio “Alberto me metió en problemas cuando me pidió el arma. Yo me hago cargo de que le di un arma a Alberto, pero hacerme cargo que yo fui parte de un plan y de los servicios, eso no”, repitió durante toda esta semana en diversas entrevistas.
Más allá de la vinculación o no con los servicios de inteligencia, lo que varios jueces y fiscales de Comodoro Py consideran es que la causa no se podría sostener sólo con la imputación a Lagomarsino. Los cuestionamientos pasan porque aún no está establecido siquiera con certeza las personas que intervinieron supuestamente para matar a Nisman, cómo lo planearon y por qué Lagomarsino aceptó su rol en toda la trama. El otro punto que resaltan es que, en un careo, la posición del Cuerpo Médico prevalezca frente a la de Gendarmería. El reconocimiento en el ámbito académico y judicial y su intervención directa y clara son dos cartas clave.
Secretaria de Inteligencia: inorgánicos, comunicaciones y el atentado
Nisman vivía rodeado de contactos con agentes de Inteligencia. Sus llamados a Stiuso no fueron casualidad: la relación que mantenían era fluida desde hacía varios años, desde el momento en que el fiscal quedó a cargo de la Unidad que se iba a encargar de dilucidar qué pasó con el atentado a la AMIA después de la maniobra de corrupción que se orquestó durante la investigación y el primer juicio por el tema.
No obstante, Stiuso no atendió a Nisman el sábado 17 de enero de 2015. En el expediente, se ordenó un mega entrecruzamiento de llamadas entre varios agentes de inteligencia, funcionarios policiales y políticos. No obstante, el contexto lo es todo.
Aquí entra en consideración Allan Bogado: Nisman lo había tildado de “espía camporista” y una de las patas fundamentales para que el encubrimiento al atentado se llevara adelante. No obstante, Bogado sería un inorgánico, alguien que formalmente no pertenecía a la estructura de la Secretaria y que nunca tuvo contacto real con Cristina Kirchner, la señalada como autora de toda la maniobra. La nota sobre el espía clave se había publicado ese domingo y desató una ola de especulaciones dentro de la interna de los servicios, que en ese momento estallaba.
Tal como se repite en la causa principal de Amia, toda la causa está teñida de intereses cruzados, de resultados sin firmeza y de dudas que, cinco años después, no llegaron a despejarse.
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