Durante la campaña, la ex Presidenta mostró las instalaciones del edificio municipal que nunca logró utilizarse por la poca capacidad de las calderas para calefaccionar el lugar y mantener la temperatura del agua. La obra costó $ 28 millones más y no se concluyó.
Se inauguró, fue noticia en plena campaña en el mes de octubre, pero nunca funcionó. El natatorio municipal de Río Gallegos que formó parte de la lista de obras anunciadas por Cristina Kirchner fue solo un corte de cinta. Desde entonces se mantuvo cerrado por refacciones, problemas en las calderas. La obra no se terminó de forma completa y la AGN comenzó una auditoría sobre la misma. La licitación se realizó por $ 40 millones y Nación terminó pagando $ 68 millones.
El imponente edificio de una superficie de 7.580 metros cuadrados, a pocas cuadras de la casa de Máximo Kirchner en la capital santacruceña, se convirtió en otro anuncio fallido. Sus puertas nunca se abrieron más que para el recorrido que realizó la ex Presidenta en plena campaña junto a su cuñada y actual gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner.
El natatorio inaugurado el 9 de octubre del año pasado, terminó costando $ 28 millones más que su valor inicial. La empresa a cargo fue Acri Construcciones. Según se informó desde la Municipalidad de Río Gallegos, el Gobierno nacional envió la totalidad de los fondos pero la obra aún está inconclusa. “Entre otras cosas, faltó demoler la casa que está en el predio, donde todavía habita una familia a la que se le había prometido una vivienda de Pro Crear”, informaron desde la actual gestión.
El Natatorio Municipal cuenta con dos niveles con baños públicos, vestuarios damas y caballeros y gradas para público con capacidad de 150 personas. Se le incorporaron consultorios médicos, un gimnasio con aparatos y un buffet. Todo quedó en el anuncio institucional. La obra incluso fue recorrida durante la campaña por Máximo Kirchner,
Cuando se abrieron las puertas del edificio por primera vez con la presencia de vecinos y militantes, fue para el acto oficial que encabezó Cristina Kirchner. Pero la sorpresa llegó meses después con el cambio de gestión: la caldera instalada resultaba insuficiente para el edificio, ya que la entrada de gas “no podía abastecer a la misma, por eso se tuvo que realizar una nueva conexión”. Y explicaron desde la Municipalidad que esto causaba que el agua de la pileta “no alcance calentar, al no funcionar las calderas no se podía mantener la temperatura de la misma”.
En su interior se encontraron, además, con la falta de mobiliario y entre las falencias detectadas, el manejo del agua con el cloro generó problemas también.
Cuando la obra se licitó, se hizo por una suma de $ 40 millones y con la redeterminación de precios su valor ascendió a $ 68 millones. En la Municipalidad donde se creó una comisión revisora, indicaron que se detectó una diferencia en la certificación final de 290 mil pesos “por la demolición veredas y muro perimetral que no se hicieron y se pagaron”.
Estas irregularidades, serán denunciadas por la gestión de Roberto Giubetich (UCR) ante la Justicia. La fecha estimativa para reabrir el natatorio, sería el 15 de abril.
Todo esto ocurrió bajo la gestión kirchnerista de Raúl Cantín que renunció después de 120 días de conflicto del gremio municipal, y posteriormente, bajo el corto período que estuvo al frente el actual funcionario de Alicia Kirchner, Pablo Grasso que durante la inauguración del natatorio señaló “tenemos el compromiso de administrar y llevar adelante no solamente en el cuidado del dinero y que todos puedan disfrutar de estas modernas instalaciones”.
La AGN también inició una auditoría sobre un polideportivo licitado por $ 23 millones. El dinero fue enviado a Río Gallegos, pero la obra no se realizó nunca. Lo única que se encontró respecto a esta obra, fue una carpeta con los planos y su ubicación en la ciudad, pero la construcción nunca comenzó.
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