Por José Maldonado

Mas de una semana después de su derrota en el ballotage, Sergio Massa hizo los primeros movimientos para contener a su tropa legislativa, intendentes y funcionarios enrolados en el Frente Renovador: les pidió que trabajen para mantener unido el espacio y les advirtió sobre el efecto que podrían tener las medidas de ajuste que aplicará Javier Milei a partir del 10 de diciembre, especialmente en la provincia de Buenos Aires.

Los contactos se mantienen por ahora en silencio y con una orden de conservar el hermetismo todo lo posible. Massa solo quiere dar señales de estar trabajando en la transición de las áreas de gobierno a su cargo.

En las últimas horas, sus voceros difundieron la información de un encuentro con intregrantes de su equipo, como el Jefe de Gabinete de Asesores, Leonardo Madcur, y los secretarios de Política Económica, Gabriel Rubinstein; de Finanzas, Eduardo Setti, y de Industria, José Ignacio De Mendiguren. "Sergio Massa supervisa la transición ordenada de todas las áreas de la gestión económica", fue el mensaje.

Desde el lunes de esta semana, una vez que empezó a procesarse internamente el golpe de la derrota, en el Frente Renovador surgieron señales desde la conducción. Integrantes de las cámaras legislativas e intendentes bonaerenses tomaron contacto con Massa en la primera de una serie de reuniones que continuarían el jueves con ministros y otros cuadros políticos de su espacio que tienen responsabilidades de gestión hasta la semana que viene.

El objetivo del excandidato presidencial es evitar que el cimbronazo del triunfo de Milei genere dispersiones en las filas de una fuerza que tendrá que buscar su espacio dentro del arco opositor desde una posición de fortaleza. El FR controla intendencias, tendrá presencia importante en el Congreso y la Legislatura bonaerense y podría seguir al frente de ministerios y áreas del gobierno de Axel Kicillof.

El mensaje que bajó Massa fue un pedido para mantener la unidad y la identidad del Frente Renovador ante un escenario amenazante. "Lo que viene es difícil", dijo Massa.

Entre la dirigencia renovadora hay mucho hermetismo. El propio Massa pidió no hablar de política ni de cuestiones internas en este momento y concentrarse en "entregar el Gobierno". Ya habrá tiempo después del 10 de diciembre para las cuestiones partidarias, dice. "Sergio necesita tiempo. Por ahora no da señales. Hay que esperarlo", avisan quienes lo conocen de cerca. Las versiones hablan de un posible viaje a Estados Unidos en los próximos meses para responder ofertas de trabajo de universidades y un fondo de inversión.

Gabinete de Axel Kicillof

Por lo pronto, Massa tendrá que resolver un tema político urgente: la continuidad de los hombres de su espacio político en el gabinete de Kicillof. El gobernador bonaerense está terminando de delinear su equipo para el segundo tiempo.

En el centro de las miradas está Jorge D'Onofrio, titular del Ministerio de Transporte y dueño de peso político propio. El tema se tocó por arriba en la reunión que mantuvieron Massa y Kicillof la semana pasada, donde el gobernador le pidió al ministro que garantice el envío de los fondos nacionales de octubre y noviembre que le corresponden a la provincia, pero terminará de acordarse en las próximas horas, en otra charla que tendrán mano a mano.

Las versiones más firmes hablan de la continuidad de D'Onofrio, un nombre que también sonó como reemplazo de Sergio Berni en Seguridad. La confirmación llegará recién a fines de esta semana o inicios de la próxima.