Escribió el historiador morenense Oscar «Tito» Pasarelli: «Su diseño responde al de las estaciones de servicio YPF de esos años, la elevada torre estaba pensada para ser vista, de acuerdo a la poca urbanización de la época, desde los radios céntricos de Moreno y General Rodríguez. En 1950 se detuvo la obra. En 1958, el abogado Salvador Becciu, compró en remate judicial por la suma de 147.500 pesos el predio con el inconcluso edificio, al que bautizo El Mirador. Pese a ser conocida como la Torre de El Embarcadero, el embarcadero nada tiene que ver con esta construcción, ya que el mismo estaba ubicado muy cerca, pero dentro del terreno ferroviario, que era usado para la carga en tren de ganado en pie«.
En la tarde de ayer, en una confitería céntrica de Francisco Álvarez, los concejales Lucas Franco, Noemí Aguilera, y la diputada provincial Débora Galán, participaron de un gran encuentro con comerciantes y vecinos /as. Allí se labró un acta donde habría quedado asentado, con la mejor pluma posible, que en el día de hoy después del mediodía, el Municipio tomará completa y total posesión del predio que tiene, según las redes sociales, actividades culturales y recreativas, incluso una familia viviendo en un lugar con mínimas condiciones.
El objeto de acción política es dotar a ese lugar histórico de los recursos y presupuestos para convertirlo en un punto turístico pero con funcionalidades: delegación municipal, centro cívico, oficina tributaria, pero además se habla de ventanillas de PAMI y ANSES.
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