El gobernador estará mañana con el Presidente y otros mandatarios provinciales. Se discutirá el proyecto de reforma electoral y el voto electrónico.
El gobernador Mario Das Neves estará el próximo martes a las 12 en la Casa Rosada. Asistirá a una cumbre de gobernadores de Cambiemos y aliados en la que habrá un solo tema en cuestión: apurar la reforma electoral, con voto electrónico incluido, que viene demorada para el Gobierno nacional y que, encima, se atrasó por la paralización que tuvo el Senado por la multitud de legisladores que viajaron para las elecciones de EE.UU., que consagraron presidente a Donald Trump.
El presidente Macri considera a Das Neves un aliado de la primera hora y el chubutense ha sido consecuente con ese mote. Por ejemplo, hace algunas semanas los tres diputados nacionales que le reportan (Nelly Lagoria, Sixto Bermejo y Jorge Taboada), levantaron la mano para ayudar a la media sanción de la reforma.
Ahora, el Gobierno necesita que todos los gobernadores aliados jueguen sus cartas en el escenario del Senado, en donde todas las provincia valen lo mismo (tres senadores), aunque en el caso de Chubut, Das Neves le puede asegurar a Macri el voto de Alfredo Luenzo, ya que se descuenta que Juan Mario Pais y Nancy González, no van a votar la reforma tal como está.
Casa de naipes
El voto electrónico es el principal escollo que tiene el Gobierno para poder imponer toda la reforma electoral. La incorporación de un chip que permite realizar un escrutinio digital, tuvo demasiadas voces en contra, sobre todo de especialistas en informática que alertan sobre su vulnerabilidad.
En Gobierno quieren negociar con los gobernadores que manejan buena parte del Senado, en donde creen que puede haber cambios que hagan volver el proyecto a Diputados. Juegan contrarreloj: el 23 de noviembre se vencería el plazo para llegar a tiempo con las licitaciones y la capacitación que requeriría implementar para llevar adelante el voto electrónico en el próximo turno electoral en 2017.
Macri quiere negociar pero hasta ahí: pretende sepultar el sistema de boleta de papel y no quiere dar el brazo a torcer con una implementación parcial o regionalizada del voto electrónico. El presidente va por todo o nada, dicen en la Rosada.
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