El sector liderado por De Marchi está enfrentado con el radical Alfredo Cornejo; hay riesgo de ruptura
Pablo Mannino
A un paso de la ruptura. Así está el frente gobernante mendocino, liderado por la UCR, en tierra cuyana, en medio de una “rebelión” del PRO, de cara a las elecciones a gobernador. La pelea del verano entre el exmandatario provincial Alfredo Cornejo, máximo referente radical, y Omar De Marchi, principal líder “amarillo” cuyano y armador de la mesa nacional de Horacio Rodríguez Larreta, quienes buscan postularse a gobernador, suma nuevos capítulos.
Ahora, los dirigentes del PRO tras ser convocados finalmente a una reunión de Cambia Mendoza, decidieron darle la espalda a la invitación, al considerar que se cansaron de no ser escuchados. No van a ir.
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Por eso, más allá de algunas voces internas díscolas vinculadas a Patricia Bullrich, dieron a conocer un duro documento para dar a conocer públicamente su posición contra el radicalismo. En este sentido, el titular del partido en la provincia, Álvaro Martínez, uno de los principales delfines de De Marchi, salió con los tapones de punta.
“Luego de concluido el proceso electoral del año 2021, no ha existido rutina de funcionamiento regular en el ámbito del Frente, no se ha convocado a una sola reunión donde se pudieran intercambiar opiniones sobre proyectos, o sobre el rumbo de la gestión de gobierno, lo cual lamentamos sinceramente. Inclusive han avanzado con decisiones en forma unilateral, en nombre del Frente Cambia Mendoza, sin consulta previa ni comunicación alguna al resto de los partidos que integran este Frente”, indica la misiva del Consejo Provincial del PRO enviada al presidente de la Unión Cívica Radical de Mendoza, el intendente de la comuna de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar. “Hemos decidido no asistir al encuentro cuya invitación usted ha cursado; y destacamos que vemos, con desazón, que nuevamente se insiste en ignorar los planteos que realizamos anteriormente para dar vitalidad al frente Cambia Mendoza”, dispararon.
LA NACIÓN entrevistó el pasado fin de semana a Cornejo y De Marchi, protagonistas de la dura puja, quienes dejaron en claro sus diferencias, lo que hace cada vez más difícil llegar a buen término: esto es continuar en la alianza político-electoral y enfrentarse en las PASO. El radical aseguró que “es ineludible estar unidos para enfrentar al kirchnerismo, que no está muerto”. En tanto, De Marchi, quien no detiene sus ambiciones de jugar por fuera, dijo que “en Mendoza no hay espíritu de coalición”.
En el documento, los máximos referentes del PRO, hacen mención a la interna reinante. “Articular un frente político requiere de coincidencias en las formas y en el fondo de los asuntos centrales, y sobre todo en la confianza que sólo se consigue con buena fe. Estas actitudes han estado ausentes en varios dirigentes de un sector del radicalismo, y de su socio principal, la izquierda de Libres del Sur, llegando incluso a agredir y descalificar en términos personales a dirigentes de otros partidos, sólo por señalar con datos fidedignos algunos asuntos a mejorar en la gestión provincial”.
Patricia Bullrich junto a Alfredo Cornejo en un encuentro de dirigentes en Funes, Santa FeMarcelo Manera - LA NACION
En este tren, se hace cada vez más difícil llegar a conciliar posiciones. Diferentes figuras de ambos sectores consultadas por LA NACIÓN se mostraron preocupados por la escalada del conflicto y el grado de “personalismo”, aunque en el seno del PRO se envalentonan y redoblan la apuesta. “Es muy difícil que haya acuerdo con Cornejo; casi imposible, es una persona muy autoritaria. Mendoza tiene problemas estructurales y esta gente no está dispuesta a resolverlos. Lo único que están tratando es articular una mayoría para ver si pueden llegar a las dos terceras partes en la Legislatura. Si nosotros articulamos un frente competitivo, ellos además van a perder la mayoría”, expresó una alta fuente “amarilla”. En tanto, en el círculo íntimo de Cornejo entienden que su rival busca embarrar la cancha, provocar malestar en los votantes y abrirle el juego al kirchnerismo.
Por lo pronto, de cara a los comicios y el futuro de la coalición, en el documento del PRO, dejaron en claro esta postura. “Siempre estamos dispuestos a reabrir el diálogo constructivo para fortalecer una posible alianza futura, aunque seguimos advirtiendo que será muy difícil lograrlo. Sobre todo si algunos integrantes del frente persisten en la utilización de métodos ajenos al respeto y la buena fe entre las partes”, indica el texto.
Sol Salinas, concejal de Capital, es una de las 6 de los 24 referentes del PRO, perteneciente al arco de Bullrich, que votó por asistir al encuentro. “Hay una falta total de institucionalidad partidaria. No hay funcionamiento partidario, solo intereses personales”, expresó la dirigente, molesta con De Marchi. “Lo único que hacen es desvirtuar las herramientas democráticas rompiendo con el diálogo y la discusión permanente necesaria. Estás prácticas no son nuevas, cada vez que no ganan una discusión, o no les gusta, se corren o rompen. Ya lo hicieron con el PD, ahora lo hacen con el Frente Cambia Mendoza y lo están intentando con el PRO”, completó.
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