Desde que llegó al Ministerio de Hacienda, Nicolás Dujovne tomó la particular costumbre de acuñar frases que lo trascendieron hasta convertirse en eslóganes de la Casa Rosada. Fue el autor de los denominados "brotes verdes", la imagen que usó el Gobierno para mostrar los primeros signos de recuperación de la actividad. Y la saga continuó a principios de este año con una llamativa afirmación: "La recesión ha terminado", dijo en febrero. Por aquellos días, algunos la tomaron como una expresión de deseo, pero luego el Indec corroboró las palabras del funcionario.
Quizás con el nuevo ímpetu que le da a Cambiemos el resultado electoral de las PASO, Dujovne acaba de sacar la construcción más ambiciosa de su repertorio discursivo. En una entrevista con cinco periodistas de LA NACION afirmó que a la economía argentina le esperan "20 años de crecimiento". Y anticipó decisiones clave para la vida de las personas y el futuro de las empresas. Dijo que es "muy razonable" un dólar de entre 17 y 18 pesos; que los aumentos de tarifas de servicios públicos se mantendrán más allá de los vaivenes de la política; que próximamente habría un blanqueo laboral y que los cambios impositivos llegarán gradualmente. Respecto de esa reforma, la tributaria, justificó que no se discuta este año: "En medio de la campaña hubiéramos forzado a la oposición a pronunciarse en contra, cuando creemos que tras las elecciones nos apoyarán", afirmó.
-¿Se siente cómodo con este nivel de dólar? ¿Cree que en julio no impactó en los precios, pero sí podría impactar en agosto?
-Me siento cómodo con el esquema del tipo de cambio flotante, que la Argentina realmente nunca tuvo. Porque si bien durante alguna etapa del kirchnerismo se suponía que el peso podía flotar, no lo dejaban, era un flotación muy sucia, y lo que estamos intentado es que el precio pueda fluctuar con mucha más libertad. En ese movimiento a veces está más apreciado, a veces más depreciado, y la verdad es que hay que acostumbrarse a convivir con ambos momentos, porque es la única manera de que realmente los argentinos adoptemos al peso como unidad de referencia.
-¿Es lógico un valor de 18 o 19 pesos para fin de año?
-Ahora tenemos un valor que anda entre 17 y 18 pesos, yo lo encuentro muy razonable.
-A propósito de la necesidad de la llegada de inversiones, se habla mucho de reformas pendientes, como la tributaria, pero no se discuten este año por ser electoral. ¿No se está demorando, por la política, lo que hay que hacer y que es urgente para la llegada de inversiones?
-Yo diría que este 2017 va a ser un gran año para la inversión en la Argentina; va a crecer cerca de 10% interanual, las cifras que tenemos del segundo trimestre son muy buenas, con un salto en la importación de bienes de capital, con un incremento muy grande en la producción de bienes de capital, maquinaria y equipo local. Y este incremento en la inversión no se veía desde hace muchísimos años: el último año en que la inversión creció en la Argentina a una tasa razonable fue en 2011 antes del cepo y antes de que se desplomaran los precios de los bienes básicos. Este año la inversión ha comenzado a reaccionar con fuerza. Arrancamos en un nivel muy bajo, teníamos hasta el año pasado un nivel de inversión cercano al 16% del PBI, en esos niveles apenas alcanzamos a reponer la amortización de los equipos.
-¿Cuál sería el nivel adecuado de inversión en el país?
-La Argentina tiene que llegar a una inversión más o menos del 20% del PBI, para que el crecimiento potencial de la economía pueda sostenerse en niveles anuales por encima del 4%. Yo creo que llegan a verse los frutos de lo que estuvimos sembrando desde que el presidente Macri asumió. Primero fue el arreglo con los holdouts y la salida del cepo, que permitió que baje muchísimo el costo del endeudamiento, ahora los proyectos para invertir en la Argentina se descuentan a tasas mucho más bajas que antes. En términos de lo que falta, falta muchísimo, venimos de 12 años de una macroeconomía muy desordenada, en la que estuvimos destruyendo la infraestructura, las instituciones y la confianza del sector privado. Y estamos en un proceso de reconstruir, hace falta infraestructura, la reforma tributaria... Tenemos muchísimos desafíos, pero estamos con optimismo.
