“La SAT reconoció que están muy escasos de recursos”, explicó el titular de la Defensoría del Pueblo, Juri Debo. La intendencia extraerá los líquidos del pantano y los trasladará a la planta de tratamiento en El Manantial
Los funcionarios de la Municipalidad y de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), acordaron trabajar en conjunto para drenar y rellenar una laguna fétida en un barrio de la capital. A pesar de que las partes consideraron que el encuentro convocado por la Defensoría del Pueblo fue positivo, se cruzaron por la capacidad para reparar las pérdidas cloacales. “Hubo un diálogo muy maduro entre funcionarios de la municipalidad, la SAT, Obras Públicas y de la Dirección Provincial del Agua provinciales”, explicó el ombudsman Fernando Juri Debo.
“La reunión fue desgraciadamente reiterativa de la realidad: de la falta de respuestas de la SAT a la problemática que se vive en la capital y en toda la provincia. Notificamos la decisión que tomó el intendente (Germán Alfaro), de hacer el saneamiento de la laguna, pero sabiendo que atacamos las consecuencias y no las causas: los derrames de líquidos cloacales”, explicó Walter Berarducci, secretario de Gobierno capitalino. “Lo importante es sacar la laguna, sacar esa agua de lluvia, de lavados o desagües de casas de zonas cercanas... hasta si baldean una vereda todo va a parar ahí”, consideró Fernando Baratelli, gerente general de la SAT.
La Municipalidad de San Miguel de Tucumán comenzó esta semana a rellenar la laguna del barrio La Margarita. Este diario había publicado en marzo los reclamos de los vecinos que viven en la barriada, a la altura de la avenida Juan B. Justo al 1.800. A la falta de servicios en la zona, se suma un pantano que se extiende por casi una cuadra, alimentado por un arroyo de líquidos cloacales que se forma por las pérdidas y filtraciones de los barrios cercanos. Operarios de la SAT repararon en abril las pérdidas. La semana pasada, un grupo de casi 200 vecinos presentaron una nota pidiendo la intervención a la Defensoría del Pueblo. Informaron que las pérdidas se habían reanudado.
“Solicitamos informes a diferentes reparticiones, al Sistema Provincial de Salud (Siprosa) le pedimos que tomen muestras del agua para determinar su nivel de toxicidad”, había asegurado el titular de la Defensoría del Pueblo.
Juri Debo explicó que la Intendencia continuará con las obras de rellenado y drenado del agua estancada, con camiones propios, la SAT trataría los líquidos en la planta de El Manantial y desde la Provincia aportarían sedimentos extraídos de la limpieza de canales para poder rellenar el pantano. “Esa zona era una antigua cantera de ladrillos, y al hundimiento propio se le suma un sector más bajo que es donde el agua de lluvia y las pérdidas de líquidos abastecen esta laguna”, agregó el defensor del Pueblo.
Cortocircuito
“Baratelli habló de la falta de recursos para que la SAT afronte el mantenimiento de la red actual, dijo que es casi imposible mantener la red con la tarifa y que necesitan de una inversión extraordinaria. Fue un déjà vu de toda la problemática que se le plantea a la SAT”, expresó Berarducci a LA GACETA. Y agregó: “erradicaremos la laguna pero lamentablemente será pan para hoy y hambre para mañana. Si siguen las pérdidas cloacales habrá lagunas en otros puntos”.
“En realidad no he dicho eso. Sí dije que la situación económica del país es compleja y que la verdadera solución es el recambio de las cañerías. Tenemos apoyo financiero de la Provincia para ir reparando y reponiendo las roturas que surgen. Reconocí que hay un problema financiero. A la SAT no le sobra y eso es sabido; financieramente los fondos propios de la SAT están supeditados a la recaudación”, respondió Baratelli. Y agregó: “nunca he dicho que no tengamos los fondos para reparar”.
Juri Debo explicó que, tras la discusión por la laguna, el debate giró en torno a la calidad del servicio y la tarifa: “la SAT reconoció que están muy escasos de recursos. Hablamos de los inconvenientes para la renovación de la red troncal y de que no tenían los recursos para hacer los trabajos de las obras secundarias. La SAT reconoció sus problemas financieros y charlamos sobre la posibilidad de buscar fuentes de financiación”.
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