A lo largo de su cauce, no hay otro lugar en el que ocurra lo mismo que en esta ciudad.
Que las aguas de la Isla Jordán están contaminadas no es ninguna novedad, lo que sí llama la atención es que se trata del único lugar en todo el recorrido del río Negro hasta su desembocadura en el mar que se encuentra en ese estado. Así lo demuestra un estudio de la AIC, a partir de distintas muestras que se realizan de manera periódica sobre la cuenca.
Los niveles de bacterias, originados por los vertidos cloacales, superan los 200 Escherichia coli por cada 100 mililitros de muestra, el máximo tolerable, lo que hace imposible que el lugar se habilite como balneario.
La Isla Jordán es el espacio recreativo por excelencia de la ciudad de Cipolletti y sin embargo el acceso de la gente al río está vedado.
El área es promocionada sobre la margen norte como un lugar de esparcimiento enclavado en el valle productivo. Allí, el nivel de contaminación con Escherichia coli es de 540. Y sobre el sur -que por las características particulares de la meseta patagónica predomina la vegetación agreste, el contraste de colores y la posibilidad del avistamiento de diversas variedades de pájaros- el número asciende a 252.
El problema que se da allí es que muy cerca se vierten los líquidos crudos cloacales. La planta de tratamiento funciona en un 50 por ciento y los fondos para terminarla entraron en una controversia: el gobierno nacional afirmó en su momento que los recursos para esa obra ya se habían girado, mientras que desde la anterior gestión del intendente Abel Baratti se negó haberlos recibido.
Otro inconveniente es que en el tramo entre el Parque Industrial y la confluencia el río Neuquén también está contaminado, con lo cual, al desembocar en el Negro aporta al mal estado de las aguas.
ComposiciónDe los análisis que se realizaron en la Isla Jordán y en el resto del curso del río Negro, se desprende que sólo se encontró Escherichia coli en distintos niveles, lo que haría de fácil resolución el problema si se concretaran las obras de saneamiento que se necesitan.
No se registran en los análisis de la AIC metales pesados como tampoco agroquímicos, pese al uso que hacen de estos productos las chacras del Alto Valle. Desde la AIC se informó que, en el marco del programa de agroquímicos, que se implementa desde 2004, se estudian los momentos de aplicación, con la cura en noviembre, después en febrero cuando se termina la aplicación y se saca la pera, en abril cuando ya no se aplica nada en chacra y también en el invierno. Hay 19 tomas y nunca se detectó nada. Se explicó que sí existe presencia de agroquímicos en desagües, que son los que colectan el agua que drena de las chacras, pero por el tipo de producto que se aplica en la actualidad los componentes se degradan en horas y no llegan al río.
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