Claudio Silvestrini supo que tenía cáncer casi al mismo tiempo de saber que sería el secretario de Hacienda del Municipio capitalino. Asumió con esa dificultad, con esa pelea por su salud. Murió este miércoles, en Buenos Aires.
Su deceso marca fuerte impacto en la política neuquina. Silvestrini era un hombre conocido por todos los practicantes de esta disciplina que sirve para gobernar u oponerse a los gobiernos. Sus gestiones, durante los gobiernos de Jorge Sobisch, marcaron a fuego una manera de administrar los dineros públicos, dentro de ese vasto continente que es el MPN, en gobiernos concretos.
Fue precisamente en esa última gestión de Sobisch, del 2003 al 2007, que Silvestrini tuvo su más destacada actuación como funcionario. El actual intendente, Mariano Gaido, era su vocero de prensa, entonces. Desde allí se conocían. Gaido lo había elegido en función de ese conocimiento entre ambos, para cumplir con la importante tarea, tras recuperar el municipio para una gestión emepenista, después de 20 años de administraciones ajenas, vinculadas a aquel otro gran hombre de la política neuquina que fue Horacio Quiroga.
Pero Silvestrini poco pudo hacer en estos meses. Su salud se fue deteriorando inexorablemente. Hoy, Gaido expresó su honda pena. No pudo ser, por razones ajenas a la voluntad humana, lo que tal vez hubiera sido, una colaboración política muy interesante.
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