En el massismo insisten con la postulación del ministro de Economía, Eduardo “Wado” de Pedro prefiere una interna contra Daniel Scioli, que este lunes por la noche cenó con la cúpula del Movimiento Evita. El silencio de CFK
Por Federico Mayol
El smartphone de Daniel Scioli sonó a las 12.30 de este lunes, justo cuando el embajador empezaba una reunión en uno de los salones de sus oficinas de Córdoba y San Martín, en el barrio porteño de Retiro, con un intendente del centro del país. “¡Hola ganador!”, saludó por teléfono el ex motonauta a Juan Manzur, el gobernador tucumano que festejó el contundente triunfo de este domingo en la elección provincial y que otra vez volverá a insistir para posicionarse como un actor de peso en la liga de gobernadores que presionan por una estrategia ordenada y federal en el seno de la coalición.
Las hipótesis en torno a su decisión de sostener la precandidatura presidencial son muchas y de las más variadas, pero a Scioli los trascendidos lo tienen sin cuidado. “No lo llamó ni un solo gobernador para presionarlo, al contrario: si el teléfono de Daniel hablara...”, dicen en su entorno. La visita de Ricardo Quintela, de La Rioja, un rato después de la cumbre del CFI del miércoles pasado, fue, según colaboradores sciolistas, solo a modo informativo. La reunión que el fin de semana habían promocionado desde algunas provincias entre un grupo de gobernadores y Alberto Fernández para exigirle, después del reclamo de una “lista de unidad con integración de carácter federal”, que desactive la postulación del ex motonauta, todavía no tenía este lunes fecha de realización.
El Presidente había aterrizado este lunes por la tarde en Tucumán para fotografiarse junto a Manzur, una puesta en escena que, en territorio tucumano, dejaron trascender que no había sido ideada por el ex jefe de Gabinete, a pesar de que ya estaba anunciada. Más bien, todo lo contrario.
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Daniel Scioli
“Nosotros somos como (Carlos) Menem contra (Antonio) Cafiero, con la salvedad de que ahora hay un Cafiero que nos apoya”, se divertían entrada la tarde desde el campamento sciolista, una alusión -desmesurada- a la campaña del ‘89 en la que el riojano se enfrentó contra todo el aparato del peronismo.
El fin de semana, el ex campeón motonauta se vio con Eduardo Duhalde y jugó a la paleta con Martín Guzmán. El viernes había almorzado con Hugo Moyano, el jefe camionero que en la campaña del 2015 apoyó a Mauricio Macri y no al candidato peronista, es decir, a Scioli. Este lunes, tenía previsto reunirse con Sergio Berni, el ministro de Seguridad bonaerense al que le gusta fastidiar internamente a un sector del kirchnerismo. Por la noche, según confirmaron, el ex gobernador cenaría en la casa de Juan Manuel Abal Medina con la cúpula del Movimiento Evita, que coquetea con las PASO y con la postulación del embajador.
Las preguntas se acumulan, una tras otra, contrarreloj, a menos de 48 horas del cierre de alianzas y en un contexto novedoso y en la previa de una elección que puede ser bisagra para el peronismo. ¿Hasta dónde tiene previsto llegar Scioli? ¿Hay presiones para que desista de su postulación?¿Qué piensa Cristina Kirchner, que no habla con el embajador desde diciembre? ¿Va en serio la instalación presidencial de Eduardo “Wado” de Pedro o es Sergio Massa? ¿Y Axel Kicillof? ¿Cuándo va a mostrar sus cartas la ex Presidenta? ¿La jefatura del PJ puede marginar su candidatura?
Este lunes, en algunos sectores sobrevolaba, más allá de las diferencias, la impugnación del 2021 a la presentación de avales por parte de Alberto Rodríguez Saá en la interna partidaria. Cerca de Scioli explicaron a este medio que ya consiguieron los avales y que el ex motonauta es afiliado al PJ, pero que el que fija las reglas es el propio congreso del Partido Justicialista. Hay una creciente expectativa en ese sentido por las exigencias técnicas y la posibilidad de que se reclame desde la conducción partidaria listas propias en todos los distritos.
Sergio Massa en el Congreso del Frente Renovador (Gustavo Gavotti)
En medio de ese desconcierto general, Cristina Kirchner tuiteó sonriente desde su despacho del Senado junto a la ministra de Estado para la Cooperación Internacional de los Emiratos Árabes Unidos, bien lejos de la interna doméstica. Cada tuit de la ex presidenta paraliza al peronismo.
El sábado, Massa ofreció, desde su congreso partidario, en Malvinas Argentinas, una demostración de fuerzas con un mensaje con varias lecturas: volvió a plantear el concepto de unidad pero resaltó que deberán anotar al Frente Renovador en las PASO si es que esa es finalmente la decisión estratégica de la coalición.
“Sergio tiene operación mediática, astucia y temple, tres cosas claves para estos momentos”, lo sintetizó ante Infobae un funcionario con poder territorial que, como un sector importante de la alianza de Gobierno, posiciona al tigrense como el candidato de unidad del frente. A pesar del índice de precios al consumidor que el INDEC tiene previsto oficializar esta semana -se prevé alto- y de los desembolsos, aún trabados, que desde el Palacio de Hacienda se negocian con el Fondo Monetario.
El ministro está convencido de que la foto de las PASO del lunes 14 de agosto, el día después de las Primarias, puede ser muy perjudicial para el frente económico del Gobierno. Hay una creciente inquietud en torno a hasta dónde está dispuesto Massa a hacerle frente a ese hipotético escenario.
Por el contrario, muy cerca de Eduardo de Pedro abundaron a este medio que al titular de Interior no le disgusta una eventual interna contra el ex mandatario bonaerense. “Si Scioli es el candidato del Gobierno, nos permite discutir la gestión”, explicaron. En ese caso, lo más lógico sería que el ministro cristinista renunciara a su cargo.
Colaboradores de “Wado” insisten con que el proyecto del funcionario sigue, por ahora, a paso firme. Igual que en el sciolismo. En el massismo insisten con Massa. Falta la palabra de la titular del Senado.
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