Pilotos Solidarios es una ONG que desde hace 7 años lleva atención medica directa a comunidades aisladas de Santiago del Estero. La tarea que realizan comenzó como una acción voluntaria de buena voluntad y se transformó en un trabajo organizado y sostenido desde casi una década.
Pablo Nicolás Tissone, odontólogo y uno de los voluntarios que desde hace cinco años atiende a los pobladores del Monte de Santiago, afirma: “Nos juntamos una vez al mes con distintos profesional de la salud y acordamos con un líder comunitario asistir a su comunidad en distintos aspectos de salud, medicina general, pediatría, odontología. Trabajamos mucho en prevención”
Pero los médicos no viajan con las manos vacías sino que cuentan con una farmacia móvil cuyo stock proviene de donaciones y de aportes de voluntarios. “Tenemos un fuerte compromiso con la gente ya que somos la única asistencia sanitaria con la que cuentan”-afirma Tissone- y agrega que: “Actualmente tenemos 52 familias que dependen casi exclusivamente de nuestra organización y que pertenecen a los departamentos de Alberdi y Figueroa”. Puntualmente, las comunidades a las que asisten son Majadas Sud, Quebrachal Este, Manigño, Burro Pozo, El Desbastadero y, últimamente, la escuelita de Luján.
Si bien el trabajo de los profesionales se desarrolla en situaciones adversas, ellos no bajan los brazos. “Nos adaptamos a lo que sea debajo de un árbol, una mesa y una silla nos alcanza en mejores circunstancia podemos encontrar alguna que otro vacía posta sanitaria o también nos sirve el aula de una desolada escuela. Atendemos hasta que se oculte el sol ya que no se cuenta con energía eléctrica”, apunta Tissone.
Habitat: ¿Cómo fue la primera vez que llegaste a los montes?
N.T: Cuando fui por primera vez al monte nos metimos por senderos que parecían no llegar a ninguna parte al final aparecieron pequeñas casas en las cuales vivía gente, son ranchitos que parecen de la prehistoria, hechos de adobe y techo de paja con tirantes de quebracho frescos preparados para soportar las altas temperaturas en verano y los fríos intensos en el invierno. No hay agua hay algunas perforaciones que sea han secado y para poder beber hay que buscar algunos surgentes de los cuales se abastece las comunidades.
Te voy a contar una anécdota que siempre pongo como ejemplo. Hace un par de años atrás cuando se produjo el terremoto en Japón en el año 2011-hecho que lamentamos muchísimo- vi cómo la gente se solidarizaba con ese país y la ayuda humanitaria no tardó en llegar. Quiero contar que en Santiago existe otro terremoto que es social y que, a causa de él, se mueren miles de personas al año. El flagelo del chagas o el agua de consumo con niveles de arsénicos que son como para matar elefantes son un verdadero terremoto, el de la injusticia, el del olvido.
Habitat: ¿Podés definir a la Asociación como defensora de la salud pública?
N.T.: Sí, por supuesto, porque es el derecho al acceso sanitario que cada persona posee y que el Estado debe garantizar. Sin embargo ese derecho básico parece haber sido olvidado por los responsables de hacerlo cumplir. Casualmente hace menos de un mes estuve en la comunidad de Anca Overa donde, desde hace meses no asiste ningún médico radiante. El hospital más cercano está a 50 kilómetros, el medio de transporte más veloz es la bicicleta que se entierra en los bobadales y hace muy dificultoso avanzar. La principal endemia que afecta a la población es el chagas. Desde que se descubrió que existía la enfermedad poco y nada se ha investigado, estamos con el famoso nifurtimox hace ya unos 50 años. Pero del chagas no conviene investigar ni hablar. Con dos millones de infectados en provincias bajo un régimen casi feudal, el chagas es la enfermedad que expresa con mayor claridad el drama de la pobreza en la Argentina.
Asimismo son pueblos de idiosincrasia ancestral que aún conservan prácticas chamánicas de las que los profesionales de la ONG no reniegan sino que respetan. El trabajo de los médicos se dificulta porque los curanderos todavía no permiten la actividad médica y tampoco es fácil el acceso aéreo. No obstante, según el entrevistado: “Hoy puedo decir que hice muchos amigos que me piden que me quede a vivir por lo menos por un tiempo ya que las necesidades son muy marcadas”.
Habitat: ¿Por qué formás parte de Pilotos Solidarios?
N.T.: La razón por la que voy es por la misma razón por la cual respiro. Me formé en una universidad del estado la cual fue pagada por ustedes, tus padres, los míos. Es una manera de compartir o, mejor dicho, retribuir mi riqueza de conocimientos en el Estado.
Las comunidades que atienden Pilotos Solidarios necesitan, sobre todo, medicamentos. Pero también se puede colaborar insumos médicos y odontológicos e, incluso con juguetes para los chicos. Pero lo más importante es la difusión para evitar que el abandono se perpetúe.
Para contactarse con la ONG, se puede consultar a su página web:
www.pilotosolidarios.org.ar
* Verónica Meo Laos- Periodista y docente, psgraduada en Sociología y Ciencias Políticas. Vive en Dolores, Pcia. De B.A. veronica.meolaos@gmail.com
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