A partir del compromiso del estado municipal y de la decisión política de responder a una problemática que cada vez más visible, en Avellaneda funciona un Hogar de Protección Integral para Mujeres en Situación de Violencia de Género con hijos dependiente de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Avellaneda.
“Creemos que es importante que la sociedad tome conciencia que la violencia de género no es un problema del ámbito privado, sino que es un problema social, que se da prácticamente en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Por lo tanto nos compromete como colectivo social”, asegura Irene De Simone, responsable del Hogar de Avellaneda.
Este nuevo dispositivo responde a las necesidades de aquellas mujeres en situación de violencia que no poseen redes familiares y/o sociales de contención o que se encuentran en una situación de extremo riesgo.
En este sentido, según subraya De Simone: “El Hogar busca mantener al grupo familiar unido ya que existe la posibilidad de que la mujer ingrese junto a sus hijos/as de hasta 18 años, situación que no es común en las instituciones, y que plantea una mirada con perspectiva de género y de Promoción y Protección de los Dichos, de niños, niñas y adolescentes”.
Si bien la violencia de género siempre existió, recién a partir del Gobierno de Cristina Fernández, gana lugar en la agenda pública. En 2009 es sancionada la “Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales”, que en su artículo 10, hace una consideración específica sobre la construcción de Hogares de Protección Integral, configurándolos como lugares de asistencia, protección y seguridad.
Asimismo, y en este sentido, se sanciona la Ley 26.791 modificatoria del código penal de la Nación Argentina, incorporando las nociones de violencia contra las mujeres, identidad de género y femicidio.
Junto a estas leyes, la “Asignación Universal por Hijo” y diferentes programas sociales se configuran como restitutivos y ampliadores de derechos promoviendo el empoderamiento de las mujeres.
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