Por: Alfredo Atanasof. El próximo 3 de mayo, en las instalaciones de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) organizado por el Movimiento Productivo Argentino (MPA), se llevara a cabo un debate bajo el titulo "Dialogo nacional tripartito sobre el futuro del trabajo" que contara con destacados especialistas en representación de los trabajadores, empleadores y gobierno en coincidencia con las conclusiones de la Comisión de Futuro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Seguramente coincidiremos en que la subsistencia de los seres humanos se basa en el trabajo y consideraremos especialmente el caso Argentino hoy con indicadores altamente preocupantes, el INDEC nos acaba de informar que la tasa de desempleo en el ultimo trimestre de 2018 fue de 9,2% de la población activa de los 31 grandes aglomerados del País, un nivel sensiblemente superior al 7,2% del mismo periodo de 2017. La pobreza llego a 32% de la población en el segundo semestre de 2018, en el mismo periodo del año anterior se ubicaba en 26%.
Mediante el trabajo se satisfacen las necesidades básicas, se evita la pobreza y se construye una vida digna, pero mas allá de contribuir a satisfacer las necesidades materiales, también contribuye a tener identidad y pertenencia. Solo el trabajo nos permite establecer una red de conexiones para proyectar la cohesión social.
El mundo del trabajo esta expuesto a grandes y vertiginosas transformaciones. Los avances tecnológicos, especialmente la robótica, la inteligencia artificial y la automatización, crearan nuevos puestos de trabajo, y muchos en esa transición perderán el suyo, es probable que quienes lo pierdan sean quienes peor preparados estén para aprovechar las nuevas oportunidades, los conocimientos de hoy no tendrán correspondencia con las demandas laborales de mañana. Las competencias de hoy no coincidirán con los trabajos de mañana. La OIT dice que Es previsible que la creciente población de jóvenes en algunas regiones agudice el desempleo juvenil¨, en otra regiones habrá una fuerte presión sobre los sistemas previsionales como consecuencia del envejecimiento de la población.
Estos desafíos sumados a los ya existentes, pueden ser un cocktel explosivo. En el mundo hay 300 millones de trabajadores que viven en condiciones de extrema pobreza, millones de personas mueren a causa de accidentes de trabajo, el estrés a incrementado los riesgos para la salud mental, los salarios no han avanzado al ritmo del crecimiento de la productividad, las mujeres reciben ingresos 20% inferiores a los hombres para la misma tarea, muchos millones de niños, mujeres y hombres son perjudicados por la esclavitud moderna, La brecha entre los ricos y pobres se incrementa permanentemente, en nuestro país creció 20% desde 2015 a 2018 como consecuencia de una inflación del 160% para ese periodo.
Quienes participamos de la organización de este evento aspiramos a contribuir a fortalecer la conversación sobre los aspectos relativos al mundo del trabajo, importantes representantes de la academia nos entregaran estudios locales, acerca de los empleos que desaparecen y los que se crearan en el futuro. Finalmente me parece oportuno recordar algunos datos generados por la Organización Internacional del Trabajo que ilustran la gravedad de la situación:
Antes de 2030 es preciso crear 344 millones de empleos, además de los 190 millones de empleos que son necesarios para poner fin al desempleo actual
190 millones de personas serán nuevos desempleados, de las cuales 64,8 millones son jóvenes; 2000 millones de personas basan su sustento en la economía informal 300 millones de trabajadores viven en extrema pobreza reciben menos de 1,90 dolares por día 2,78 millones de personas fallecen anualmente como consecuencia de accidentes de trabajo o de enfermedades profesionales.
El 36,1% de la mano de obra mundial trabaja demasiadas horas (más de 48 horas semanales); El crecimiento salarial disminuyó, pasando de un 2,4% a un 1,8% entre 2016 y 2017
La remuneración que reciben las mujeres es cerca de un 20% inferior a la de los hombres; Entre 1980 y 2016, el 1% más rico de la población mundial experimentó un aumento global de los ingresos del 27%, mientras que el 50% de la población mundial más pobre solo experimentó un aumento del 12%.
Queremos contribuir a crear las condiciones para que desde el Dialogo Social podamos aprovechar las oportunidades que brindan las transformaciones con la mirada puesta en generar seguridad económica, igualdad de oportunidades, justicia social y fortificar el tejido social.
Comentá la nota