En el juicio, los ex policías Zalazar y Soto desligaron al ex gobernador.
“Yo no recibí ninguna orden ni del gobernador ni de sus ministros”, aseguró ayer el ex jefe de la Policía provincial Carlos Zalazar, al declarar en la tercera audiencia del juicio donde se imputa al ex gobernador Jorge Sobisch de abuso de autoridad y de liberar la zona en 2006, cuando un grupo de docentes fue agredido por supuestos obreros de la UOCRA en el ingreso a la destilería de Plaza Huincul.
“El gobernador nos había impartido directivas de que no seamos promotores de la violencia”, sostuvo el primer testigo de la defensa, al afirmar que, tras su asunción, las órdenes que recibieron por parte de Sobisch fueron de no reprimir protestas sociales.
Zalazar contó que se enteró de la agresión a los docentes en la refinería de Plaza Huincul “por la televisión”, aunque estaba informado de la protesta que realizaban hacía varios días. Según explicó, el objetivo era no reprimir de ninguna forma “porque iba a empeorar el conflicto”.
El ex jefe de la Policía fue sobreseído en 2009 junto con Moisés Soto (ex subjefe de la fuerza) en la causa que los imputaba por abuso de autoridad, debido a que el fiscal Ignacio Di Maggio se negó a acusarlos. Bajo este argumento, ayer los dos testigos de la defensa, Zalazar y Soto, evitaron contestar algunas preguntas de la querella, lo que derivó en una intervención del abogado Ricardo Mendaña hacia el juez. “Le pedimos que no coarte nuestra actividad porque está a punto de violar la imparcialidad”, requirió el letrado.
Zalazar manifestó que los despidos de los comisarios Leonel Seguel y de su segundo, Luis Morales, fueron porque reprimieron las protestas y acudieron con escopetas al lugar, pese a que no contaban con preparación para ello.
La querella expuso dos videos, en los que solo en una ocasión se ve a tres policías en medio del conflicto y en el que una periodista de Crónica TV relata que las fuerzas no intervinieron en los hechos.
Luego fue el turno de Soto, el subjefe de la Policía en 2006, quien también negó que haya existido una orden de Sobisch y dijo que las directivas del Gobierno eran no reprimir. “No quería otra Teresa Rodríguez”, añadió el testigo, en referencia a la docente que murió por un disparo en Cutral Co durante una protesta de ATEN.
Sin embargo, Soto declaró que había un efectivo del Servicio de Inteligencia del Estado “que informaba al jefe de la Policía y al director de Seguridad” de los hechos que ocurrían en el lugar, pese a que Zalazar negó enterarse hasta las 19 del 30 de marzo.
El primer testigo de la jornada fue Claudio Parra, un ex policía que estuvo en el momento en que se produjo la agresión a los docentes.
El hombre declaró que su superior, el comisario Mario Zambrano (ya fallecido), recibió la orden telefónica de Zalazar de liberar la zona. Sin embargo, ante la situación desatada, decidieron incumplirla. Luego, el ex policía relató que participó de un allanamiento en la casa de Juan Antío -señalado como puntero del MPN y el que habría organizado las fuerzas de choque-, donde encontraron armas, municiones y cascos amarillos.
Llegó el turno de los alegatos
Hoy, desde las 8.30, el abogado de la querella, Ricardo Mendaña, y el de la defensa, Martín Segovia, expondrán sus alegatos frente al juez de Garantías, Marcelo Muñoz, que tendrá hasta 48 horas hábiles para decidir si Jorge Sobisch cometió abuso de autoridad en 2006, cuando la Policía no intervino en los hechos ocurridos en la refinería de YPF en Plaza Huincul.
La causa contó con la declaración de 10 testigos, que pasaron durante las cuatro audiencias que tuvo el juicio y con la exposición del ex gobernador, quien estuvo presente en las jornadas acompañado de sus hijos y dirigentes del MPN.
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