Con el Covid estabilizado, el intendente se enfrenta a dos temas espinosos: el paro de municipales y el aumento del boleto y la continuidad del servicio de colectivos.
La situación crítica, pero estable con respecto al coronavirus hace que el foco de atención comience a desplazarse hacia otros temas. Y por estas horas, el gobierno de Guillermo Montenegro tiene conflictos de peso que debe atender: el transporte y la negociación con los municipales. “Son problemas habituales de la gestión. Pero con la pandemia muchas veces quedaron relegados”, analizó un hombre cercano al intendente.
Las negociaciones con los empleados municipales, que este miércoles cumplieron las 72 horas de paro anunciadas la semana pasada, se encuentran empantanadas. Nada hace prever que el conflicto tendrá una solución en el corto plazo: en el municipio aseguran que la oferta realizada es la mejor posible y el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) la considera insuficiente, luego de quedar 16 puntos por debajo de la inflación en 2020.
“No tenemos lugar de dónde sacar más plata. Ya les explicamos que lo perdido en 2020 lo tienen que ir a pedir un año bueno. Y este es un año malo”, definió una fuente del Ejecutivo que se sienta en la mesa de negociaciones.
Pese al escenario complejo, por ahora, el municipio no tiene en mente tensionar de más o cuestionar a la cúpula del STM, como hizo Carlos Arroyo durante su gestión que estuvo marcada por los conflictos con los municipales. “No nos vamos a pelear, no cuestionamos los paros… Entendemos todo, pero no hay guita”, cerró un funcionario cercano al intendente.
La cuestión del transporte se mira distinta. Nadie del gobierno de Montenegro se sorprendió con el final que tuvo el proyecto para licitar el servicio. “Sabíamos desde hace tiempo que no iba a salir. El tema era cómo moría”, indicó un funcionario municipal. Y opinó que el archivo del proyecto finalmente fue “sobreactuado”. “Hubo algunos que quisieron llevarse más de lo que correspondía y terminaron sin nada”, dijo en relación a Alejandro Carrancio y el senador Lucas Fiorini.
El rechazo por parte de Crear, hasta este entonces parte del oficialismo en Mar del Plata, significó la eyección del gobierno de cuatro funcionarios cercanos a Fiorini. Montenegro enfureció con la postura adoptada por el concejal y se quebró una alianza política que desde hace tiempo mostraba fisuras. Carrancio, a través de un comunicado, ratificó que su voto en contra del pliego fue porque propuso cambios que el Ejecutivo nunca tomó en cuenta y consideró intempestiva la reacción del intendente de echar a los cuatro funcionarios del espacio. Y así se cerró el tema. ¿Se cerró el tema?
Con el pliego caído y un proyecto para aumentar el boleto en pleno tratamiento, el Ejecutivo ideó un plan para sacar en conjunto todos los proyectos vinculados al servicio de transporte: una declaración de emergencia, el aumento de boleto y la prórroga del servicio que vence el 17 de junio.
“Este jueves tiene que avanzar. Si no hay respuestas políticas vamos a tener un conflicto importante en Mar del Plata. No va a ser un paro, va a ser uno de esos conflictos que se recuerdan por mucho tiempo”, dijo una fuente del oficialismo.
La forma legal en la que se mantendrá el servicio de colectivos en funcionamiento no sería una prórroga de la concesión sino una extensión del actual contrato. En principio sería por dos años, aunque desde el Ejecutivo esperan la opinión del cuerpo legislativo. La oposición, que rechazó el pliego, tiene poco margen en este caso porque de ningún modo Mar del Plata se puede quedar sin servicio.
En el combo que propone el Ejecutivo el aumento del boleto es el tema más espinoso. El estudio de costos que elaboró el gobierno en base a la fórmula establecida en el actual pliego de concesiones, dio que el boleto debería costar $93,69, un 265% más que los 35,24 actuales. El valor está distorsionado por la fenomenal caída de la cantidad de pasajeros durante el último año y un retraso en los subsidios por parte del gobierno, sumado a la inflación. Nadie espera que se apruebe esa tarifa, pero cualquier número entre el valor actual y el resultado del estudio supone un golpe durísimo para la economía de los marplatenses que usan el servicio.
Políticamente, no hay voluntad del Concejo de aprobar un aumento del boleto, por lo que todo indica que se repetirá la fórmula del año anterior: los ediles le delegarán la facultad de fijar el valor del boleto al intendente. “Si lo hicieron así el año pasado que no había elecciones, imaginate este año”, señalaron desde el oficialismo.
La gran pregunta es qué tarifa se establecerá. Desde el entorno del intendente prefieren no anticiparse. Aclaran, no obstante, que la fórmula que establece el pliego, en este contexto extraordinario, es imposible de aplicar. “Habrá que buscar una fórmula que contemple la suba de costos y algún otro indicador, pero no los pasajeros. No lo tenemos claro, porque tampoco lo podemos hacer a ojo”, graficaron.
En medio de estos temas, Montenegro sumó en las últimas horas una nueva concejal: Mercedes Morro anunció su incorporación al bloque Vamos Juntos. Matemáticamente, equipara la situación tras la salida de Carrancio, aunque en la práctica la dirigente gastronómica ya venía acompañando la mayoría de los proyectos del oficialismo y aún es una incógnita la postura que asumirá el concejal de Crear.
De todos modos, fue una buena jugada del oficialismo. Aclararon que no se trató de una reacción por la pérdida de un concejal. “Montenegro se había reunido con Morro en febrero por primera vez. Veníamos trabajando en conjunto desde hace tiempo y esta semana decidieron formalizar su incorporación al bloque”, explicaron. ¿Habrá más movimientos? El caso de Mauricio Loria (Agrupación Atlántica) es similar: un edil solitario, que se muestra afín al oficialismo. “Hemos charlado con él, pero por ahora quiere mantener la identidad de su partido y lo respetamos”, señalaron.
En el Ejecutivo tampoco se esperan movimientos. Tras la salida de los cuatro funcionarios, el intendente decidió que Bernardo Martín, vicepresidente del Emtur, se haga cargo del manejo del ente, mientras que por ahora no nombrará ni al vicepresidente de Osse, ni al representante municipal en la Administración Punta Mogotes.
Más allá de la agenda no Covid, la pandemia tampoco da demasiado respiro. La cantidad de casos en Mar del Plata está estabilizada, pero la presión sobre el sistema sanitario se mantiene latente. Todos saben que de un momento a otro puede haber un brote que modifique la situación. Mientras tanto, el intendente se enteró este miércoles de la suspensión del feriado puente del 25 de Mayo.
En el gobierno local sostienen que el turismo, con protocolos, puede convivir con esta segunda ola. Pero también remarcan que mantenían diálogo con varios intendentes de la Costa Atlántica para actuar en bloque y no tomar posturas aisladas. Montenegro intenta no correrse de su camino dialoguista.
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