Los resultados que obtenga Francisco de Narváez este domingo marcarán un antes y un después dentro de su estructura. En los últimos días se rumoreó que Alejandro Granados abandonaría en un futuro cercano el ministerio de Seguridad y se volvió a mencionar al Colorado como su sucesor. Pero esto no será así.
Internamente reconocen que De Narváez tenía la esperanza de ser ministro de Seguridad, pero la realidad es que a Scioli no le queda mucho espacio para nombrarlo, y menos si el Colorado es diputado. Fue el mismísimo De Narváez quien negó públicamente la posibilidad de encabezar el ministerio que desde hace poco ocupa el ex intendente de Ezeiza. Tildaron como operaciones de prensa a aquellos rumores y así desestimaron esa historia.
Pero lo cierto es que la relación entre el denarvaísmo y el sciolismo es muy cercana. Concretamente, el que en teoría tendría posibilidades de ser ministro es Gustavo Ferrari, cuentan, por su amistad con el ex motonauta. Pero en definitiva no le alcanza para serlo.
“El proyecto del Colorado es un proyecto sciolista, y si es un proyecto sciolista también es un proyecto peronista”, comentan por lo bajo allegados al ex candidato a gobernador en alianza con Ricardo Alfonsín. Así las cosas, hoy, con las elecciones a la vuelta de la esquina, dentro de ese proyecto sciolista la realidad es que hay algunos de sus hombres que seguirán adelante con él y otros que decidirán escaparse. Algunos incluso se muestran cansados por vivir últimamente con cierta incertidumbre respecto al futuro de De Narváez y sus manejos.
“Eso sí, no hay nadie que esté coqueteando con el massismo”, aclaran, reconociendo a la vez que con el sciolismo “es otra cosa”.
Tras los comicios de este domingo, De Narváez aspira a construir un nuevo bloque en la Cámara baja bonaerense de entre 5 y 9 diputados. Pero estiman que serán 6 como mucho: 3 por la Sexta (Héctor Gay, Santiago Nardelli y Rocío Antinori), 1 por la Tercera (Adrián Verdini), 1 por la Segunda (Franco La Porta) y otro por la Octava (Gonzalo Atanasof).
Él desea manejar ese bloque como sciolista, aunque también se dice que está un poco molesto con Scioli, porque éste “no cumple –o no tiene las mismas ganas de cumplirle- las promesas de hace 5 meses”.
Todos estos son indicios que marcan algo que puede pasar en un futuro, y que es el denarvaísmo completo migrando hacia el sciolismo, “enmarcado en un proyecto nacional”, aclaran, fantaseando que “en el imaginario de Scioli, De Narváez es candidato a un ministerio pero con un Scioli gobernando el país con una estructura mucho más grande”.
“Los diputados denarvaístas tienen ganas de hacerse sciolistas”, aseguran desde la Legislatura, fundamentando esto en la molestia que muchos sienten con De Narváez, envuelto en rumores y con estrategias ambiguas que no terminan de conducir a un camino concreto. “Como denarvaístas no llegan a ningún lado, están solos”, agregan. El nuevo bloque tal vez termine con los misterios.
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