-Hay una parte de la población que no siente que se reactive la economía y es fácilmente identificable en el conurbano bonaerense, donde se votó por la ex presidenta. ¿Cuáles son los motivos económicos por los que alguien, en el conurbano, no elige la fórmula de Cambiemos?
-No soy analista, pero como ministro puedo decir cómo hacer para que el conurbano no sea la zona más atrasada en términos sociales y para que tenga las mismas posibilidades que el resto del país. Durante muchísimos años, el Estado abandonó a los habitantes del conurbano; no se hicieron obras de infraestructura, se deterioró la educación pública, hubo una gestión que durante años sólo pintó de naranja e hizo marketing. Ahora se combate el narcotráfico, se fomenta la educación y se hacen obras para una zona muy postergada. La única manera de generar prosperidad es que haya educación. Es cierto que en el conurbano bonaerense es también donde teníamos el mayor atraso tarifario, y un entramado industrial muy afectado por la recesión brasileña. Ahí se nos juntó una tormenta que afecta con más intensidad que en el resto del país, donde la actividad productiva está más alineada al agro. Creo que, así como la economía empezó primero con las exportaciones, luego la inversión, y ahora vemos que el consumo se recupera, el conurbano va a empezar a percibir la normalización económica y los beneficios de una mejor economía.
-El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, puso una meta de inflación del 17%. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, reconoció que no cumplirían con la meta y ubicó la inflación esperada cerca del 20%. ¿De qué lado se ubica usted?
-La meta del Banco Central es una meta, no una proyección. Nos obliga a una metodología de trabajo. Implica que el Banco Central trabaja con una tasa de interés, con una absorción de dinero y un tipo de cambio que ayuda. Es una meta y al final del año veremos en dónde estamos.
-¿Usted qué número prevé?
-No tengo una previsión.
-¿No está alineado con el Banco Central?
-Bueno, tengo una meta fijada, pero no una previsión.
-¿No cumplirla sería un fracaso?
-No, en absoluto. Todos los países que bajaron inflación viniendo de niveles altos no se fijan tanto en eso. Lo que importa es la persistencia en la búsqueda del objetivo.
-Hay un compromiso de reformar el sistema previsional y el financiamiento es un tema central. Usted ha dicho que las contrataciones laborales son caras en la Argentina. ¿Cómo se concilian los objetivos si se quieren bajar los costos y dar sustentabilidad previsional en el largo plazo? ¿Y cuál es su posición respecto de una posible suba de la edad jubilatoria?
-Es un tema tan relevante y sensible que no hay manera de que se produzca una reforma previsional que no sea por consenso. El Gobierno tiene que tomarse esos tres años [que da la ley para la reforma] y elaborar una propuesta donde tengamos el acuerdo de la oposición, la CGT y el empresariado. Con respecto al mercado laboral, tenemos en claro que los costos son muy altos, no por el salario de bolsillo, sino por el sobrecosto gigantesco, con los impuestos al trabajo. Queremos ayudar a quienes tienen salarios muy bajos, donde se compite con la informalidad, dando una respuesta para que en los salarios más bajos los costos bajen más rápido. Eso tiene que ir con una reforma más integral.
-¿Habrá blanqueo laboral?
-Se está trabajando en eso y posiblemente tengamos pronto novedades del Ministerio de Trabajo.
-En septiembre se conocerá el dato del PBI del segundo trimestre, ¿qué tan optimista es?
-Creo que vamos a seguir creciendo a un ritmo muy bueno. En el primer trimestre habíamos crecido 1,1% respecto del cuarto trimestre de 2016 que, si se anualiza, llega al 4%, y supongo que estaremos en un nivel similar, empujado por un desempeño muy bueno de la inversión.
-Entre las noticias no tan buenas están los datos del consumo. Según el Indec, las ventas en supermercados cayeron en junio 1,2% y en centros comerciales, 5,1% interanual. Las consultoras dicen que en junio el consumo cayó 2,5%. ¿Cuándo va a arrancar esa variable?
