Los niños que acarrean agua en botellas para regar una plazoleta

Los niños que acarrean agua en botellas para regar una plazoleta
Un grupo de amigos, de entre 4 y 12 años, deja de lado los juegos para dedicarse a cuidar las plantas.

Alan Romero llegó refregándose los ojos. Es alérgico al brote, pero igual llegó al lugar para cumplir con una misión: tratar de salvar las plantas. Este chico de 8 años, junto a otros niños del vecindario, acarrea agua en botella para regar los árboles y flores que los vecinos plantaron alrededor de la gruta de San Cayetano que está en la plazoleta de calle Segundino Navarro entre Nuche y Belgrano, en Capital. Hacen esta tarea todos los días.

Las acequias están tapadas de basura porque no pasa agua por el lugar y el camión del municipio va sólo una vez a la semana a regar las plantas que rodean la gruta. A esto se suma que hay vándalos que rompen el único surtidor que hay en la plazoleta y que los vecinos tuvieron que clausurar.

Como consecuencia, las plantas comenzaron a secarse. ’Le dije a mi primo que me ayudara a regarlas y así empezamos. Lo primero que hicimos fue juntar botellas descartables para acarrear el agua’, dijo Alan.

Los chicos viven a 3 cuadras de la gruta, pero no les importó caminar esta distancia cargando cada uno 3 botellas de 2 1/4 litros repletas de agua para regar cada uno de los árboles y plantines. Fue hasta que una vecina que vive frente a la gruta les permitió llenarlas en su casa para ahorrarles sacrificio.

’Todos los días, apenas llego de la escuela y antes de hacer los deberes, vengo a regar las plantas. Me da lástima que se que sequen. A veces otros chicos me invitan a jugar a la pelota, pero prefiero cuidar las plantas’, dijo Nicolás Reyes, de 12 años.

Facundo Valdez, de 10 años, dijo que buscó la forma que cada viaje de agua le permita regar más plantas. Y que por eso salió a recorrer las casas de los vecinos hasta que consiguió que uno le donara un bidón de 5 litros. Lo lleva lleno por completo en una mano, mientras que en la otra lleva una botella de 3 litros. ’Cuando traíamos el agua de nuestras casas, me dolían los brazos y tenía que hacer muchas paradas hasta llegar a la placita. Menos mal que doña Reina nos permitió sacar agua de su casa’, dijo el niño.

Ahora, el grupo cuenta con un integrante más. Es Bruno Romero, de 4 años que, por cuestión de fuerzas, sólo lleva las botellas llenas hasta la mitad.

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