Con la desaceleración de las pulsaciones luego del frustrante debut en el Coloso, llegó el momento de que Newell’s analice lo que hizo mal en la noche del sábado.
Con la desaceleración de las pulsaciones luego del frustrante debut en el Coloso, llegó el momento de que Newell’s analice lo que hizo mal en la noche del sábado. Ante todo, esa obligación le corresponde a Américo Gallego como conductor del equipo. Es el responsable de pensar los errores que impidieron esa solidez que tanto remarcó como una cuestión prioritaria durante la pretemporada. A minutos de la caída contra Independiente por 3 a 2, el entrenador fue preciso sobre el aspecto del juego en el que necesita reforzar el funcionamiento. “Está claro que tengo que trabajar en lo defensivo”, puntualizó. Si bien no lo dijo, eso implica un rendimiento colectivo que lo fortalezca atrás y no padezca lo mismo de lo vivido contra el Rojo.
Hasta el encuentro contra Aldosivi del domingo, en Mar del Plata, hay varios días por delante para trabajar y encontrar una mayor consistencia, esa que faltó por individualidades que no jugaron bien y por un rendimiento grupal que no estuvo a la altura.
En cuanto a la primera cuestión, y haciendo referencia a los defensores, es impensado que se altere el nombre de alguno de ellos. Por empezar, es demasiado pronto. Por otro lado, no existe un potencial reemplazante de los que salieron al campo de juego. El único, Sebastián Martínez, aún no está en condiciones para jugar. Lo indudable es que Marcos Cáceres, Leandro Fernández, Nehuén Paz y Milton Casco deben levantar su nivel. Cada uno tuvo desaciertos varios. Lo llamativo es que entre los cuatro, el ex All Boys fue el que menos errores cometió. Pero aportó poco y a los errores los tuvo también, eso sí.
Haciendo mención al rendimiento grupal, la marcación en línea de la defensa leprosa fue un convite para los pases de Independiente a las espaldas de los marcadores, tanto por arriba como por abajo.
Quedó expuesto con mayor crudeza en dos acciones determinantes. En la primera, Paz perdió a Albertengo en ese pase en el que Mancuello dejó solo al delantero para el segundo gol de la visita. Y en la otra, Coty Fernández miró impotente como Pisano se la puso por encima para Mancuello, acción que derivó en el penal de Ustari y el tercero del Rojo.
Es necesario aclarar que en esa jugada el central rojinegro no perseguía a Mancuello sino que marcaba a Lucero. Pero lo que se busca señalar es que no hubo una cobertura por detrás de Fernández. Como esa, se dieron varias. Es interesante pensar entonces qué pasó también en el inicio de cada una de esas acciones. Para ser preciso, en la recuperación del medio. Y fue allí donde Newell’s también falló.
Pese a jugar con un doble cinco, con características similares, proclive más al quite que a la distribución, ni Villalba ni Bernardello colaboraron con sus compañeros del fondo. No recuperaron y así fue que Mancuello se movió a sus anchas, siendo el que inició varias de las contras del conjunto de Avellaneda. Cada chance en la que Independiente replicó, los mediocampistas no estuvieron bien parados y facilitaron el progreso de la visita en propio campo rojinegro.
Sin la pelota, Newell’s no tuvo la seguridad defensiva que tanto recalcó Gallego. Todo lo contrario. Hasta se diría que fueron impensados tantos desacoples entre defensores y volantes. Eso mostró a un Newell’s endeble, llamativamente considerando que era algo que preocupaba tanto desde antes del inicio del torneo.
Algo bueno para rescatar es que Newell’s no defeccionó mucho en el juego aéreo, cuestión que era también un tema central para Gallego. Por arriba, Paz impuso presencia. Lo mal que marcó en un córner el Coty Fernández a Valencia, siendo que era el único jugador del Rojo que pisó el área de la Lepra en una de las últimas jugadas del partido, fue una de las excepciones.
Después queda otra cuestión para meditar. Si Newell’s tiene una postura ofensiva, como manifestó Gallego, debe administrar la pelota con criterio. De lo contrario, caerá en la intrascendencia, como ocurrió contra Independiente. La perderá seguido, y eso facilitará la contra de su adversario. Y de esto también se trata defender con acierto. Si se la tiene más tiempo y mejor, la defensa propia correrá menos riesgos. Hoy, con Víctor Figueroa como único volante con buen traslado, se hace difícil.
El sábado, la Lepra no tuvo fútbol. Lo encontró con Federico Fattori, ubicado como volante central, con mejor manejo que Villalba, que fue al que reemplazó. Lo malo es que salió lesionado y hoy no se sabe si estará para el domingo.
Si la mejor defensa es un buen ataque, la pregunta es si Newell’s está capacitado para proponer todo el tiempo. Jugar con tres delanteros es improductivo si no se la distribuye de manera correcta. O se modifica algo en el medio, o se saca un atacante y entra otro volante para nutrir la mitad de la cancha. Para que no vuelva tan rápido y sin obstáculos desde el otro lado.
Rafaela insiste con llevarse a Alexis Castro
No parece que sea el momento indicado para que Newell’s se desprenda de Alexis Castro, incluso luego de que Gallego lo tuvo en cuenta contra Independiente, llevándolo al banco y haciéndolo entrar por el lesionado Fattori. Pero Atlético de Rafaela insiste con llevarse al futbolista y hoy iría a la carga para sumarlo a su plantel. Semanas atrás, el representante de Castro, Luis Grillo, declaró a Ovación que el futbolista estaba a gusto en Newell’s y que el mismo Gallego le había manifestado al jugador que lo tendría en consideración. Su aparición contra Independiente así lo certifica. Después de lo ocurrido el sábado, y con pocos jugadores que puedan actuar en la mitad de la cancha con buen pie, Castro parece que es necesario, aunque no está en su mejor nivel.
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