-Estamos confundiendo ventas en supermercados o shoppings con consumo; no es lo mismo, porque en todo el mundo está cambiando el modo en el que se comercializan los productos, con un gran crecimiento de los canales electrónicos y mayoristas y comercios de cercanía. Eso no lo muestra la encuesta de supermercados y shoppings. En el Ministerio de Hacienda elaboramos un indicador de consumo y desde el primer trimestre vemos una recuperación interesante del consumo, y creemos que este año va a terminar creciendo cerca del PBI. Mientras que el producto estará en 3%, el consumo crecerá ligeramente por debajo, 2,7% interanual.
-El gradualismo en las políticas, ¿no es el perro mordiéndose la cola? ¿No trae como consecuencia una mayor demora de las inversiones? Un empresario dijo hace poco que la Argentina no hizo ninguna reforma estructural.
-Yo creo que el perro se mordía la cola antes. Se generaba un problema, al que le debía provocar una solución, para generar otro problema que traía aparejada otra solución. Por ejemplo, cepo, caída de exportaciones, prohibición de importar... Ahora tenemos una economía creciendo al 3%, seguimos normalizando tarifas públicas. No hemos podido enviar la reforma tributaria porque en medio de la campaña hubiéramos forzado a la oposición a pronunciarse en contra, cuando creemos que tras las elecciones nos apoyarán. Es una buena reforma. Somos realistas en lo político y pensamos que para tener un programa fiscal consistente hay que tener un programa integral consistente. Todo debe ser consistente. Debemos seguir con apoyo de la sociedad. El norte es claro: "Vísteme despacio porque voy apurado". Tenemos claros los objetivos y no podemos equivocarnos. Vamos a movernos en tiempos que la sociedad tolere y apoye, porque si no, no hay manera.
-La reforma tributaria, ¿podría dejar algún cambio en la relación de fuerzas entre provincias y Nación, en cuanto a quién recauda y cómo se distribuyen los recursos? ¿Habrá alguna forma de evitar la discrecionalidad?
-Nosotros tenemos una propuesta de reforma tributaria que abarca los impuestos nacionales. Ahora, la reforma quedaría incompleta si las provincias no se mueven en una dirección similar para reducir Ingresos Brutos y convertir ese impuesto en algo más similar al impuesto a las ventas, porque hoy se acumula en cascada y hace prohibitiva la exportación. Nosotros podemos hacer una propuesta para trabajar en conjunto, pero tiene que trabajarse por fuera de la reforma de impuestos nacionales. El otro tema es discutir cómo se lleva a cabo el gasto en la Argentina. Hay gran parte del gasto que hace el Estado nacional es en las provincias. El Estado transfiere recursos para que las provincias ejecuten y, probablemente, esa no es la manera más eficiente. Si estuviera directamente en las provincias, y la Nación se quedara con mecanismos que evalúen la ejecución, podríamos bajar muchísimo los costos, porque la provincia está más cerca de quien recibe ese gasto. Eso debe estar dentro de una mesa de discusión.
-¿Va a existir una propuesta de la Nación a las provincias sobre qué hacer con Ingresos Brutos?
-Tenemos que conversar.
-Usted habló de brotes verdes,el fin de la recesión, bosquesverdes... ¿qué es lo que viene?
-Veinte años de crecimiento. Estamos en camino a construir una economía solvente, que puede resistir shocks, donde el crecimiento está liderado por la inversión, que nos permite ser más productivos, prósperos y con salarios altos. Va a haber lugar en esta economía para todos los argentinos. Si crecemos 20 años al 3% anual, vamos a duplicar los ingresos y vivir en un país mejor. Esta será la primera generación que dejará un país mejor que el que recibió.
Mini bio
Edad: 50 años
Estado civil: casado
Profesión: economista
Trayectoria
Trabajó en las consultoras Alpha, Macroeconómica y en los bancos Citibank y Galicia; en 2011 fundó su propia consultora. En TV fue coconductor de Odisea Argentina
Último libro leído
"Estuve leyendo una serie de novelas de un autor noruego, Karl Ove Knausgård. Y Anatomía de un instante de Javier Cercas, que me lo regaló Federico Sturzenegger"
Música preferida
"Me gusta Bob Dylan; de aquí, Andrés Calamaro. Depende del momento; también me gusta el jazz y me gusta mucho Bowie"
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