El propietario del predio manifestó que las obras se estaban desarrollando sin su consentimiento y la Comuna procedió a la clausura. La medida pone en suspenso la continuidad del proyecto en el corto plazo y deja un terreno con fuerte impacto ambiental.
La Municipalidad de Luján clausuró de forma preventiva el desarrollo turístico “El Renacer”, ubicado en el Camino a Carlos Keen. Desde sus inicios, la obra había generado preocupación entre los vecinos de la zona por el impacto que implicaba para la ruta la circulación constante de camiones cargados con tosca. Asimismo, había despertado temores de que allí pudiera estar llevándose adelante una actividad extractiva por fuera de los marcos legales. Sin embargo, fue otro factor el que decidió la suerte del proyecto y obligó a la Comuna a suspender las obras: el propietario de la parcela ubicada en inmediaciones del kilómetro 7 denunció que el emprendimiento se estaba realizando sin su consentimiento.
“La obra se paralizó por un problema entre los socios. El dueño del campo, una persona de origen árabe saudí, vino la semana pasada al Municipio a denunciar que no había firmado nada, que había hecho un acuerdo verbal para hacer un desarrollo pero que no había firmado ningún documento y que no había autorizado la extracción de tierra”, explicó a este medio el director de Planeamiento de la Comuna, Carlos Patetta.
“Se labró un acta en presencia de una escribana, dos inspectores municipales del área de Medioambiente y efectivos del Destacamento de Carlos Keen. A partir de ahí, y para cerrar el expediente transitoriamente, se decidió hacer una clausura preventiva hasta tanto no se aclare toda la situación”, completó.
Según pudo averiguar EL CIVISMO, el propietario de las dos fracciones de tierra donde se llevaba adelante el desarrollo turístico es Anas Mohamed Mirdad, en tanto que uno de los socios locales del emprendimiento es el ex concejal Andrés Salvatto. Años atrás, Mirdad fue cónsul de Arabia Saudita en nuestro país, y actualmente es titular de una empresa de arrendadores de fincas con domicilio legal en Juncal 1770, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El proyecto “El Renacer” estaba caracterizado como una hostería que incluía cabañas y una laguna de importantes dimensiones, orientado fundamentalmente al mercado emisor de la ciudad de Buenos Aires.
Desde la Comuna aseguraron que “al proyecto le faltaba desarrollo pero tenía regularidad”, al tiempo que afirmaron que, a partir de este antecedente, los controles serán más rigurosos: “Van a tener que empezar de cero, salvo el certificado de uso, que ya lo tienen porque se sabe que ese tipo de emprendimiento está permitido en ese lugar. Hay que poner en regla todo antes de que puedan reanudar, vista no solo esta situación sino también la cantidad de quejas que hubo por parte de los vecinos”.
“Tendrán que iniciar el expediente de cero, empezando por aclarar la situación societaria y dominial, y la presentación de un proyecto técnico definitivo. Además se les va a cobrar los derechos municipales que tienen que pagar, la extracción de tierra que han hecho y que harán, y ante todo tendrán que presentar el certificado de aptitud ambiental. A esto se le suman otros trámites provinciales, redundando en un proceso muy largo. No creo que se logre reactivar la obra antes de un plazo de por lo menos seis meses”, precisó Carlos Patetta.
El desarrollo había comenzado a dar sus primeros pasos con la excavación de una cava donde se emplazaría el lago artificial, que de inmediato generó preocupación entre los vecinos de la zona al ver peligrar la integridad del camino que utilizan a diario para desplazarse hacia la ciudad de Luján, y por donde ingresan a la localidad de Carlos Keen los miles de visitantes de fin de semana.
“El proyecto tenía Certificado de Uso y algunos trámites provinciales. Empezaron a hacer las tareas previas, como la gran laguna, mientras presentaban el proyecto definitivo sabiendo que era una actividad permitida”, ratificó el funcionario, al tiempo que detalló los resultados de los controles llevados adelante hasta la fecha: “La laguna tenía la profundidad admitida -dos metros-, pero todavía no se había completado. Las dimensiones finales marcaban 150 metros de ancho por 400 de largo. El pesaje de los camiones que se controló estaba bien”.
Por último, indicó que “todavía no habían pagado nada, salvo los trámites propios de un expediente, y la extracción de tierra se hizo a través de la empresa Rasente, autorizada para tales fines por el área de Minería de Provincia”.
Con todo, la paralización de las obras deja en suspenso la continuidad del desarrollo turístico en el corto plazo, algunos signos de deterioro en ciertos tramos del camino y un terreno con un fuerte impacto ambiental.
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