El peronismo provincial ya avisó que no será parte de la discusión interna del partido nacional que en noviembre renovará sus autoridades. “Mientras esté La Cámpora, no tenemos nada que ver”, resumen desde el justicialismo de Llaryora y Schiaretti.
Por Yanina Soria.
La decisión que comunicó ayer el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, de llamar a elecciones internas partidarias para el próximo 17 de noviembre, sorprendió a propios y ajenos y sacudió el tablero del peronismo nacional.
En medio de la fuerte interna justicialista en el distrito donde atiende Dios, el hijo de la ex vicepresidenta (que nunca terminó de cuajar como líder frente a todas las tribus) abrió el juego y les pasó la pelota a sus detractores.
Eligió el día del Militante cuando, además, también se renovarán las autoridades del PJ Nacional que, en medio de todas estas tensiones, debe iniciar su propio proceso de reordenamiento tras la licencia tomada por el ex presidente Alberto Fernández como titular del partido. De hecho, tan expuesta son las internas que eso (la licencia del ex mandatario) fue lo único sobre lo que hubo consenso en el congreso partidario de Ferro realizado en marzo pasado.
"El PJ-PBA que tengo el honor de presidir, representa el 37,32 por ciento del padrón total nacional. Por lo tanto, no solo es adecuado, sino operativamente necesario hacer coincidir los actos electorales en una misma jornada, promoviendo la masiva concurrencia a las urnas para elegir qué destino debe asumir el partido a nivel nacional y provincial", dijo Máximo en el comunicado que hizo público ayer por redes sociales.
Mientras tanto, hoy en la sede de calle Matheu, volverá a reunirse la mesa del PJ Nacional para habilitar esa posible fecha de interna y comenzar a darle forma a una discusión mucho más profunda que subyace la elección de las nuevas autoridades.
El partido justicialista necesita reperfilarse tras la dura derrota electoral del ´23, y definir la estrategia opositora que llevará adelante frente al gobierno de Javier Mieli. En esa reconstrucción que mira el ´27, reconocen que no sobra nadie y que necesitan a todos los sectores adentro, más allá de los chisporroteos domésticos que hoy ocupan la energía de la dirigencia.
Desde Córdoba, el peronismo del gobernador Martín Llaryora y Juan Schiaretti, ni se inmuta frente a los movimientos del PJ nacional.
Siguen esas discusiones como meros espectadores que miran la novela desde afuera y con la firme decisión de no participar “mientras el partido esté colonizado por el kirchnerismo y La Cámpora”, resumió un schiarettista.
Por eso, no mandaron a sus congresales a la reunión de marzo, ni tampoco lo harán en noviembre. “Hasta que no haya un proceso de renovación en serio, no seremos parte”, agregó un hombre del cordobesismo.
El hecho de que, aun siendo muy prematuro, ya haya quienes aseguren que Cristina Fernández de Kirchner como única dirigente capaz de ordenar el espacio podría asumir la jefatura del PJ nacional, aleja todavía más la posibilidad de que el PJ Córdoba sea parte de la orgánica nacional.
La última vez que lo hizo, fue en marzo del 2020 (antes de la pandemia) cuando envió a sus 80 delegados al congreso nacional partidario; el por entonces presidente Alberto Fernández generaba alguna expectativa.
Antes de ello, en el 2016 el gobernador Juan Schiaretti y su antecesor José Manuel de la Sota fueron convocados por José Luis Gioja para integrar la lista de unidad en el marco de la renovación de autoridades del PJ Nacional, y la respuesta fue la misma: “no” tajante.
En aquel momento, el peronismo cordobés que venía de denunciar discriminación por parte la gestión de Cristina Fernández de Kirchner con la Provincia, ser replegó y profundizó la idea del partido local como un órgano autónomo y ajeno al PJ Nacional. Hoy, la estrategia parece ser similar.
En el peronismo nacional creen que el “problema” con el kirchnerismo lo tiene Schiaretti y que Llaryora no es tan reactivo al espacio; sin embargo, por ahora, no albergan demasiadas expectativas de achicar con el PJ Córdoba.
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