Los voceros de la Federación desconocen si llegó la harina a precio diferenciado para elaborar el pan.
La semana pasada este diario confirmó que el Centro de Industriales Panaderos, Pasteleros y Afines de Catamarca (CIPPAC) desconocía cuándo comenzarían a llegar las bolsas de harina con precios por debajo de los de mercado ($250 o más por una bolsa de 50 kilogramos) para que se pudiera elaborar el pan denominado "10-10": a $10 el kilo y hasta las 10 de cada día.
Solo en la ciudad de Tinogasta un empresario aseguró que comenzará a recibir el 10% de toda su compra de harina con precio subsidiado, porque lo consigue directamente del molino, sin un intermediario.
Pero el problema para la ciudad Capital y para gran parte del territorio provincial es que esta medida no tuvo acompañamiento de parte de las autoridades, ni tampoco de los panaderos agrupados en el CIPPAC.
Este diario también consultó con la Dirección de Defensa al Consumidor para tratar de establecer si se había determinado un volumen mínimo de provisión de harina para la provincia de Catamarca. Pero tampoco los funcionarios de esta dependencia, bajo la órbita del ministerio de Producción, tenían información respecto de la harina para el pan a precio subsidiado.
Así las cosas, el kilogramo de pan se sigue vendiendo por encima de los $15 el kilo en las panaderías de la ciudad, y en los supermercados, el kilogramo supera los $16.
En promedio, según lo que aseguró uno de los panaderos más reconocidos consultados por este diario, una panadería utiliza entre 5 y 10 bolsas diarias de harina para la elaboración de todos sus productos, desde el pan francés hasta los artículos de repostería, como facturas, masas o panes especiales.
Además de la posibilidad de vender pan subsidiado en Tinogasta, también en negocios de La Carrera y otros puntos de Las Chacras aparecieron almacenes y otros comercios dispuestos a vender el pan de reparto a menos de $10, pero con muy poco margen de ganancia para los empresarios.
Las panaderías de la periferia de la Capital, en tanto, mantienen los valores un poco más bajos que los supermercados (entre $12 y $14 el kilo de pan surtido), con el riesgo de que en la elaboración se pudieran utilizar productos que no están permitidos, o bien, como es aún más habitual, que la mano de obra para la elaboración se mantenga "en negro".
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