La apuesta por Embotelladora Jarritos del Sur formó parte del primer periodo empresarial de Carlos Slim.
Ciudad de México — Una de las primeras aventuras empresariales de Carlos Slim, el empresario más rico de México, conocido por su negocio de telefonía Telmex y sus tiendas departamentales Sanborns, fue en la industria embotelladora de refrescos.
Slim fue dueño de Embotelladora Jarritos del Sur, un negocio que adquirió en 1965, después de forjar capital en su etapa como un joven inversionista, recordó el magnate de 84 años durante una conferencia de prensa.
La apuesta por esta compañía formó parte del primer periodo empresarial de Carlos Slim, que fue de 1965 a 1981, y que también consideró la fundación de Inversora Bursátil, la predecesora de Grupo Financiero Inbursa, e Inmobiliaria Carso, detalló el magnate durante la conferencia.
La primera época empresarial de Slim coincidió con la política económica del desarrollo estabilizador, que provocó un fenómeno que fue conocido como el Milagro Mexicano.
Jarritos es una marca mexicana de refrescos, creada en la década de los cincuenta por el químico Francisco “El Güero” Hill. Para la época en que Carlos Slim adquirió la embotelladora, ubicada en Cuernavaca, Morelos, esta marca de refrescos ya se comercializaba en 80% del territorio mexicano.
Carlos Slim no detalló en la conferencia los motivos que lo llevaron a salir del negocio embotellador. La marca Jarritos es operada desde 1983 por Embotelladora Mexicana, una empresa que forma parte de Consorcio AGA.
Posteriormente, Slim adquirió participaciones en Galas de México, un fabricante de calendarios y etiquetas y en el fabricante de cigarros Marlboro y Faros, Cigatam.
Actualmente, Slim es el décimo segundo hombre más acaudalado del planeta, con una fortuna de US$99.400 millones, de acuerdo con Bloomberg.
El empresario es la cabeza honoraria de América Móvil y de Grupo Carso, que considera a Grupo Sanborns, Condumex y Carso Infraestructura y Construcción.
Slim cuenta con otras apuestas empresariales a través de vehículos de inversión que poseen participaciones en empresas constructoras, como la española Grupo FCC, Talos Energy y Harbour Energy.
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