Negociación con el FMI: Alberto Fernández cree que el éxito depende más de un acuerdo político que técnico

Negociación con el FMI: Alberto Fernández cree que el éxito depende más de un acuerdo político que técnico

El Presidente escuchó ayer un informe de Martín Guzmán en base a un diálogo previo del ministro con representantes del Fondo y estuvo con Cafiero para organizar los lineamientos de su discurso ante la Casa Blanca durante su encuentro con Antony Blinken el 18 de enero

“Si hablás con el Presidente, te dice que está muy bien encaminado”. Con esas palabras, una alta fuente del gobierno nacional describió esta semana el ánimo de Alberto Fernández respecto de las demoradas negociaciones con el FMI, que el Ejecutivo busca cerrar antes del vencimiento de pago de casi 3000 millones de dólares a fines de marzo. El primer mandatario cree que la refinanciación depende en mayor medida de un acuerdo político con el Fondo y no tanto de las cuestiones técnicas, en donde hay diferencias de posturas sobre todo en torno al sendero fiscal, como detalló la semana pasada el ministro de Economía, Martín Guzmán.

“El Presidente está convencido de que estamos ahí de un acuerdo, y no hay razón para que no lo haya. Hay diferencias sobre los puntos de déficit, pero básicamente pareciera que eso no es un gran o el principal problema. Hay que apelar al acuerdo político. Es posible que no seamos una prioridad para Estados Unidos, y por eso hay que insistir”, dijo esta semana en la Casa Rosada un funcionario de diálogo permanente con el Presidente.

La semana pasada, en un cónclave con gobernadores en el Museo del Bicentenario, Martín Guzmán había explicitado que, desde el punto de vista técnico, el sendero fiscal es hoy “el punto donde no hay acuerdo” con el staff del FMI y que ese es el principal escollo en el avance de un programa.

Fuentes oficiales aseguraron que todos los esfuerzos del primer mandatario están puestos en cerrar un acuerdo político con el FMI para prevenir la posibilidad de un default dentro de dos meses y medio. En las últimas 24 horas tuvo dos importantes reuniones orientadas, al menos, a postergar los plazos. Ayer, el Presidente conversó largamente con el titular de Hacienda, Guzmán, por teléfono, desde Olivos, para interiorizarse sobre una reunión que había mantenido el funcionario el día previo -martes- vía teleconferencia, con representantes del FMI. No se brindaron precisiones, ni desde Presidencia ni desde Economía, sobre lo conversado en ese encuentro. En general, los avances en las conversaciones con el FMI se mantienen en estricta reserva.

Más tarde, Alberto Fernández recibió en la Casa Rosada al canciller Santiago Cafiero, ex jefe de Gabinete y uno de sus más estrechos colaboradores. El motivo fue el inminente viaje clave que realizará el próximo 17 de enero el ministro de Relaciones Exteriores a Washington para reunirse, el 18, con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken y, posiblemente, con Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. El objetivo central de la visita será el acuerdo con el FMI. En ese sentido, Cafiero busca regar las chances de que el presidente Joseph Biden reciba a Alberto Fernández para facilitar un entendimiento por el programa de facilidades extendidas con el organismo donde Estados Unidos es el principal accionista.

Cafiero dará un panorama al secretario Blinken sobre los lineamientos de política exterior de la Argentina en el marco de las negociaciones con el Fondo. Podrían abordar temas centrales de la agenda internacional de Alberto Fernández, como su próximo viaje a China, potencia mundial enfrentada con el gobierno estadounidense. Aunque en la Casa Rosada aseguraron que la visita a tierras de Xi Jinping no tiene consecuencias en las negociaciones por la deuda externa. “No complica nada. Estamos todos haciendo negocios todo el tiempo. Chile negocia con China, Estados Unidos, México, también. No es un mundo bipolar”, justificaron en Balcarce 50.

También se estima que se discutirá sobre la reciente asunción de Alberto Fernández en la presidencia pro témpore de la CELAC, organismo regional cuestionado por la Casa Blanca por la presencia de países como Nicaragua y Venezuela, que se encuentran en la mira por las denuncias de violaciones a los derechos humanos y civiles, y del cual EE.UU. no forma parte.

En la agenda oficial se encuentran, también, las políticas para paliar el cambio climático. “Pese a lo que se dice, Alberto es visto como un líder moderado y un dialoguista en la región. El consejo de Derechos Humanos de la ONU que preside este 2022 la Argentina tendrá una sesión especial en el segundo semestre en nuestro país con la presidencia de la alto comisionado de DD.HH. de la ONU, Michelle Bachelet”, destacaron en Cancillería.

No se descarta que los representantes de la Argentina y Estados Unidos conversen en Washington,, también, sobre la grave polémica suscitada a partir de la participación del canciller, Daniel Capitanich -hermano de Jorge Capitanich, gobernador de Chaco- en el evento de asunción del reelecto presidente Daniel Ortega, junto a uno de los terroristas prófugos de la Justicia argentina en una de las causas por el atentado a la AMIA, que hoy es vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, Mohsen Rezai, que tiene pedido de captura internacional en Interpol.

Fuentes oficiales destacaron que la intención de Alberto Fernández será tratar de “mantener la mejor relación con Estados Unidos y marcar el derecho de la Argentina a la multilateralidad sin que ello sea entendido como una afrenta a ese país”. También insistirá en que el Gobierno quiere conocer una definición de la administración de Biden respecto del informe que emitió el FMI a fines de diciembre, considerado “lapidario” por el Presidente, sobre la deuda de 44 mil millones de dólares contraída por Mauricio Macri en 2018.

El acuerdo político con el FMI, además de la central veta internacional, también depende de las relaciones domésticas. El Gobierno necesita mostrar al Fondo apoyo a un eventual pacto por parte del grueso del arco partidario, en especial de los espacios con fuerte presencia en el Congreso y con posibilidades electorales de ocupar lugares ejecutivos en el futuro. Por eso pone énfasis en que se haga realidad, en los mejores términos posibles, el encuentro con los gobernadores opositores que no se pudo concretar la semana pasada.

Hasta ayer seguían las negociaciones sobre el lugar y la fecha en que tendrá lugar el cónclave entre Guzmán y los jefes provinciales opositores de Corrientes, Gustavo Valdés; CABA, Horacio Rodríguez Larreta; Mendoza, Rodolfo Suárez; y Jujuy, Gerardo Morales. Pero aún no está definido si el encuentro se realizará en el Congreso, como querían tanto la oposición como el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; o en el salón Belgrano de Hacienda, como proponía el ministro Guzmán. Lo más probable es que tenga lugar el martes de la semana próxima en el ámbito legislativo, destacaron en Presidencia. Aunque después del duro comunicado de Juntos por el Cambio sobre la exposición de Guzmán la semana pasada, pusieron en duda la participación de Alberto Fernández.

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