En medio de una recorrida de campaña por la Segunda Sección Electoral, el primer candidato a diputado nacional por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores en la provincia de Buenos Aires, Néstor Pitrola, visitó San Nicolás. En diálogo con EL NORTE, se refirió al “salto electoral” de la izquierda.
-Las primarias ya quedaron atrás. Ustedes hicieron una buena elección. ¿Con qué idea desarrollan ahora la campaña rumbo a las elecciones decisivas del 27 de octubre?
-En las primarias sacamos 351.600 votos en la provincia de Buenos Aires. Esa cifra supera lo necesario para incorporar un diputado, y nos deja a un solo punto de incorporar el segundo. Con toda claridad, en octubre vamos por el segundo diputado. Vamos a representar a todo el voto de izquierda y progresista de la provincia, porque hay listas que por el piso proscriptivo del 1,5 por ciento quedaron afuera. El Frente de Izquierda se ha colocado como alternativa política nacional, y al mismo tiempo disputa en los sindicatos, en los movimientos de la juventud y organiza al vecino que lucha en los barrios. Creo que esto es lo más trascendente de este momento que vive el Frente de Izquierda. Por otro lado, hemos logrado transmitir un mensaje de conjunto a la población. Me parece que el hecho de llegar casi al millón de votos es expresivo de que hemos podido ofrecer una salida frente a un cuadro crítico para los argentinos, que es el derrumbe de este gobierno, su fin de ciclo, sus contradicciones económicas y sociales insalvables. Me parece que éste es el gran mensaje, el mensaje que pudimos extender desde Salta hasta Santa Cruz: el avance electoral y el gran salto del Frente de Izquierda. Además, este Frente de Izquierda dejó atrás una izquierda oportunista, que históricamente existió en la Argentina y que hoy está haciendo «seguidismo» del kirchnerismo o de la centro izquierda. Frente a esto, el Frente de Izquierda es la izquierda autónoma que lidera el Partido Obrero, una izquierda que no concilia con los viejos políticos de la corrupción, una izquierda que ha luchado por la cárcel de Pedraza, emblemática de nuestra lucha contra la burocracia sindical. Todo esto marca el ascenso electoral de una izquierda autónoma, que ha colocado una agenda por izquierda al kirchnerismo, pese a que ellos siguen repitiendo que a la izquierda del kirchnerismo está la pared. El millón de votos del Frente de Izquierda parece indicar lo contrario. Y ahora vamos por el segundo millón.
-¿El kirchnerismo es una fuente de donde se puede obtener votos? Quiero decir, ese voto de izquierda o centro izquierda que el kirchnerismo supo cosechar, sobre todo en sus primeras incursiones electorales.
-Sí. No lo consideramos como una fuente de votos, pero están a la vista las profundas contradicciones del gobierno. Es un gobierno que se ha colocado detrás de un discurso nacional y popular, y que ahora lleva al Congreso un proyecto para reabrir el canje a los fondos buitres, que es una hipoteca para los argentinos. Y la situación también ha sido muy ilustrativa, porque los radicales, el macrismo y el flamante bloque massista han votado favorablemente. Creo que eso muestra claramente la razón del Frente de Izquierda, que ha mostrado la mentira kirchnerista. Dijeron que desendeudaron al país, pero otra vez tenemos una crisis de deuda externa. Debemos más de 200 mil millones de dólares, más de lo que debíamos cuando fuimos al default. Creo que éstos son aspectos clave de la contradicción kirchnerista. Lo mismo que la designación de Granados o la de Milani. Son contradicciones insalvables del kirchnerismo y frente a esto, creo que de cara a octubre vamos a seguir ganando votos de la juventud de base que en el pasado votó al kirchnerismo.
-Desde esa óptica, parece claro que ustedes también consideran que también son contradictorios el proyecto de Insaurralde para bajar la edad de imputabilidad de los jóvenes, o el refuerzo de los patrullajes de seguridad en el conurbano y también en San Nicolás a partir del envío de Gendarmes. ¿Es así?
-Es una vergüenza. La gendarmería debería estar controlando que no entre el narcotráfico a la Argentina. Hoy somos una plaza internacional del narcotráfico. Hoy esa es la clave del delito. El despliegue de la Gendarmería por 45 días, alojada en galpones, es una burda maniobra electoral, es casi una tomada de pelo a la ciudadanía. Y la baja de edad en los menores, es otro desvarío «fachistizante» de Insaurralde, Scioli y un ala del kirchnerismo. Esto demuestra que están desorientados, perdidos. La propia Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires muestra que hay una bajísima incidencia de los menores en el delito: es un cuatro por ciento, en casos en que sólo el diecisiete por ciento tiene que ver con robos; los demás son ajustes o peleas entre ellos, de una juventud marginalizada, abandonada y entregada a esas redes del delito. Creo que la solución al problema de la inseguridad no pasa por ahí.
-Usted hablaba de un fin de ciclo en el kirchnerismo. Dados los resultados de las primarias, no parece aventurado pensar en una sucesión, con o sin continuidad, por la vía del massismo. Para ustedes, ¿qué representa lo que algunos llamaron «el fenómeno Massa»?
-El massismo es un armado post-kirchnerista, una articulación con la Unión Industrial, con el macrismo, con el sector de los Gordos de la CGT, que tiene como ejes a la devaluación monetaria, un ajuste, la vuelta al mercado internacional de deuda. No creo que nada bueno para la mayoría trabajadora venga de una salida de este tipo”.
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